Archivo de la etiqueta: melodías y silencios

Elionor

Hoy es el Día del Trabajador.

Y escuchar este poema de Miquel Martí i Pol es una de las mejores maneras de celebrarlo.

 

Sé que una buena traducción debe transmitir el mismo contenido del texto de origen (catalán) a la lengua de destino (castellano), y evidentemente, no debe añadir ideas ni tampoco suprimirlas. Y eso es lo que me he permitido hacer lo mejor posible. Con el único ánimo de que lo disfrutéis.

 

Elionor_Miquel Martí i Pol

 


Un beso siempre se conjuga en presente

Hubo un tiempo que en este blog se mecían las propuestas creativas de Amparo Matilda Escribano Cienfuegos, una artista de los pinceles para quien uno de los lienzos más importantes es el de la imaginación.

Un domingo de agosto de 2013 nos explicó que un beso siempre se conjuga en presente.

Hoy, que se celebra en el mundo el Día internacional del beso, recuperamos de nuevo su poema.

 


La aventura de oír

Hoy tenemos el placer de publicar una colaboración del profesor, periodista y escritor José Julio Perlado, quien ha tenido la amabilidad de escribir este artículo sobre la lectura en voz alta para ser publicado en paralelo en su blog y en este trapecio de tinta desde el que nos gusta explorar el lenguaje y la comunicación.

Os invitamos a leer con calma el texto del profesor Perlado y a reflexionar en sus ideas. Creemos sin lugar a dudas en el poder de la lectura en voz alta como poderosa herramienta, no solo de aprendizaje sino de interacción con los textos con la que desarrollar y fortalecer la comprensión lectora.

En la actualidad José Julio Perlado publica de forma asidua en Mi Siglo. La invención de la realidad (su blog), en donde acumula más de un millón y medio de visitas. Os animamos a pasear por su «siglo», no os defraudará el paseo.

LA AVENTURA DE OÍR

Por José Julio Perlado

«La voz en la lectura en voz alta es como un tapiz de las mil y una noches de la literatura que tomara impulso sobre la memoria, sobrevolara los tejados de la imaginación, evolucionara por encima de los oídos, de las mentes y de las conciencias. Es la voz la que despierta a los textos, las voces de los diálogos, los ahogos de las exclamaciones, la curiosidad abriendo interrogaciones, el manso pasear de la prosa sobre el silencio. Es la voz la que hace sonora a la palabra escrita, palabra nacida en el secreto de la creación y resucitada gracias a la voz.»

José Julio Perlado

 

Foto: Gregory Colbert

Foto: Gregory Colbert

“Para el niño pequeño –escribió Ana Pelegrín en La aventura de oír, la palabra oída ejerce una gran fascinación. La palabra y su tonalidad, su ritmo, los trazos afectivos que teje la voz cuando es temperatura emocional, calma, consuelo, ternura, sensorialidad latente”. Las modulaciones de voz, el tono persuasivo en el narrador, el agudo y tembloroso de un personaje, el agudo y tímido de otro, el tono medio, grave de un tercero, todo eso nos va introduciendo en el secreto de una historia cuyo misterio se abre gracias a la lectura en voz alta. Pero no solamente el niño recibe ese secreto. Recuerda Umberto Eco en el prólogo a Mi Dante de Roberto Benigni –el episodio-espectáculo que duró trece días seguidos en la Plaza de Santa Croce, en Florencia, donde cinco mil personas escucharon recitar versos de la Divina Comediaque en el siglo XlX, cuando hacían furor Los misterios de París de Sue o El conde de Montecristo de Dumas, la mayoría de los apasionados del género no sabía leer, y se reunían al caer la tarde en el patio o en la calle para escuchar al intelectual de turno, al portero o a algún comerciante que sabía contar cuentos, tal y como ahora uno se sienta delante de la televisión a escuchar a Benigni.

En diversas publicaciones de prestigio se ha alabado el “saber decir” del actor italiano recitando a Dante. “Fue como escuchar una música sublime”, señalaba “Sunday Telegraph”; “Su entusiasmo es adictivo, incluso contagioso –decía otra revista– Cada frase, cada palabra traducida es una invitación al desafío de aprender”.

