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El territorio del olvido

Hoy nos adentramos en el territorio del olvido, de lo que vamos dejando en el camino.

Proponemos un intenso vuelo que no dejará indiferentes a quienes decidan embarcarse en él. La propuesta parte de un profundo y lacerante poema de Isabela Méndez: OLVIDO.

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Fotografía de Isabela Méndez ©

OLVIDO

En mitad de la calle
fuera del contenedor
el objeto que fue almohada
caricia, juego,
se curva
mendigando un rescate,
la piedad de algún niño,
o de alguien desolado,
tan lejos de la piel de otros
que opte por llevarlo consigo.

Se rasga el mundo,
la herida derrama gente olvidada
se preñan las esquinas de lágrimas, de óxido,
de ojos que pretenden ser mirados.
Son sierpes las vías,
con veneno para quienes no tienen asilo,
pican sus cuerpos,
se encona el hambre,
el hombre muere
la mujer desmaya
el niño se vuelve libélula sin alas.

Se evita el nombre para olvidar a quien lo porta,
su tristeza, su galope hacia el abismo.

La andadura del silencio quiebra vidas,
disemina grietas,
como esas manos ancianas que reparten pan a las palomas.
Pan a las palomas, no a la gente
es más fácil dar de comer a lo que pronto vuela
que al que puede además pedir una sonrisa.

La náusea encuentra morada
entre yermas murallas,
en estas urbes
que nos reúnen como alfileres…
nos vamos clavando sobre los días,
sin respirar verdor
sin recordar la tribu,
la hoguera para contar cuentos,
los cuentos para estar más vivos,
el rezo para dar las gracias.

Pero sí tiene lugar una letanía de abandonos,
un poner puntos sobre contratos,
un dejar sin sombrero a quien tirita de frío.


Suenan las palabras Festival Tiflollibre 2013: Homenaje a Salvador Espriu

Les paraules són forques d’on a trossos penjo la raó

 “Las palabras son horcas en las que cuelgo, a trozos, la razón

Salvador Espriu

 

El próximo miércoles 19 de junio en Barcelona se celebrará la 5ª edición del Festival Tiflollibre: un festival cultural y participativo, iniciativa de la Associació Discapacitat Visual Catalunya: b1+b2+b3 y organizado por Centro Trinidad, que festeja la palabra dicha en voz alta y la música, para impulsar el libro hablado y promover la integración cultural en la sociedad.

Este 2013, Tiflollibre da un paso adelante en su consolidación como evento integrador y se suma a los actos del ANY ESPRIU, en homenaje a Salvador Espriu en el centenario del nacimiento del poeta catalán.

Ens mantindrem fidels” (nos mantendremos fieles), el lema del Any Espriu, tomará especial significado durante la celebración del Festival Tifollibre 2013, una fiesta de poesía y música con un marcado acento social que buscará recaudar fondos que irán destinados a entidades que desarrollan proyectos con discapacitados visuales en el Tercer Mundo.

Ese día la música de las palabras a través de la lectura en voz alta por personas con discapacidad visual junto a artistas y a personas anónimas será nuevamente la protagonista de la celebración.

 

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Desde este trapecio de tinta impulsamos festivales de este tipo, tan necesarios, donde poder escuchar el sonido y la música de las palabras al ser leídas en voz alta. Y nos parece especialmente significativo que el festival haya querido sumar su nombre a los actos de homenaje a Salvador Espriu, uno de los escritores en lengua catalana más celebrados por los músicos en esta lengua.

No es casualidad que música y poesía vayan unidas, nunca lo fue.

Para colaborar con el Festival Tiflollibre 2013:

Blog del Festival Tiflollibre 2013

Entidad promotora: Associació Discapacitat Visual Catalunya: b1+b2+b3 

Entidad organizadora: Centro Trinidad


La aventura de entender a Clarice Lispector. Conversación con la investigadora Carolina Hernández Terrazas, autora de “La náusea literaria”

«La palabra tiene su terrible limite. Más allá de ese límite está el caos orgánico. Después del final de la palabra empieza el gran alarido eterno.» Clarice Lispector

«“Darle la mano a alguien fue lo que siempre esperé de la alegría” –está escrito sobre su lápida– […] una alegría que fue fundamental para ella a lo largo de toda su vida […] Una tarea que vivió y cumplió Clarice Lispector desde su escritura, desde su percepción de la realidad y de su creación de mundos propios para poder sobrepasar su existencia, una existencia que fue tocada por la náusea, que pudo superar a través de su literatura creando una náusea literaria.» Carolina Hernández Terrazas

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LA AVENTURA DE ENTENDER A CLARICE LISPECTOR

Conversación con la Dra. Carolina Hernández Terrazas, autora de La náusea literaria y doctora en Teoría de la literatura y literatura comparada por la Universidad de Barcelona

 

Carolina, tienes apenas 35 años y este es tu primer libro, un ensayo. Es justamente esta combinación de hechos lo que más me ha sorprendido y me ha alegrado, saber que hoy día hay editoriales que asumen la iniciativa de publicar ensayos rigurosos y además de autores jóvenes y noveles, como es tu caso.

Seguro que no hay muchas personas a las que el nombre de Clarice Lispector les diga algo. Yo misma la he descubierto gracias a ti. ¿Quién fue Clarice Lispector? ¿Por qué este ensayo sobre Clarice Lispector? ¿O sería mejor decir biografía literaria?

Clarice Lispector era Clarice-mujer, Clarice-madre, Clarice-periodista, Clarice-escritora, observadora del mundo; su mente no estaba quieta ni un segundo, cada momento aprehendiendo el mundo, viviendo el instante y luego escribiéndolo buscando la palabra exacta para describirlo.

Originaria de Ucrania, pero que nace en el viaje rumbo a Brasil, cuando su familia huía de los progromos. En 1943 se casa con el diplomático Maury Gurgel Valente y ese año publica su primera obra Cerca del corazón salvaje (Perto do coraçao selvagem). A partir de su casamiento comienza su vida de mudanzas por el mundo, al mismo tiempo de su producción literaria. De la misma manera comienza a colaborar en varias revistas firmando con pseudónimos. Después de su divorcio fija su residencia en Río de Janeiro junto con sus dos hijos: Pedro y Paulo y continúa con colaboraciones periodísticas en varios medios: Diário da Noite, revista Machete, etc. Y sigue escribiendo hasta que muere víctima de un cáncer el 9 de diciembre de 1977.

Clarice Lispector seduce. Como dice Elena Losada, cuando lees las primeras dos páginas, o bien, lo dejas porque no te gusta nada; o te atrapa, y no puedes parar de leer aunque tengas que leer dos o tres veces una misma página. A mí me ocurrió lo segundo, y por ello decidí emprender la aventura de intentar entenderla y “aprehenderla” a través de un ensayo, que es el género por el que mejor se expresan tus ideas, les das causas y consecuencias.

Dice la Doctora Elena Losada Soler en Mujeres y Literatura [Àngels Carabí y Marta Segarra Eds.], PPU, Barcelona, 1994, pp. 123-136., que Clarice Lispector sostuvo una dura lucha con las palabras, que volvía una y otra vez sobre el lenguaje. Que su obra es una constante reflexión sobre los límites de la palabra. En palabras de Elena Losada: “Clarice Lispector no crea palabras nuevas, retuerce las ya existentes hasta el límite de sus posibilidades: «Hay muchas cosas por decir que no sé cómo decir. Faltan las palabras. Pero me niego a inventar otras nuevas: las que existen deben decir lo que se consigue decir y lo que está prohibido.»

Háblame del lenguaje, Carolina, de las palabras, de la batalla de esta escritora con los límites del lenguaje, de su proceso creativo. Según ella: «No, no es fácil escribir. Es duro como partir rocas. Pero saltan chispas y astillas como aceros pulidos». ¿Qué había en esa necesidad de expresión y en la tentación del silencio que sostiene Elena Losada que encierra su obra?  

Se mueve en ambas dualidades, pero es al mismo tiempo su no querer comunicarse con el mundo real. A los personajes de Lispector les cuesta comunicarse con sus realidades y su mundo, ellos intentan explorar otra forma de conocerlo a través de su silencio, que es una forma de crear un mundo propio con sus códigos de comunicación. Ella misma define al silencio como un espacio de acontecimiento y agrego que es un elemento detonante de la náusea literaria, que desemboca en la necesidad de expresión, del proceso creativo.

Muchos críticos han hablado de Lispector como una “autora de silencios”: autora de “libros como gritos que gritan por lo que callamos y en nuestro silencio somos cómplices”, como menciono en mi libro. Es un silencio que tiene dos consecuencias, a nivel corpóreo y a nivel existencial. El primero tiene una relación con el personaje y el otro con el mundo, el momento en que entra en contacto con la otredad y su imposibilidad de comunicación.

La primera parte de La manzana en la oscuridad es la que mejor ejemplifica este estado. Trata del silencio como herramienta para la construcción de lo humano. Un hombre, Martín, huye de la ciudad tras cometer un crimen. Se refugia en un hotel que parece la línea de separación de los mundos, cruza esa línea y se encuentra huyendo en plena noche. Apenas sin conciencia de sí, desciende a un valle, descubre una hacienda y se queda en ella de manera pasiva. Se queda y se calla, parece ajeno a todo, mira: “Su gran silencio no era apatía. Era una profunda somnolencia en guardia, y una meditación casi metafísica sobre el propio cuerpo […]”.

Decía Clarice Lispector: «Escribo muy simple y muy desnudo. Por eso hiere”. Tal vez de ahí el título: La naúsea literaria, un título que sacude al lector y que le provoca, al menos esa ha sido mi sensación. De repente el título me ha hecho pensar en la novela filosófica de Sartre La naúsea. Quizá no sea casualidad esa asociación. ¿Qué podemos encontrar en La naúsea literaria?

El título viene motivado justo por la novela de Sartre y de hecho es un estudio comparado entre el existencialismo sartriano y el mundo clariceano. En la náusea literaria se puede encontrar el éxtasis melancólico necesario para poder salir de eso que se llama aburrimiento al que los seres humanos se enfrentan una y otra vez.

El éxtasis melancólico está relacionado con la epifanía en los personajes de Clarice Lispector. Como un proceso purificador. Sus personajes viven en plenitud la enfermedad melancólica: juegan a diseñar escenografías, dan rienda suelta a las paranoias de su imaginación literaria. En ese instante llega del exterior algo, un detonante que los desequilibra. Estalla un deseo poético de volver al orden y cuando lo consiguen (si lo logran) viene un placer tal que logran integrar su experiencia y se exaltan, se euforizan y esta es la epifanía, el éxtasis melancólico.

¿Qué ha supuesto para ti como investigadora y escritora bucear en su figura y obra?

Desde hace quince años tengo contacto con el proceso creativo, era periodista en México y, además de cubrir eventos sociales, culturales y deportivos, lo combinaba con la escritura de cuentos y de monólogos de teatro. Me sorprendí mucho al encontrar una literatura como la de Lispector y me dio mucha curiosidad el cómo de su escritura, además de compartir el aburrimiento que tenían sus personajes con mi experiencia personal. Durante la investigación aparté mi escritura creativa, pues el lenguaje académico te lleva a un mundo en el que no se permite la creatividad literaria. Sin embargo, la acogida de este trabajo, el poder quitarle el tono académico, el permitirme introducir un epílogo como el que tiene el libro; fue un impulso para quitar como una especie de costra que tenía en mi cabeza y corazón, para poder volver así al proceso creativo. Ahora mi libro, mi obra seguirá su camino; y yo, me concentro de nuevo en mi poiesis. Es decir, durante todos estos años he tenido obstáculos, retos y satisfacciones en dos ámbitos: tanto vivencial, como de conocimiento.

¿Has empezado a coquetear con alguna idea para tu próximo libro?

Sí, tengo varias ideas rondando por la cabeza. Al mismo tiempo que tengo dos ensayos sobre la mesa, en torno a la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz y sobre literatura juvenil y de adultas mujeres, también tengo la cosquilla de seguir creando teatro, en especial monólogos. Tengo uno que representé hace tiempo: Poiesis, que es de una chica que está embarazada psicológicamente y a partir de este detonante se cuestiona toda su existencia. Y otros más que están en vías de publicación.

¿Algo más que desees añadir?

Invitar a los que no conocen a Clarice Lispector a probarla un poco. Intentar leer dos páginas en un cuento, o de una de sus novelas; y si les gusta, que continúen la aventura, porque como digo en mi libro, leer a Lispector te invita a leer y vivir de otra manera. El mundo es el mismo que se presenta ante los ojos de cualquiera. Lispector nos induce a tomar esos instantes, y que se revelen ante nosotros. Su lectura nos incita a ser cómplices de la búsqueda de otro mundo, que todos podemos crear.

Carolina Hernández Terrazas
En fotografía promocional de Ismael Llopis ©

La náusea literaria, el ensayo de la Dra. Carolina Hernández Terrazas ha sido editado por Fórcola y cuenta con un prólogo de la Dra. Elena Losada Soler. Desde el trapecio de tinta celebramos e impulsamos esta publicación sobre Clarice Lispector y a su autora, que os animamos a descubrir.


TIEMPO, BEAT & GROOVE Conversación con Daniel Navarrera, baterista de SANTO MACHANGO

«El ritmo es tiempo, es eso, es pulso, entre nota y nota hay cierta respiración»   Daniel Navarrera (Daro)

Fotografía: Meritxell Escuert Mas ©

Lo que sigue es apenas el extracto de una larga e intensa conversación acerca de la música y la vida, del sonido y el latido. Hablamos de tiempo, beat y groove con Daniel Navarrera (Daro), el baterista de la banda SANTO MACHANGO.

Para quien se quede con ganas de leer mucho más, aquí está disponible la publicación de la entrevista íntegra.

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El TIEMPO, BEAT & GROOVE de Daniel Navarrera   Por Tana Sanz

Para empezar esta conversación acerca de la vida y de tu pasión, la música, quiero hacerlo con un pensamiento de la brillante y tenaz Hellen Keller.  Ella dijo una vez que «Las mejores y más bellas cosas en el mundo no pueden ser vistas ni tocadas. Deben ser sentidas con el corazón».

No sé, no estoy tan seguro, no me atrevería a decir tanto, porque hay cosas que ves y que son preciosas, con las que vibras y se te ponen los pelos de punta… pero sí, tengo muy claro que la música es algo que tiene ciertas características que la hacen muy especial, como ese tipo de cosas de las que hablas, que no se tocan ni se ven, que son intangibles y solo pueden ser sentidas. La música tiene la dimensión del tiempo, cuando la pieza se acaba se acabó, no puedes repetir el instante, un segundo es un segundo y ya pasó. Es lo que la hace única, intangible, a diferencia de otro tipo de arte.

Es un poco esa capacidad que tiene la música de evocar, de trasladarte en el tiempo y en el espacio, a veces escuchas una melodía, un acorde y de repente te viene un recuerdo, incluso con escenografía incorporada y puedes hasta percibir el aroma.

Sí, totalmente. Es lo que me pasa ahora cuando escucho las canciones de cuando tenía 13 años, que siento como si tuviera 13 años. Seguro que si las escuchase ahora por primera vez no me dirían nada pero las escucho y me acuerdo de lo que sentía cuando era niño y me encanta. Esa música te acompaña siempre y por el resto de tu vida. A mucha gente le gusta la música vieja por eso, y probablemente ninguna otra música será capaz de quitarle el puesto a esa música, porque está relacionada con un momento muy importante de sus vidas. Por ejemplo cuando eres adolescente te estás encontrando a ti mismo, estás buscando un camino, y la música que escuchas entonces ya define mucho quien eres tú.

Una vez leí una entrevista a un baterista muy famoso, Marvin Smith, en la que decía: “mi padre solo consideraba que había dos tipos de música en el mundo: la buena y la mala”. Y tiene razón, porque dentro de la música buena el género da lo mismo, porque tiene fondo, y sobre todo porque es música que es auténtica. La autenticidad define la calidad.

http://www.youtube.com/watch?v=BqAbfB60Rc0

¿Y de dónde parte esa autenticidad?

Parte del compositor, del autor. Bueno, normalmente la música que yo escucho quien la toca es quien la compone. La riqueza y la calidad parten de cuánto te involucras a la hora de escribir la canción, de cuánto pones de ti mismo, cuántas emociones propias tuyas y de nadie más están ahí, y también que no estás buscando ni intentando complacer a nadie, ni que tu sonido sea mejor que el de otro, ni salir en las revistas, ni ser famoso, ni vender discos, simplemente quieres expresarte lo más amplia y libremente posible. De ahí nace la riqueza de la música, de la honestidad que le pones a todas las cosas que haces.

¿Cómo te defines como artista? Dime una palabra con la que te identifiques como artista.

Apasionado, desprendido es lo que más se me ajusta. No me gusta etiquetar las cosas que hago, ni ligarme a ninguna escuela, a ninguna intención. Me gusta sorprenderme a mí mismo. En general lo que intento es no apegarme demasiado a mí mismo, a lo que he hecho anteriormente, sino estar pensando exactamente en cada momento. No soy de los que se aprenden una canción nota por nota para tocarla igual todas las noches, no puedo. Practico las canciones, eso sí, pero practico otras cosas, darles un buen feel, las transiciones entre parte y parte, trabajarlas, para que estén muy claras. Pero no tengo las notas súper calculadas, siempre dejo un espacio para lo que me surja en el momento.