En La Historia de la lectura – el volumen dirigido por Giuglielmo Cavallo y Roger Chartier -, al hablar de la Grecia clásica, se recuerda que lo escrito estaba incompleto sin la voz, es decir que lo que se había redactado debía ser apropiado después por una voz con el fin de realizarse plenamente. El escritor contaba con la llegada de un lector dispuesto a poner su voz al servicio de lo escrito con miras a distribuir su contenido a los transeúntes, a los “oyentes” del texto. “Contaba con un lector que seguiría el paso obligado de la letra. Leer era, pues, poner su propia voz a disposición de lo escrito (en último término, del escritor). La voz del lector se sometía, se unía a lo escrito. Ser leído era, por ende, ejercer un poder sobre el cuerpo del lector, aun a gran distancia en el espacio y el tiempo. El escritor que lograba hacerse leer actuaba sobre el aparato vocal del otro, del que se servía, aún después de su muerte, como instrumento vocal, es decir, como alguien a su servicio, como de un esclavo”.

Es muy interesante ese sentido del “aun después de su muerte”. Después de la muerte de Quevedo, de Góngora, de Cervantes, después de la muerte de Herman Melville o de León Tolstoi, por poner algunos ejemplos, la voz de quien lleva la lectura en voz alta arrastra los sentimientos íntimos de esos autores, los eleva en el aire, los conduce gracias a la expresividad, los precipita o los retrasa según las velocidades del ritmo de lectura, y he aquí que el oído que escucha va inflamando enseguida a la mente, despierta aún más a los sentidos, y uno, a través de la lectura en voz alta, entra emocionado por los pasillos de los sueños de Quevedo o por las galerías deslumbrantes de los bailes de Tolstoi en Guerra y Paz. Después de la muerte de muchos escritores, éstos se hacen, pues, muy “vivos” en sus obras gracias a la voz. Célebres escritores se han formado en su infancia en el cauce de la lectura en voz alta. El escritor hindú V.S. Naipul cuenta cómo su padre le leía párrafos de Oliver Twist o los Cuentos de Charles Lamb, pero también cómo en el colegio el profesor Worm se sentaba “y nosotros –dice– nos colocábamos a su alrededor, de pie, intentando guardar silencio. Él miraba el libro de  Collins Classics que, curiosamente, entre sus gruesas manos parecía un libro de oraciones, y nos leía a Julio Verne como si rezara”.

recitar

El necesario placer de leer en voz alta

Tal es el dominio de la voz, el encantamiento de la pronunciación, los frutos de una recitación en prosa o en verso. No todos los escritores afamados han sabido leer bien sus propios textos. En el Museo de la Voz, por ejemplo, puede escucharse a famosos autores españoles incapaces de leer bien lo que escribieron de modo admirable y en cambio oímos, profunda y melódica, la voz de Baroja acunándonos con su cántico al viejo acordeón. Pero no tienen por qué ser los escritores quienes siempre se lean a sí mismos. Hay recitales sorprendentes de autores y también hay intervenciones de lectores exquisitos. La voz en la lectura en voz alta es como un tapiz de las mil y una noches de la literatura que tomara impulso sobre la memoria, sobrevolara los tejados de la imaginación, evolucionara por encima de los oídos, de las mentes y de las conciencias. Es la voz la que despierta a los textos, las voces de los diálogos, los ahogos de las exclamaciones, la curiosidad abriendo interrogaciones, el manso pasear de la prosa sobre el silencio. Es la voz la que hace sonora a la palabra escrita, palabra nacida en el secreto de la creación y resucitada gracias a la voz.