Háblame de tu batería ¿Para ti es un único instrumento o son muchos?

La batería es un instrumento impresionante. Es una sola voz. Solo hay una mente que está manejando y al mando de todos los instrumentos, y eso es lo que me encanta.

¿De dónde viene tu pasión por la batería?

Cuando era niño me gustaba jugar a las naves espaciales. Me encantaba estar en un sitio encerrado y lleno de controles. Tenía una caja de cartón donde yo cabía perfectamente, cogí un marcador y le pinté botones, controles, botón de láser, velocidad de la luz, destructores, medidores de esto y de aquello. Como una misión de Star Wars. Me encantaba estar allí, súper apretado y rodeado de controles, y manejándolo todo yo solito. En la batería es la misma sensación. Pero de eso me di cuenta después. Ya no estaba en la caja de cartón con botones y rayos láser, ahora eran platillos y tambores, ahora estaba al mando de toda una consola de instrumentos y todos los tocaba yo solo. Y con eso además estaba haciendo que otra gente tocara encima.

Fotografía: Iris Olivé Taché ©

Porque la batería es la locomotora, el motor de una banda.

Es justo eso, la locomotora, esa palabra se ajusta como un guante. La base de toda la banda es la batería. Cuando vas a grabar a un estudio lo primero que grabas es la batería, es la base de todo, sobre la batería se ponen todos los demás instrumentos. Normalmente, en un contexto de música pop, rock, más contemporánea, lo primero que se graba es la batería. Y cuánto más potente sea la locomotora más carga podrá llevar. Si eres una locomotora potente de 200.000 caballos de carbón y gasolina y rayos gamma, pues serás capaz de cargar encima de ti músicos brutales.

Y a eso aspiras.

¡Claro! Aspiro a ser un buen baterista, a tocar con músicos muy potentes y muy buenos y que se sientan a gusto tocando conmigo, que estando conmigo ellos también puedan sacar lo mejor de sí.

Sentirse parte de un verdadero equipo.

Exacto. Cada uno cumple su función y lo importante es lo que escucha el público y lo que sientes tu al tocar. En una banda dependemos mucho los unos de los otros, necesitamos trabajar en equipo.

¿Con qué materia trabajas tu? ¿Cuál es la materia de tu música?

La materia de mi música es mi emoción. Y mi emoción cuando toco la batería pasa por una especie de comunión con el universo, y con mis compañeros del grupo también, pero sobre todo con el universo, porque la batería es ritmo, es tambores, es frecuencia, es tribal, es tierra, pero también es aire, porque están los platillos… Para mí los platillos son el aire pero también son el juego. Los tambores son la parte seria, digamos.

Hay un componente de juego en tu trabajo.

Absolutamente. Es lo que te decía al principio, que no puedo tocar las canciones nunca iguales. Me aburriría si las tocara siempre iguales, nota por nota. Yo creo que si lo consiguiese alcanzaría un nivel más alto, porque de tanto ensayar una cosa mil veces llegaría a tocarlo perfecto y nunca me equivocaría, pero no me interesa eso. Prefiero jugar con el error y correr el riesgo de equivocarme y de fallar que caer en la monotonía de tocar siempre igual, por más que suene más pulido y más perfecto. No me interesa la perfección, lo que me interesa es la emoción.

Daro, en pocas palabras, dime qué es lo que tú haces cuando tocas.

Yo creo que lo que hago es sincronizar el universo con las personas, incluyéndome a mí. Es lo que intento hacer. Cuando digo “universo” me refiero al universo en el plano temporal. El ritmo es tiempo, es eso, es pulso, entre nota y nota hay cierta respiración, y eso es lo que hago: armonizar tiempo, mi pulso, con el pulso del universo, con el pulso de los otros chicos con los que toco.

Hablas del tiempo siempre ¿te das cuenta?

Sí, porque la esencia de la vida es esa, como sientes el tiempo y cuánto lo disfrutas. Ahí es donde está la felicidad yo creo, en el tiempo. Por eso la batería me gusta tanto, porque es un instrumento relacionado directamente con el tiempo. Entre nota y nota hay un tiempo, y esa nota vuelve a repetirse con periodicidad. Hay instrumentos a los que no les pasa tanto eso, una flauta travesera, por ejemplo, no puedes percibir tan fácilmente el tiempo entre nota y nota porque es más elástico, más curvilíneo, pero la batería tiene el péndulo, el tiempo que viaja de un lado a otro es igual, la batería tiene eso, tiene el pulso, el golpe es más marcado. Por eso me gusta tanto, porque hay una relación directa con el entorno, una sincronía con el universo. Somos tiempo, estamos hechos de tiempo, somos células no son iguales ahora a cuando nacimos, nuestras vivencias es lo que somos, lo que construyes de ti mismo a través del tiempo es lo que eres tú. Y lo bueno del tiempo es que es infinito.

Entonces debes de reírte de la típica frase “no tengo tiempo”

Sí, pero yo la digo todo el rato también. A veces tienes tiempo para todo y veces no tienes tiempo para nada. A veces haces mil cosas y te sobra el tiempo y otra veces solo haces una y ni siquiera la acabas. Todo depende de cómo lo gestiones. Todo depende de la atención, de la relajación que le des al tiempo. Y esa relatividad a mi me encanta, y una vez más está relacionado con el BEAT.

¿Y con el groove?

Eso lo tienes o no lo tienes, no lo puedes planear. Es otra de esas áreas que es mágica. El Groove es vida, es autenticidad. Te puedes poner a tocar perfecto y preciso y descubres que suena plano, simple, sin vida. Si lo intentas forzar o provocar es un fraude. Cuando yo pienso en tocar mejor pienso en la técnica, pero cuando estoy en un concierto no pienso en la técnica, pienso en ser lo más honesto posible y libre, sincero y con confianza. El groove es vida y libertad. Es como aquella mariposa que ves y que nunca puedes atrapar pero que la quieres tener, y que viene sola cuando ella quiere. El valor de un artista, de un músico, por encima de la calidad que tiene es la unicidad que tiene, la emoción que transmite por ser sincero. La emoción sale si la dejas salir, es irracional. A veces parece que pensar y sentir fueran opuestos.  Luego está la forma, que eso también es más racional y la parte mecánica.

Vamos a hablar ahora de tu banda actual. ¿En qué grupo estás ahora?

Se llama SANTO MACHANGO. Este verano cumpliré 5 años con ellos. Es una banda con un sonido muy funk, hip-hop, pop, rock de los 90, un grupo con mucha fusión, nos sale todo, lo canario, lo chileno, lo colombiano, lo catalán…  porque está en la manera de tocar de cada uno. He estado en grupos en donde todos tocaban muy bien, pero no había tanto carisma. En SANTO MACHANGO hay mucho carisma y es una de las cosas que me gusta más de este grupo, el espíritu de juego y de compañerismo que tenemos. Subimos a tocar y subimos a jugar, a divertirnos.

Carisma y ausencia de egos.

¡Eso exactamente! Y por eso es tan especial tocar juntos. Todos somos colegas.

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¿Cuánto material editado tenéis?

Un disco, “DOPAMINA”, y una maqueta de 2007. Grabamos Dopamina en un buenísimo estudio y con un productor muy bueno. Invertimos mucho dinero en el disco y estamos muy contentos con el resultado. Tomi Pérez fue quien lo produjo.  Es un profesional con mucha experiencia y muy buen gusto.  Ha producido a La Mala Rodríguez,  Maldita Nerea  y a muchos otros.  Lo mejor de todo es que siempre nos dejó ser nosotros mismos, es más, siempre nos hizo sentir  en casa y súper cómodos.

Marc Parrot se encargó del mastering del disco e hizo un gran trabajo.  El estudio donde grabamos era el suyo, Producciones Silvestres, y estuvo pendiente en todo momento de que el trabajo fuera lo más cómodo y fluido para todos.

Hace justo unas semanas habéis editado un videoclip, “Narco” ¿Cómo surgió y cómo fue hacerlo? No sé si sois conscientes, pero sacar un videoclip en estos momentos tan complicados es casi un milagro. Además de músicos, emprendedores. Chicos, ¡hay que felicitaros!

Hacía tiempo queríamos hacer un videoclip.  Ya habíamos tanteado algunos realizadores pero sólo cuando apareció Lonan García de BCN Freestyle Films supimos que era el momento de dar luz verde.  Contamos con el apoyo de Rainer Klassen, quien es nuestro socio en Motherfunky Events, para la financiación y nos pusimos en la tarea.  Fueron 3 semanas de grabación y otras tres para la edición.  El resultado fue increíble.  Estamos súper felices y a la gente le ha encantado.

Éxitos y… ¡que siga la fiesta!

 

 


Un viaje a la ternura de las pequeñas cosas: “ROS. MELÓGAMO MÍNIMO DE UN VIAJE”

“¿Qué seria de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?”

Vincent van Gogh

 

Una tarde de febrero de 2012 acudí al teatro a ver una función de títeres. Ha pasado poco más de un año y todavía la recuerdo. No sabría cómo definir en palabras lo que allí vi, solo sé que me cautivó por completo.

Aquella tarde descubrí el teatro gestual y de títeres, descubrí que hay marionetas que no tienen cuerpo ni hilos, que únicamente existen y tienen vida mientras están en el escenario, que después de la actuación se desvanecen para habitar solamente en nuestro recuerdo. Y es que estas marionetas de las que hablo, como Ros, pueden serlo solo gracias a las manos de sus titiriteros. Un guante blanco y una bola de madera, de eso está hecho Ros, el protagonista de este hermoso, tierno y duro cuento.

Salí tan asombrada aquel día del teatro que estos días, que he sabido que Ros volverá a vivir de nuevo en los escenarios, estoy de celebración. Desde que lo vi en 2012 han pasado muchas cosas, como por ejemplo que ahora edito un blog, un espacio desde el que impulso ideas y proyectos en movimiento, un lugar intangible y mágico, un trapecio de tinta que hoy se viste gala para mecer en él a Ros, a Lindes y a Ramón. Hoy, por fin, podré poner en sus manos la pregunta que desde aquella  tarde lleva dando vueltas en mi cabeza: ¿Cómo es posible que tan solo con la gestualidad de las manos se impregnen de tanta vida unos simples objetos y, lo más increíble de todo, que además resulten tan humanos?

Lo que sigue a continuación es una conversación acerca de la magia y la realidad con Ramón Pascual y Lindes Farrè, autores del espectáculo “Ros. melógamo mínimo de un viaje, una obra mínima en cuanto a formato, inmensa en cuanto a esencia y planteamiento.

¡Bienvenidos al trapecio y al teatro de ANGÉLICO MUSGO!

¡Empieza la función!

 Cartel_Ros

CONVERSACIÓN CON RAMÓN PASCUAL Y LINDES FARRÈ sobre teatro, títeres, melodías y silencios, sobre retales con los que es posible construir un universo.

“Ros es la historia de un pequeño viaje. De lo que queda y de lo que parte. De una maleta donde cabe lo imposible para desaparecer. El esfuerzo de un personaje por ubicarse. Un detalle tan mínimo como lo que realmente importa. Cuando todo parece perdido, cuando uno se siente solo y desconcertado, siempre hay una salida que te hace volar.”  Ramón Pascual

“En este mundo en el que todo pasa rápido, donde hasta las pausas las llenamos de obligaciones, donde a penas dedicamos tiempo a las pequeñas cosas, a los silencios, Ros es un regalo que nos permitirá escucharnos a nosotros mismos y sentir.” Lindes Farrè

Tana Sanz:

Con estas palabras de Ramón Pascual y de Lindes Farrè, coautores y directora de “Ros. Melógamo mínimo de un viaje” iniciamos esta conversación. Pues estamos aquí para hablar de una historia universal, la de un pequeño ser que un buen día coge su maletita y emprende el viaje. En esa maleta Ros lleva consigo sus decisiones, y hay cosas que quedaran atrás. Es la historia de un deseo y de una decisión, los de un personaje por hallar su lugar en el mundo, un mundo minúsculo pero no por ello menos tremendo, un universo hecho de retales en miniatura que tiende un puente con la realidad que lo observa desde el patio de butacas. Tal vez eso que llamamos realidad, la cuarta pared, sea su reflejo.

Sé que no me equivoco si os defino a los dos como a una pareja de imaginativos y comprometidos artistas a quienes mueve el deseo de contar historias que llenen de sentido este mundo de prisas y agitación en el que nos movemos a diario, historias como la de Ros, de la que vamos a hablar.

Dice un disco de Víctor Manuel y Ana Belén que “Para la ternura siempre hay tiempo”. Sin embargo vivimos en una paradoja, apenas tenemos tiempo para nada. Vivimos tiempos rápidos, donde la ternura se diluye en mil urgencias y en un océano de ruidos. Todo parece siempre más urgente e importante que hacer una pausa para detenernos y sentir. Y a mí se me ocurre que Ros lo que propone es justamente eso: un viaje a la ternura. Y que por eso resulta tan increíblemente humano, porque nos devuelve a la esencia de lo que somos: seres anhelantes de hallar nuestro lugar en el mundo.

¿Quién es Ros? ¿Dónde vive? ¿A dónde va? ¿Qué tienen en común el mundo de Ros y el nuestro?

Ros esperando el tren

Ros

Ramón Pascual:

Me resulta muy difícil definir quien es Ros porque, diga lo que diga, sé que siempre me voy a dejar algo. Para mi lo más importante es que Ros parte de un sentimiento, nació y fue creado de un sentimiento.  Para mi Ros es la parte tierna, frágil y a la vez valiente de mi mismo. Ros es como mirar dentro. Como personaje es una manera de enfrentarse a la vida, es una actitud ante la vida. Vive en el interior de uno mismo y camina hacia delante, viviendo el presente y superando sus propios obstáculos. Por tanto, ¿a dónde va? A cualquier lugar, a donde quiera, porque todos podemos caminar libremente hacia donde deseemos aunque nos parezca imposible, pero primero es necesario parar, escucharse y saber hacia dónde queremos ir o dónde, al menos, tenemos claro que no queremos estar. Tienes razón cuando dices que deja cosas atrás y lo hace para poder avanzar, en este mundo tan loco en el que vivimos, tan lleno de prisa Ros quiere aportar una pausa para poder escucharnos, escuchar al de al lado. Podríamos decir que Ros ha ido a parar a nuestro mundo e intenta darle la vuelta que es lo que nos gustaría que ocurriera, que la gente, igual que Ros, consiguiera  creer más en ella misma.

Tana Sanz:

El viaje de Ros comenzó en una pequeña sala de ensayos de Madrid, allí asomó al público por primera vez el 24 de enero de 2009. En aquel momento eran tres cuadros consecutivos de 25 minutos de duración, un espectáculo “mínimo”, apenas la semilla de lo que sería hoy, 4 años después. Pero decidme, ¿de dónde partió la idea del espectáculo? Está repleto de guiños al espectador, con lanzamientos de flecha continuos a su conciencia. ¿Cómo comenzó este viaje a la ternura? He leído que todo partió de un juego, que Ros nació de un pequeño experimento: un ejercicio de manipulación de una mano con una bola de madera. Habladme de todo ello.

Ramón Pascual:

Cuando se inició todo andaba yo sin tener muy claro lo que quería hacer pero con miles de ideas rondando por la cabeza y aficionado a la construcción de títeres. Casi como un juego, probando cosas, se unió la mano y la bola de madera a la que doté de una expresión de asombro, de aceptación, una mirada directa y una nariz de payaso. Su gesto me cautivó y ahí comencé a jugar, a pensar pequeñas acciones: subir una maceta a la repisa de una ventana (que en realidad siempre fue mucho más que eso), correr detrás de un tren que se pierde…  Yo sabía que, como espectáculo, había algo más detrás de estas acciones. Cuando Lindes vio a Ros dando sus primeros pasos sin saber muy bien hacia dónde caminaba, supo encontrar desde el primer momento el sentido y la dirección y desde entonces Ros siempre hemos sido dos: Lindes y Ramón. Es importante el juego que originó el personaje, el espectáculo, pero mucho más importante es que los dos supimos encontrarnos en ese juego y crear uno que nos unía.

En el teatro

Tana Sanz:

Cuando vi el espectáculo por primera vez tuve la sensación de estar ante mis juguetes, objetos diminutos con los que de niña pasaba horas enteras jugando a componer el mundo. En vuestro espectáculo está la vida cotidiana representada en simples objetos: sillas, bancos, flores, maletas, cortinas, ventanas, relojes, trenes y estaciones… Con trozos de objetos viejos y rotos creáis un universo, y lo más importante, un universo vivo. ¡Si es que hasta los focos de luz son latas de guisantes! ¿Qué supone para vosotros construir vuestro propio atrezzo, vuestra escenografía? Esto hay que explicárselo a los espectadores, que quizás no saben que esos objetos y todo el decorado está construido por vosotros mismos.

Ramón Pascual y Lindes Farrè:

Pues es el juego de niños del que tu hablas.  Es dedicarle a las cosas el tiempo que se merecen, todo lo que uno recupera o construye con dedicación y ternura tiene alma, deja de ser un simple objeto y es una reivindicación también, porque no necesitamos ni la mitad de las cosas que tenemos, consumimos, malgastamos y tiramos sin parar. Nosotros construimos reciclando y rescatando de la basura pequeñas joyas desechadas y nos pone muy tristes ver tantos paraguas abandonados en los días de lluvia.