Sobre los beneficios de la lectura en voz alta

Lectura en voz alta. Antonio Capel 

«Si el hormigón es el material que soporta los cimientos de una casa, las palabras que los niños oyen suponen la base sobre la que construir su futura capacidad lectora. Pero solo existen dos formas complementarias y eficientes para que el cerebro humano procese, construya palabras y cree los cimientos de una lectura competente: bien reconociéndolas visualmente, o escuchándolas de otros. Teniendo en cuenta que los alumnos tardan unos 6 años en reconocer a través de sus ojos las palabras de un texto escrito, el mejor modo para prepararlos a adquirir o “edificar” palabras, no sólo en edades tempranas, sino también durante toda la escolaridad obligatoria, es oyéndolas a través de la lectura en voz alta de un lector experto, de un “lector semanero” que les ayude a familiarizarse con ellas, a cómo leerlas, a descubrirlas posteriormente cuando se enfrenten a los textos escritos y, en terminología benedictina, a poder “edificar” su significado posteriormente, todo un auténtico enfoque cognitivo del desarrollo de la capacidad lectora.»

Este párrafo es solo un extracto del imprescindible artículo del profesor Andrés Calero «¿Se lee a los niños en voz alta en la escuela y en el medio familar?»  y que está publicado en su blog http://comprension-lectora.org.

Como él bien dice, acerca de la lectura en voz alta: «Es mucho el potencial de aprendizaje de vocabulario y destrezas lectoras que esa práctica conlleva».

Desde aquí queremos invitar al profesor Calero a continuar desarrollando los beneficios de la lectura en voz alta.

Continuará…


Lectura en voz alta, palabras… y MARC MARTÍNEZ

En los próximos días en Barcelona, el 22 de mayo, tendrá lugar la 6ª edición del Festival Tiflollibre, la iniciativa de la Associació Discapacitat Visual Catalunya: B1+B2+B3 que reivindica la lectura en voz alta, en braille y el libro hablado.

Con motivo de dicha celebración, uno de los lectores invitados de la edición de este año: el actor y director de teatro MARC MARTÍNEZ habla desde dentro y con total honestidad de lo que es para él la lectura, las palabras y como entiende el proceso creativo.

Es una excelente entrevista que os invitamos a leer y a saborear… porque ¡no tiene desperdicio!

Aquí tenéis el enlace:

http://tiflollibre.blogspot.com.es/2014/05/conversamos-con-marc-martinez-actor-y.html

Marc M. 16.12.09 006

Marc Martínez. Fotografía cedida por el actor

 


El latido de lo escrito. En recuerdo a JULIO CORTÁZAR (1914-2014)

Hoy 23 de abril es el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. En Catalunya, además, es un día lleno de rosas rojas, en recuerdo a su patrón, a St. Jordi. Cuenta la leyenda que el caballero, tras dar muerte al dragón, vio como de la sangre que brotó del cuerpo sin vida del monstruo nacía una rosa roja, que cogió para entregar a la princesa. En memoria de ese día, tal fecha como hoy, en mi tierra las mujeres reciben rosas de sus amados y ellos un libro.

En el trapecio celebramos la lectura y los cuentos. Nos interesa la interacción con los textos, el diálogo que establecemos con lo que leemos, y por ello promovemos una manera concreta de interactuar con los textos: leerlos en voz alta. Nuestra propuesta se llama «El latido de lo escrito» y hemos querido que fuese en St. Jordi,  el Día del Libro, el estreno del primer audiovisual del proyecto.

Este año, además, es el centenario del nacimiento de un gran escritor de cuentos: JULIO CORTÁZAR, quien inspiró en gran parte el nacimiento de nuestro proyecto y nos transmitió el convencimiento de que la lectura en voz alta, hoy, es posible y necesaria.

Decía Cortázar en sus Clases de Literatura: «Cuando escribo un cuento y me acerco a su desenlace, al momento en el que todo sube como una ola y la ola se va a romper y será el punto final, en ese último momento dejo salir lo que estoy diciendo, no lo pienso porque eso viene envuelto en una pulsación de tipo musical. Lo sé porque sería incapaz de cambiar una sola palabra, no podría sustituir una palabra por un sinónimo; aunque el sinónimo dijera prácticamente lo mismo, la palabra tendría otra extensión y cambiaría el ritmo, habría algo que se quebraría como se quiebra si se pone una coma donde yo no la he puesto. Eso me ha llevado a pensar que una prosa que acepta y que busca incluso darse con esa obediencia profunda a un ritmo, a un latido, a una palpitación que nada tiene que ver con la sintaxis, es la prosa de muchos escritores que amo particularmente y que cumple una doble función que no siempre se advierte: la primera es su función específica en la prosa literaria (transmite un contenido, relata una historia, muestra una situación) pero junto con eso está creando un contacto especial que el lector no puede sospechar pero que está despertando en él esa misma cosa quizás ancestral, ese mismo sentido del ritmo que tenemos todos y que nos lleva a aceptar ciertos movimientos, ciertas fuerzas y ciertos latidos. Leemos esa prosa de alguna manera como cuando escuchamos ciertas músicas y entramos totalmente en una especie de corriente que nos saca de nosotros mismos y nos mete en otra cosa.»

Junto a la actriz Isabela Méndez y al realizador Marco Zouvek presentamos hoy Una carta de amor, un audiovisual que supone un nuevo paso en nuestro proyecto de lectura en voz alta «El latido de lo escrito», en desarrollo en este blog, y que os invitamos a conocer. No hace falta decir que nos encantará recibir vuestros comentarios e impresiones.

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Isabela Méndez y Marco Zouvek

 

 


Mestizaje

Una reflexión sobre colores, palabras, acentos, pieles, pensamientos… de la mano de Amparo Matilda Escribano Cienfuegos.

poema trenzas

TRENZAS


Trenzas mestizas
Fotografía: Amparo Matilda Escribano Cienfuegos


EL LENGUAJE INTERIOR Y EL COLOR DE LAS PALABRAS, por Andrés Calero

«Un estudiante al que se le enseña a definir el adjetivo “afrutado”, en lugar de a disfrutarlo, está construyendo una palabra gris. Una palabra gris, monocolor, carente de cromatismo, de matices sensoriales, perceptivos, afectivos, y emocionales, que mutila parcialmente su capacidad de conocimiento.  Sin esos matices, es un sonido vacío. Esas “tonalidades”, son las que deberían conformar el criterio de  aprendizaje de las palabras que usamos ¿Por qué?…» ANDRÉS CALERO (Maestro, filólogo y psicólogo). 

Extracto del artículo «El lenguaje interior y el color de las palabras» que el profesor Andrés Calero ha elaborado especialmente para ser publicado en su blog y mecerlo simultáneamente en el trapecio de tinta.

Autor de artículos sobre enseñanza de la lectoescritura, Andrés Calero ha formulado aportaciones teórico-prácticas sobre la enseñanza-aprendizaje de estrategias de comprensión lectora desde la perspectiva metacognitiva, con alumnado de Educación Primaria y Secundaria Obligatoria.

Fue un lujo subir a la barra del trapecio su «aventura de leer y de desvelar enigmas» y hoy nos sentimos felices de volverle a tener de nuevo entre nosotros con una nueva pirueta sobre lenguaje y pensamiento.

No dejéis de leer esta reflexión sobre el color del lenguaje que hoy nos propone. Nos gustaría colorear juntos una reflexión, ¿nos ayudáis?¡Esperamos vuestros comentarios en ambos blogs!

EL LENGUAJE INTERIOR Y EL COLOR DE LAS PALABRAS, por Andrés Calero

palabras

Esta entrada que ahora comienzas a leer, se publica en dos blogs simultáneamente: En éste, y en el valiente blog del profesor Andrés Calero.

En ocasiones el profesor Calero decide subir al trapecio de tinta para mecer algunas de sus reflexiones, en un ejercicio de equilibrio con pirueta incluida que desde aquí aplaudimos. Sabemos que no es fácil saltar a la red para hacer malabares con el pensamiento y el lenguaje, por eso disfrutamos con su valentía de enfoque y con su invitación constante a la reflexión.

Os dejamos con sus palabras:

En consecuencia, y de acuerdo con el título de la entrada, te invito a un balanceo reflexivo que busque, desde una perspectiva en movimiento, la relación de causalidad entre el lenguaje interior del niño, una herramienta  básica para su desarrollo cognitivo, y  el efecto arco iris que, en particular, el uso de dicha herramienta genera en su capacidad lingüística.