Darle vida a los objetos entra dentro de un mundo mágico y nos permite distanciarnos como humanos aunque les estemos dando todas nuestras calidades, y logremos identificarnos o identificar a personas con ellos porque les hemos dotado de sentimientos. Y además el proceso de trabajo de todo el espectáculo, el participar de cada uno de los procesos de construcción, nos convierte en artesanos, como si habláramos de un oficio antiguo de esos que están desapareciendo frente a las nuevas tecnologías.

Ros y Ramón_empieza el viaje

Tana Sanz:

Habladme del teatro de manipulación objetos, de vuestras influencias. De la poesía visual.

Lindes Farrè:

Yo vengo del mundo de la educación social pero por el camino me dejé enamorar por el clown y más tarde por  los títeres y todo ello lo apliqué a la intervención educativa, aunque terminé apartándome del trabajo de educadora social. Siempre consciente o inconscientemente estamos educando y pienso que es responsabilidad de todos potenciar la libertad y creatividad en los niños, para que puedan ser adultos libres i creativos.

Ramón Pascual:

Yo estudié psicología, pero siempre he mirado al teatro y una vez acabada la carrera me dediqué a estudiar y trabajar en el teatro. Por motivos económicos, mi formación ha sido autodidacta y aunque muchas veces me he perdido por el recorrido he tenido la libertad de elegir y probar nuevos caminos. Eso me ocurrió con los títeres y los objetos: un día se cruzaron en mi camino y decidí seguirlos.

Cuando nos juntamos los dos, cada uno tenía una formación teatral suficientemente sólida como para aportarnos cosas el uno al otro y a partir de aquí empezamos a poner en práctica nuestra propia poesía de la vida en el teatro. Esencialmente es eso: contamos las cosas como las sentimos pero utilizando las herramientas de las que disponemos.

Tana Sanz:

En esta historia no hay apenas palabras, solo una se escucha todo el tiempo envuelta en diferentes melodías: el SILENCIO. ¿Qué intención tiene?

Ramón Pascual y Lindes Farrè:

”Las palabras se comen el cerebro”. A veces la palabra no es sinónimo ni de expresión ni de comunicación. Con este espectáculo hemos descubierto que transmitir emociones es algo que, al pasarlo por la palabra, censuramos y juzgamos; pero no sucede con las acciones, que nos dan más libertad, que se convierten en algo más autentico. Se expresa y se transmite mucho más sin las palabras porque todo está dicho en las miradas, en las pausas, en las acciones.

Tana Sanz:

En la obra hay una gramola y un piano, y se diría que la música es la coprotagonista. ¿Cómo seleccionasteis la música hasta crear esa magnífica banda sonora de un viaje?

Ramón Pascual y Lindes Farrè:

Bueno, la melodía de partida fue Sur le ciel de Paris de Édith Piaf. Y a raíz de esta fuimos creando toda la banda sonora. Más bien, fue Santiago González quien creo la música. Una vez que tuvimos claro ese aire parisino de calles por la noche, de acordeones y amor que flotaba, construimos el resto de la historia pensando en los ritmos y las melodías que nos sugerían las acciones que nos íbamos proponiendo. Así, una vez estructurada toda la historia, hablamos con Santi y pactamos la música. Nosotros confiamos plenamente en él, así que el pacto era algo más parecido a: “aquí, que la música se detenga y se quede todo en suspenso; aquí, que entre con fuerza y sea más pesada; aquí…” Y siempre sin olvidar la cadencia de Sur le ciel de Paris. Un día Santi apareció con una maqueta y nos dijo: “¿a ver qué os parece esto?” Acertó de pleno. Y creo que fue porque nos entendió, nos compartió y los tres sabíamos que la música en este espectáculo era uno de los protagonistas indiscutibles. ¡Imagina si la música es protagonista, que la cajita de música que va insertada en el piano, esa, vino directamente de las calles de París! porque la casualidad, el amor y un amigo se confabularon para traérnosla… Pero esa es otra historia.

Tana Sanz:

Pero Ros es algo más que un viaje, es una metáfora de lo que significa estar vivos: sentir. Asistimos junto a Ros a lo que es sentirse perdido, desubicado. Pasamos momentos de miedo, de incredulidad, en los que pensamos que está todo perdido, para recuperar la ilusión y sentir lo que significa asumir riesgos. Recuerdo especialmente el número de la cuerda floja y me pareció un símil de los tiempos que corren. Y es que en Ros también está presente el circo. ¿Por qué esa alusión al circo?

Ramón Pascual:

Me encanta esta pregunta,  Ros de repente se encuentra en un numero de clown, en un circo, ¿por qué? Porque es una de las cosas que nos hacen falta en este mundo, más risas, más humor. El clown, el payaso, es un ser maravilloso, esta hecho de ingenuidad, amor, ternura, sinceridad, no tiene sentido del ridículo, tiene una gran autoestima, no se juzga y vive el fracaso de un modo muy distinto a nosotros. Pero todos tenemos nuestro propio payaso, escondido dentro, a veces lo sacamos en privado, nuestro clown tiene mucho de nuestro niño interior al que un día empezamos a censurar y a esconder, pero ahí sigue y en el fondo ahora es más grande y más fuerte, sólo hay que dejarlo salir .

Tana Sanz:

Ramón, no sé si eres consciente de ello, pero verte en el escenario es lo más parecido a ver a un mago de guante blanco que tiene el mundo en sus manos. ¿Eres consciente de ese efecto, de la atmósfera que creas? ¿Quién eres cuando estás ahí detrás?

Ramón Pascual:

Creo que sí, soy consciente de que ese es el efecto que pretendemos. Gracias por haberlo notado. Cuando empieza el espectáculo, yo soy el que dice: “te voy a enseñar un mundo interior lleno de fantasía y de magia”. Es la puerta a todo ese mundo del que ya hemos hablado y es el amigo y compañero de Ros en los momentos más difíciles. Al principio el títere y el mago se afectaban bien poco, quizá porque la relación no estaba tan clara. Poco a poco el vinculo ha ido creciendo y los momentos de relación entre Ros y yo han ido aumentando; en realidad ahora tenemos claro que yo soy un mago, tal y como cita la canción inicial, a veces Ros necesita un poco de magia, una ayuda desde fuera para seguir adelante, el mundo está lleno de momentos mágicos.

ROS y su titiritero

El mago Ramón y Ros

Tana Sanz:

Ramón, en la función apenas intercambias unos gestos con Ros, solo vemos un tímido diálogo visual entre vosotros. ¿No os habéis planteado en ningún momento desarrollar más esa relación? ¿Cómo es percibida por el público?

Ramón Pascual:

Como ya te he dicho en la pregunta anterior, los momentos de relación han ido aumentando con el tiempo y siempre que orgánicamente surjan más posibilidades de relación las incluiremos, por supuesto, pero Ros es el auténtico protagonista de esta historia. A veces, en improvisaciones o nuevas representaciones salen nuevos guiños y más gestos de amistad entre Ros y el Mago, esos siempre los incorporamos. Además, el público siempre acoge esta relación de muy buena gana, es algo que arranca sonrisas.

Tana Sanz:

Desde sus inicios “Ros” ha ido cosechando éxitos dondequiera que se ha presentado. En 2010 “Ros” participó en el BE Festival de Birmingham (UK), donde obtuvo la mención especial del Jurado por ser “el espectáculo más mágico de todos los presentados a concurso”. Ahora desde la distancia, 3 años después, ¿qué ha supuesto para vosotros ese galardón? ¿Ha abierto puertas al espectáculo? ¿Se interesaron los programadores y las salas por “Ros”? ¿Hacia dónde camina el espectáculo en estos momentos?

mención_especial_ Be Festival

Ros en el Be Festival en 2010

Ramón Pascual y Lindes Farrè:

El Bee Festival fue para nosotros una bocanada de aire y de impulso motivador. Nos quedamos  sorprendidos de cómo Ros enamoró a todos y eso nos dio el impulso para terminar el espectáculo del que ya teníamos muchas ideas para trabajar. Al ser un espectáculo sin texto, nos da grandes posibilidades para promocionarlo en festivales internacionales y es esta en la dirección que por ahora estamos trabajando y la que mejores resultados nos ha dado. El tema de la distribución en salas está difícil por la situación económica que vivimos (¡qué te voy a contar!). Actualmente tenemos en octubre funciones en Grecia y estamos terminando de cerrar funciones para la Red de Teatros Alternativos de España.