Una primera sensación de sacudida, vacilación e inestabilidad  producida por el primer balanceo, es lo que se puede sentir al comprobar que un alto porcentaje de las palabras que el niño re-produce como consecuencia del aprendizaje escolar y familiar son palabras grises. ¿Qué son palabras grises? Aquellas que re-petimos, o re-producimos, sin haberlas re-construido, re-creado, o cultivado interiormente a través de la activación de las conexiones neuronales propias de los surcos de nuestro hemisferio izquierdo. Así, cuando un estudiante re-pite, memoriza o ladra las palabras que otros han sembrado y labrado, produce palabra grises. Un estudiante al que se le enseña a definir el adjetivo “afrutado”, en lugar de a disfrutarlo, está construyendo una palabra gris. Una palabra gris, monocolor, carente de cromatismo, de matices sensoriales, perceptivos, afectivos, y emocionales, que mutila parcialmente su capacidad de conocimiento.  Sin esos matices, es un sonido vacío. Esas “tonalidades”, son las que deberían conformar el criterio de  aprendizaje de las palabras que usamos ¿Por qué?

Veamos. Un segundo balanceo viene a estabilizar el recorrido del trapecio y a abrir canales sensoriales y de conocimiento, al avistar el proceso sobre cómo se construyen palabras plenas de coloración y matices.  Fue Vygotsky, un psicólogo ruso del siglo pasado preocupado por la génesis del pensamiento verbal, quien dijo que el pensamiento no se manifiesta simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Para él, pensamiento y habla son dos líneas del desarrollo intelectual que inicialmente suelen caminar separadas en el niño, hasta que aproximadamente hacia los dos años de edad se entrecruzan,  para dar comienzo a una nueva forma de comportamiento y conocimiento humano, por los que el pensamiento  se hace verbal, y la palabra pensamiento.

artículo CALERO

¡Ésa es la barrera,  el rubicón del desarrollo humano e intelectual que los niños suelen atravesar, para comenzar a construir “sentido y sensibilidad” hacia las palabras!  ¡Es en ese momento cuando ellos son capaces de edificar cromatismo y  matices de conocimiento en las palabras que utilizan! Esencialmente, porque unidas a su significado y a medida que las van dominando,  acostumbran a percibir que las palabras pululan por su mente con tonalidades fonéticas, semánticas, sensoriales, o afectivas distintas en el intercambio con los demás. Surgen, se recrean y se cultivan  en el contexto personal de su lenguaje interior (ese lenguaje que Machado ejercitaba). De ese modo, el pensamiento nace a través de las palabras, y las palabras generan pensamiento. Pero la palabra sin pensamiento es una cosa muerta, gris. Del mismo modo, un pensamiento desprovisto de palabras “coloreadas” dilata la sombra oscura de la historia intelectual gris del ser humano. Es a partir de ahí, cuando lenguaje y pensamiento van de la mano, y el primero se convierte en una de las herramientas más importantes y trascendentales de su desarrollo cognitivo, intelectual y creativo.

Como producto de la relación pensamiento/habla, cada niño siembra y labra en dicha relación su modo personal de pintar, de delimitar y de comprender la realidad externa e interna que atesora. En condiciones normales,  esa cosecha se desarrolla a lo largo de una curva que se eleva, y no a lo largo de una que declina, estando sujeta a evolución, no a involución; y disociándose solamente por mor de la naturaleza absurda de algunos procedimientos de enseñanza/aprendizaje.

En definitiva, el lenguaje interior supone una tarea cognitiva para uno mismo que se nutre igualmente del intercambio social, que a la vez es una importante fuente del desarrollo intelectual, que  sirve para que el niño aprenda a regular y canalizar su orientación mental y la comprensión de la realidad que le rodea; contribuyendo además, en gran medida, a la superación de barreras emocionales e intelectuales, aportando  y creando para ello  la tonalidad y el significado de las palabras que recrea.

Una parada en el trapecio, para plantear una cuestión y concluir en esta entrada con un decálogo en negativo de 10 conductas a evitar en el hogar y la escuela, para que los niños profundicen en el desarrollo de esa relación  lenguaje interior/pensamiento:

¿Cuándo no cultivamos ese lenguaje interior que llena de cromatismo y colorido semántico y personal las palabras orales y escritas?