Tana Sanz:

Un deseo para “Ros”:

Ramón Pascual y Lindes Farrè:

Que pueda seguir volando sin duda mientras el espectáculo esté vivo y que podamos acompañarle, nosotros dos y nuestro pequeño Nil.

Tana Sanz:

Una última curiosidad: ¿Qué significa “Angélico Musgo”?

Ramón Pascual:

Bueno, cuando era un adolescente no me gustaba mucho el fútbol y era bastante solitario. Me dedicaba a escribir historias que enviaba a certámenes literarios. Para presentar estos cuentos y relatos me inventé un alter-ego, algo así como Clark Kent a Superman, Peter Parker a Spiderman… Yo me inventé a Angélico Musgo. Luego, con el tiempo, la idea de poner a una compañía el nombre de una persona nos pareció interesante y salió a relucir el alter-ego de la adolescencia.

Tana Sanz:

¿Algo más que queráis añadir?

Ramón Pascual y Lindes Farrè:

Sólo darte las gracias por tu entrevista y por tu interés. Y por seguirnos y venir a vernos actuar.

Tana Sanz:

A vosotros, gracias por responder a mis preguntas y subir a mi trapecio. Ojalá el impulso en él os lleve lejos.

Sala Fenix_cartel

El espectáculo de la Compañía ANGÉLICO MUSGO“Ros. Melógamo mínimo de un viaje”puede verse en Barcelona en la SALA FÈNIX los próximos 10, 11 y 12 de mayo. Un espacio polivalente de teatro, formación y exposiciones en el centro de Barcelona, una sala de reciente creación que nace con una apuesta valiente de programación teatral y artística, con el foco de atención puesto en el placer de los detalles y el acento en los valores tradicionales de la expresión artística: EMOCIÓN, ESTÉTICA, VERDAD.

En Sala Fènix encontraréis una programación teatral tanto para adultos como para familias, basada principalmente en el teatro de máscaras, el cabaret, las marionetas y la Commedia Dell’Arte.

NOTA:

Todas las fotografías que se muestran han sido cedidas por ANGÉLICO MUSGO.


Conversación con la artista irlandesa Emily McCullagh: Cuando la naturaleza revela un secreto al artista

«La buena poesía hace que el universo revele un secreto«

Hafiz

Un círculo agreste, un espacio vacío en el que yace tumbada una mujer, y la naturaleza alrededor. Solamente eso.

ozone


Título de la obra: Ozone
Autora: Emily McCullagh

Esta imagen me pareció sencillamente sublime, poética. En el descanso, en ese espacio vacío, en el silencio se gesta todo, así es como nace el arte, del vacío.

Arte y naturaleza, vacío y creación. Estos conceptos vinieron a mi mente con insistencia cuando una amiga me envió esta foto de “Ozone”como se llama esta obra de la artista irlandesa Emily McCullagh.

No es mi intención hablar ahora y aquí sobre la significación del “vacío” en las obras de arte, hacerlo resultaría poco menos que pretencioso. Pero no puedo evitar que me atraiga el concepto, que me provoque mil preguntas. El vacío está presente también en las manifestaciones artísticas inmateriales, como la música. ¿Qué es sino el espacio entre dos notas?…

Pensé cuánto me gustaría que la propia Emily me explicase qué es para ella el vacío y la creación.

Gracias a la colaboración de mi amiga Ángeles Martínez esta conversación con la artista Emily McCullagh ha sido posible, ella consiguió contactar con Emily y obtuvo las respuestas a mis preguntas.

¡Gracias, Ángeles, por aceptar ejercer de intermediaria y de periodista en la distancia!

COMO COLOFÓN A LA SEMANA DE LA CREATIVIDAD 2013:

CONVERSACIÓN CON EMILY McCULLAGH, UNA ARTISTA PLÁSTICA Y ESCULTÓRICA QUE DESARROLLA PARTE DE SU TRABAJO ARTÍSTICO EN EL CAMPO DEL ARTE COMUNITARIO, LA ARTETERAPIA Y LA INCLUSIÓN SOCIAL

Unimos treinta radios y lo llamamos rueda;

pero es en el espacio vacío donde reside la

utilidad de la rueda.

Moldeamos arcilla para hacer un jarro;

pero es en el espacio vacío

donde reside la utilidad del jarro.

Abrimos puertas y ventanas cuando construimos una casa;

son estos espacios vacíos

los que permiten utilizar la casa.

Por lo tanto, igual que aprovechamos lo que es,

deberíamos reconocer la utilidad de lo que no es. 

(Lao-tse, Tao Te Ching, XI)

Del libro de Luis RacioneroTextos de estética taoísta (Alianza Ed.)

Emily, ¿qué es para ti la creación?

A nivel personal la creación para mí es dejar que la vida se geste y se respire por mi cuerpo, la respuesta a todo lo que uno es y sueña con ser, la forma de conectar con todos los niveles de existencia que se perciben a través de nuestra antena por lo intangible.

Ser y no ser, realidad e ilusión. Pintar el espacio es pintar el vacío. ¿De dónde surge esta obra de arte, Ozone, este círculo en mitad de la naturaleza? Se me antoja una experiencia estética en toda regla.

La realidad no tiene consenso y no hay una opinión única sobre lo que es real y lo que no lo es. Ya lo dijo Albert Einstein: “ Quien quiera erigirse como juez en el campo de la verdad y el conocimiento naufragará ante la risa de los dioses.”

Encuentro inspiración en el poeta y místico del siglo XIII Rumi, quién escribió líricamente sobre su amor por el vacío. Sus palabras todavía resuenan como verdades para mí en este momento, en el tercer milenio.

La obra Ozone salió del sitio donde nos encontrábamos, en un bosque cerca de Plymouth, al sur de Inglaterra.  Siempre conecto con lo ajeno cuando estoy en medio de la naturaleza. Parte de la visión del mundo celta es que uno puede caer en manos de las hadas (fairies) durante un paseo, a veces sin ni siquiera darse cuenta. Capas de realidades coexisten simultáneamente y todo está impregnado de lo etéreo. Quise construir un umbral en el camino que a modo de portal permitiese el paso a otras realidades.

¿Con qué materiales trabajas?

Soy un trotamundos incurable y a través de los años he experimentado con madera, vidrio, cerámicas, pinturas al oleo, acuarelas. Mi última fascinación es por la textura de los pasteles al oleo y del fieltro.

Dicen que para los músicos el mundo es esencialmente sonido y a través de sus obras nosotros no lo palpamos ni lo vemos, pero lo sentimos. Me pregunto  ¿qué es el mundo para tí? ¿Cómo lo ves? ¿De qué se compone? 

El mundo está lleno de las texturas de nuestros sueños y de la magnificencia de un espacio lleno de la mayor sinfonía que uno pueda concebir, repleta de sonido, espacio, color, tacto, energía y movimiento.  Dentro de cada átomo hay un 99% de vacío, por lo que de alguna manera lo que está por debajo de todo es silencio.

Al ver tus obras se me ocurre que la materia, lo orgánico, el tacto está muy presente. Percibo que tu arte no es un arte visual. ¿Tal vez por eso trabajas con discapacitados visuales? Háblame de tus talleres artísticos con estos grupos de reducida visión.  

Trabajar con discapacitados visuales fue todo un honor y una inspiración. Poder participar en su sentido táctil fue maravilloso, una educación para ver el mundo desde su perspectiva y entender los desafíos a los que tienen que enfrentarse día a día. El grupo no presentaba ceguera total por lo que su percepción de la realidad era más empañada y menos enfocada que la nuestra. Los colores eran importantes como puntos de referencia y de simplicidad. Trabajar con madera conlleva una meditación y una calma y el grupo me ayudó a desarrollar el sentido de lo que significa guiarte por el tacto para saber en qué momento una pieza está terminada, en vez de usar la vista.

EPÍLOGO:

En la línea de sus trabajos artísticos comunitarios, que implican la mejora social y la participación del público en la obra, y motivada por la posibilidad de usar el arte como terapia, Emily McCullagh trabaja actualmente en instituciones mentales en Dublín (a través de la disciplina de la arteterapia) con personas que tienen una enfermedad mental diagnosticada como la depresión o esquizofrenia. Su trabajo se desarrolla como un proceso y permite una introspección positiva para el paciente en un estado de calma y de tranquilidad gracias a la exploración artística que no tiene más finalidad que el reconfortar e involucrar a la persona, sin buscar cualidades estéticas ni emitir juicios de valor sobre el aspecto final de la obra.

Al mismo tiempo, Emily sigue estudiando sobre Arte y Psicoterapia en la Universidad.

Puedes encontrar a Emily McCullagh en su página web:

http://emilymccullaghart.wix.com/emilymccullagh


El cine de la imaginación, o como hacer posible otros mundos. Por Judith Vives

Una vez leí que en la vida nos vamos encontrando con personas que caminan con nosotros durante un tiempo, algunas que simplemente están a nuestro lado lo que dura un viaje en tren o un trayecto en metro y otras que se convierten en compañeros fieles de travesía. Pues bien, Judith es esa compañera de ruta que siempre te vas encontrando en diferentes puntos del sendero a lo largo de los años.

Hace tiempo que quiero que suba a este trapecio de tinta, sé que aquí se encontraría en su salsa, rodeada de proyectos creativos en movimiento y de mentes despiertas como la suya, pero los deseos tardan a veces en cumplirse.

Esta semana, con la excusa de la celebración de la Semana de la Creatividad (2013 World Creativity Innovation Week), supe que tenía el mejor anzuelo para que picara y me dijese: «SÍ».

Ojalá este artículo que le propuse escribir expresamente para ser publicado hoy aquí sea el inicio de una futura colaboración que se prolongue en el tiempo.

Judith Vives es un espíritu inquieto, mirad sino como se define en su perfil de Twitter: periodista, cinéfila, lectora, bloguera, culturalmente inquieta, curiosa en general y promotora de @llegimipiulem (una tertúlia literaria 2.0. donde se comparte la experiencia lectora de obras de la literatura catalana en Twitter); @hotelelectric (un alojamiento para iniciativas de promoción y difusión del cine y el audiovisual y desde donde se organizan proyecciones, cinefórums, cursos y espacios de debate); @cinemacatala (una plataforma 2.0 que difunde y reivindica el cine catalán) y @ilurocraft (porque Judith siempre está innovando y ha sido de las que se ha apuntado a hacer ganchillo, el nuevo yoga y una de las últimas tendencias urbanas). Queda demostrado de sobra que si hay una palabra que la defina esa es: «polifacética».

Ella sabe de mi pasión por el cine, igual que yo conozco la suya, por eso nada mejor que invitarla a escribir sobre el cine y la imaginación. Nadie mejor que ella para hacerlo. Os diré que Judith ejerce de crítica cinematográfica en diversos medios (La Butaca, Nuvol.com, Ciutat Oci, revista Valors) y que ha colaborado en la organitzación de la Muestra de Cine de Mataró y de diversos cinefórums de la comarca del Maresme (Barcelona), además de publicar sobre cine, cultura y comunicación en su blog personal (Espai Isidor) que inició ahora hace 10 años, en 2003.

Mi propuesta fue enviarle esta pregunta: ¿Es el cine uno de los territorios ideales para cultivar la fantasía y la imaginación?…

EN LA SEMANA DE LA CREATIVIDAD:

EL CINE DE LA IMAGINACIÓN, O COMO HACER POSIBLE OTROS MUNDOS, por JUDITH VIVES

Hace unos días recibí la propuesta de mi amiga Cayetana para participar en la Semana de la Creatividad que celebra en su blog TrapezideTana, un espacio sugerente donde perderse entre palabras, creación e ideas en movimiento. Me propuso un reto y acepté de inmediato. Cayetana me pidió que respondiera a esta pregunta: ¿Es el cine uno de los territorios ideales para cultivar la fantasía y la imaginación?

melies


Fotograma de una película de Georges Méliès

Mi respuesta, por supuesto, es un SÍ rotundo y en mayúsculas, pues desde luego no se me ocurre un campo mejor abonado que la pantalla de un cine para dar rienda suelta a la imaginación. Sé muy bien que me diréis que lo mismo se podría pensar de los libros, la música o la pintura. Pero nada mejor que el cine, el séptimo arte, para aglutinar todo lo mejor de todas las demás disciplinas artísticas: las palabras, la música, la imagen, la luz, el espacio, el movimiento y el silencio. Con estos pocos ingredientes y gran creatividad se puede hacer mucha magia y así ha sido desde 1895, año de su invención por los Hermanos Lumière. Desde sus primeros pasos como truco de feria hasta las millonarias producciones digitales del siglo XXI, el cine no ha dejado de ejercer como transmisor de fantásticas maravillas.

Estos días en Barcelona se puede visitar una recomendable exposición sobre Georges Méliès, uno de los grandes pioneros del séptimo arte y el creador, por así decirlo, de la línea imaginativa y fantástica de la narrativa cinematográfica. Los Lumière aplicaron su invento para documentar pequeños hechos de la realidad cotidiana, gestos de personas y paisajes de ciudades. Méliès dejó claro que el nuevo invento de los Lumière no iba a servir solo para captar el movimiento del mundo real, y que a través del pequeño objetivo había espacio también para convertir nuestros más grandes sueños —y alguna que otra pesadilla— en realidad. Porque nos gusta conocer el mundo que nos rodea, pero todavía nos gusta más imaginar otros mundos posibles; y el cine, con su magia, los ha hecho posibles.

En sus cien y pocos años de existencia, el cine se ha debatido entre la ensoñación de la fantasía y el compromiso con lo real. De la misma manera que a menudo se confronta el cine comercial asociado al glamour de Hollywood con el llamado “cine de autor” o “cine alternativo”. De las tensiones entre estos polos opuestos han ido surgiendo nuevos lenguajes, nuevos géneros y nuevos formatos con los que seguir dando rienda suelta a la imaginación, la de los creadores y la de nosotros, los espectadores, siempre dispuestos a disfrutar de una buena historia. Ya sean las viejas películas mudas de Charles Chaplin o el delirio digital de Matrix con el que el cine recibió al siglo XXI, el fin siempre es el mismo: encantarnos con una historia. Por eso no creo que se pueda establecer un único y definido territorio para la imaginación y la creatividad en el cine.

Kill Bill


Rodaje de «Kill Bill» de Quentin Tarantino

No me cabe la menor duda. El cine es un territorio universal, sin nacionalidad y sin fronteras, como lo es el propio terreno de la fantasía y la imaginación. Sin duda, igual de importantes han sido los géneros clásicos o las aportaciones que desde la misma industria de Hollywood hicieron directores como Steven Spielberg o George Lucas a finales de los setenta; como decisivas han sido también las obras surgidas desde la más radical independencia (pienso por ejemplo en el cine de vanguardias, en el underground de John Cassavetes), en el frescor de los nuevos cines europeos, o en las miradas propias de cinematografías lejanas, como la japonesa o la iraní. Igual de creativo me parece el ya consolidado cine de Quentin Tarantino, que bebe de un montón de fuentes con las que ha conseguido crear su propio lenguaje; como la apuesta de nuevos directores españoles como Carlos Vermut (os recomiendo Diamond Flash), que se mueve en el cine low-cost, sin presupuesto, pero lleno de grandes ideas e imaginación. No importa, pues ante una pantalla de cine los espectadores no cuentan los números, sino la magia, aquella capacidad única de hacer lo imposible, realidad.

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Fotograma de «Diamond flash»
de Carlos Vermut


Entrevista a ISABELA MÉNDEZ. El cuento: un delicioso y delicado equilibrio entre narración y escucha

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Isabela Méndez durante una sesión de cuentos coordinada por TRIVIUM Gestió Cultural para Sala Àmbit Cultural de El Corte Inglés
Tarragona, 17 de noviembre de 2012
Fotografía: TRAPEZIdeTANA para TRIVIUM Gestió Cultural

«El cuento es un arte vivo que se sustenta en la respiración y el pulso de quien narra y de quien escucha, en un delicioso y delicado equilibrio» Isabela Méndez

Quise que esas palabras fuesen el titular de mi primera entrevista a ISABELA MÉNDEZ, y que hoy se ha publicado en BOOLINO. En esa frase se resume el discurso poético de esta gran artista, poliédrica, como me gusta calificarla.

En esa entrevista se recoge apenas una pizca de todo lo que abordamos cuando trabajamos juntas. En nuestras sesiones de trabajo, siempre la asalto con mil preguntas y curiosidades acerca de su arte y de su oficio. Y siempre bromeamos con empezar a crear un diario de conversaciones sobre arte, teatro, poesía, cuentos, palabras y silencios… Tal vez algún día lo hagamos ¿verdad, Isabela?

Comparto aquí el enlace a la entrevista que el portal BOOLINO, un lugar que busca ante todo entusiasmar a los niños con la lectura y los libros, ha publicado hoy. Lo hago con el deseo de que descubráis a través de nuestro diálogo a una gran artista y mejor persona. Alguien que contribuye con su profesión y su «duende» a construir lazos de comunicación, respeto e integración. Alguien que cree profundamente en el poder de la palabra y el silencio, tan necesarios.

Ambas creemos firmemente que se necesitan espacios para la escucha, que en este mundo hay ya demasiado ruido, que necesitamos sentir el sonido del lenguaje. Estamos demasiado acostumbrados a oír, pero no a escuchar ni a permitir sentir. Y en eso trabajamos.

Isabela, nos queda un largo camino por delante, y eso es lo que importa, el camino. ¡Sujeta bien tu turbante, que empieza el vuelo, amiga!

ENLACE A LA ENTREVISTA a Isabela Méndez:

En castellano  / En catalán 

NOTA PARA BOOLINO: Felicidades por la labor que hacéis. Gracias por darme la oportunidad de col·laborar con vosotros a través de breves entrevistas.

NOTA PARA TRIVIUM Gestió Cultural: Gracias por ofrecerme un lugar en vuestro equipo. Es un lujo para mi estar ahí, «ACTIVAMENTE CON LA CULTURA».


Pensamientos robados

En mis paseos por las librerías acostumbro a robar frases, incluso a veces algún poema.

Mi último hurto fueron cinco citas:

– «Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta» Orson Welles

– «El cine para mi es un arte de la prosa. Definitivamente, se trata de filmar la belleza pero sin que se note, sin que se note para nada» François Truffaut

–  «Una película es un equilibrio continuo entre la literatura y la música. Se debe constantemente renunciar a las leyes psicológicas por las leyes musicales» François Truffaut

«El arte nos atrae solamente cuando revela en nosotros secretos» Jean Luc Godard

– «El cine no es un arte que filma vida, el cine está entre el arte y la vida» Jean Luc Godard

De camino a casa me hicieron pensar en una película y en un poema que sentí recitar un día en voz alta a su autor, Juan Vico.

In the mood for love

Alzo la vista de repente, reclamado
por el más minúsculo de tus gestos,
las yemas rozando el cuello bajo la nuca,
persiguiendo el dibujo de algún lunar

mientras la noche va desollando los muros
y la obviedad se filtra por las costuras
de nuestro frágil simulacro,
y tú y yo a solas, por fin, fingimos no conocernos,

desnudando la mirada, con la voz de puntillas,
jugando a hacer chocar nuestras memorias, desafiantes,
quizás a punto de besarnos como extraños,
de tocarnos con temor, reverenciosos,

como el que palpa secretamente un amuleto,
reencontrando con alivio su relieve:
grumos de luz incrustándose en los dedos,
tanta suerte, tanta muerte en los bolsillos.

Still Life, Juan Vico (2011, Servei de Publicacions de la UAB).

Poema inspirado en la película del mismo título, In the mood for love

Nota para Juan Vico: Fue un placer escuchar lecturas en voz alta y conocer ese maravilloso espacio que es Laboratorio de Escritura (C/ Joan Blanques, 12, Barcelona).

Nota para Isabela MéndezGracias por invitarme a acompañarte a celebrar en ese lugar el Día Mundial de la Poesía.


27 de marzo Día Mundial del Teatro. Un día para HONRAR LA VIDA

DEDICADO A EDUARDO KOFMAN

Los días 20 y 21 de marzo se desarrollaron en el Institut del Teatre de Barcelona las V Jornadas sobre la Inclusión Social y la Educación en las Artes Escénicas.  La primera de las ponencias programadas fue impartida por el director de Teatro Comunitario EDUARDO KOFMAN.

Kofman la inició proyectando una potente dispositiva que mostraba 3 símbolos: un crucifijo, una estrella de David y una media luna árabe.  Y en la sala, el silencio.

Ese fue el arranque de una emocionante charla a lo largo de la cual presentó “Teatro por la paz y la convivencia”, el proyecto de teatro multicultural comunitario que lleva a cabo en Israel con jóvenes judíos, cristianos y musulmanes, y en la que una palabra, un verbo, destacó todo el tiempo sobre el resto: confiar.

¿Qué pretendía Eduardo Kofman al iniciar su ponencia con aquella diapositiva?

Pienso que sobre todo una cosa: provocar la reflexión sobre la diferencia, sobre la mirada del otro. Porque… ¿qué es el teatro, si no posar la vista en el otro, para de ese modo situarla en uno mismo? Ese es el poder del teatro, devolvernos nuestro reflejo. Por eso el teatro es mágico, curativo.

Dijo Eduardo Kofman: “No se puede negar la realidad. Al contrario, hay que aceptar y confiar. Mis juegos teatrales llevan a que confíen. El teatro se basa en la confianza mutua. El teatro es entregar el cuerpo, las sensaciones, las historias al grupo y al público. Y en ese ejercicio de confiar se aprende a respetar”.

Eduardo continuó explicando que en sus programas los textos y escritos que se representan están siempre escritos en dos lenguas: árabe y hebreo.  Lo que a mi modo de ver dice mucho, muchísimo, sobre su filosofía de trabajo, pues para él el verdadero idioma va más allá de las grafías y acentos, para él su lengua es el teatro. El arte dramático como idioma común, a través del cual se unen las diferencias individuales y colectivas, un lenguaje capaz de unir etnias en la convivencia y la tolerancia, sin que ninguna de ellas pierda su identidad,

Pero aun guardaba Kofman una diapositiva mucho más reveladora, con la que puso el punto final a su conferencia.

Era esta.

EduardoKofman_Barcelona20.03.13

Eduardo Kofman al final de su conferencia en el Institut del Teatre
Fotografía: Tana Sanz

En ella, una misma palabra escrita en dos lenguas distintas. Una diapositiva que actuaba como espejo de la realidad. Y la realidad, como dijo el propio Eduardo al inicio de su ponencia, no se puede negar. Esa palabra era “PAZ”, escrita en hebreo (Shalom) y en árabe (Salam).  Esa última diapositiva que lo resumía todo (dos grafías y dos sonidos prácticamente iguales) estaba lanzando una pregunta al aire: ¿alguien sabe dónde está la diferencia? ¿acaso no es más lo que nos une que lo que nos separa?

Leí un día: “La palabra es sonido, y el sonido cura”. Y me gusta pensar que en el teatro las palabras vuelan, recorren el escenario para bajar a la platea, traspasan tiempo y espacio y, en el mejor de los casos, acaban en los bolsillos de los espectadores que se las llevan con ellos a sus casas. Esa es la magia del teatro, un lugar en el que se refleja el mundo, un lugar para crear lazos de confianza, tan necesarios.

Eduardo Kofman nos hizo un regalo, la lectura en voz alta de un poema que él mismo acostumbra a leer a sus alumnos antes de que ellos salgan a escena y que ese día quiso compartir con todos los asistentes.

“HONRAR LA VIDA”

¡No! Permanecer y transcurrir
no es perdurar, no es existir
¡Ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de no ser,
tanta conciencia sin saber
adormecida…

Merecer la vida no es callar y consentir,
tantas injusticias repetidas…
¡Es una virtud, es dignidad!
Y es la actitud de identidad ¡más definida!

Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir…
¡Honrar la vida!

¡No! Permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
¡Honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad,
en nuestra tonta humanidad
enceguecida.

Merecer la vida es erguirse vertical,
más allá del mal, de las caídas…
Es igual que darle a la verdad,
y a nuestra propia libertad
¡La bienvenida!…

Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir.
Porque no es lo mismo que vivir…
¡Honrar la vida!

Luego supe que este poema es la letra de un tango de Eladia Blázquez. Y no es casualidad que sea la letra de un tango, pensé, porque… ¿y qué es la vida si no un tango? Dicen que la vida es un tango, que la tenemos que «mirar de frente, erguidos, cual bailarines, pero flexibles a los movimientos del camino».

El 27 de marzo es el Día Mundial del Teatro, un día para «honrar la vida».

Nota para Eduardo Kofman:

La lectura en voz alta es algo que defiendo y que desde este trapecio de tinta impulso. Creo firmemente que las palabras son instrumentos poderosos. Que por eso hieren a veces más profundo que las espadas, que por eso curan heridas que sangran. Creo que en este mundo que nos ha tocado vivir necesitamos con urgencia espacios para la escucha, para ver y sentir al otro a través de las palabras, a través sus sonidos. Pienso que esos espacios propiciarían otra manera de leer, que va más allá de pasar la vista por lo escrito. Leer es también pararse a escuchar a quien lee, es entender, comprender, descifrar, descubrir y sobre todo SENTIR. Fue impactante ver proyectada en el auditorio la misma palabra escrita en dos lenguas y sentir su sonoridad tan parecida.

Trabajo en proyectos que tienen que ver con el lenguaje y el arte. Esa diapositiva encierra mucho de lo que defiendo: escuchar el sonido de las palabras, sentir lo que nos quieren decir.

“La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha.” afirmaba Michel de Montaigne. Y nos hemos olvidado de la segunda parte de la frase.

Fue estupendo compartir desde la butaca del auditorio sus palabras. Tal vez un día, en un futuro, pueda presentarle alguno de esos proyectos construidos sobre el sonido y la palabra dicha en voz alta en los que colaboro y ayudo a construir. Sería realmente fantástico sumar su apoyo en ellos.