  • Cuando hacemos callar al niño por sus frecuentes preguntas sobre la realidad que le rodea.
  • Cuando el aprendizaje de la lectura se convierte en una actividad rutinaria de decodificación de sonidos.
  • Cuando se transmite al niño la idea de que leer es leer deprisa y sin errores.
  • Cuando le enseñamos  a definir un adjetivo de un texto, y no a  vivirlo,  a sentirlo, o a deleitarse con el cromatismo de las sensaciones que genera.
  • Cuando el único instrumento para representarse el significado de palabras desconocidas es el diccionario.
  • Cuando no transmitimos al lector que el propio texto contiene pistas semánticas que aportan significado a muchas de las palabras desconocidas que contiene.
  • Cuando no enseñamos al niño estrategias de lectura para aprender a comprender el texto escrito.
  • Cuando anestesiamos la capacidad del lector para autocuestionarse sobre lo que lee, y las preguntas que se le plantean son las de las editoriales que escriben los textos,  o las del profesor.
  • Cuando no enseñamos al lector a “visualizar”, con todo su cromatismo, el contenido de muchas de las palabras o frases  que los textos contienen.
  • En resumen, cuando no le transferimos la capacidad de autorregular los procesos de pensamiento asociados a la comprensión de textos.

Andrés Calero

Twitter: @acalero1

http://comprension-lectora.org/


Conversación con Sandra Rossi: La importancia de la preposición «CON» a la hora de contar un cuento

«Un espectáculo de narración oral para mí, no es un trabajo PARA el público, es un trabajo CON el público. Para mí es muy importante destacar esta preposición, “CON”, porque yo no estoy detrás de una cuarta pared. Yo estoy allí para compartir y me doy cuenta de que ellos aceptan mi invitación. Para mí existe este vínculo, no hay distancia, yo trabajo CON el público. Cuando lo das todo el otro te recibe y vuelve a tus brazos. Es un oficio de compartir. Y es de las cosas que más amo de mi trabajo».

«Un cuento está hecho de palabras, saboreadas y paladeadas. Ñam, ñam, ñam… está hecho del gusto de la palabra. Está hecho de emociones, de imágenes, de sonidos, de olores, del cuerpo del narrador, de su presencia y de su mirada. Y también está hecho de quien lo escucha, por eso vuelvo a la preposición “CON”, porque el cuento también está hecho de eso, de quien te está escuchando».

SANDRA ROSSI


La narradora Sandra Rossi en uno de sus espectáculos.
Fotografía cedida por Sandra Rossi

Hoy comparto la conversación que, gracias a la oportunidad que me brinda TRIVIUM Gestió Cultural, pude tener con la narradora oral Sandra Rossi.

Entre otras muchas cosas, Sandra me dijo: «Recuerdo a mi padre, él era un narrador de historias no oficial, él sabía contar. Empezaba a explicar y se hacía el silencio, la suspensión del tiempo y todos a su alrededor le escuchaban. Conseguía crear el hechizo. Para mí las palabras siempre han tenido una magia, un hechizo en sí mismas, cadenciosas, que te envuelven…»

Os invito a»degustar» las reflexiones que sobre palabras, cuentos y el hechizo de suspender el tiempo compartimos juntas, una charla en la que a ambas se nos paró el reloj. Ojalá un día podamos retomarla, se nos quedaron muchas cosas en el tintero…

Fue un placer, Sandra.

Aquí están los enlaces a la entrevista:

En castellano: http://triviumgc.com/es/content/entrevistas-narradores-orales-sandra-rossi

En catalán: http://triviumgc.com/ca/content/entrevistes-narradors-orals-sandra-rossi

¡Que la disfrutéis!


Desarrollar la creatividad y trabajar con la escucha

Hoy nos alegra compartir un valiente artículo de IMA BLUMM en el que este blog se ve reflejado. El artículo lleva por título: Como John Cage descubrió que el silencio no existe o Sobre creatividad, cerebro, sonidos y redes sociales.

Y dice entre otras cosas:

«El desarrollo de la escucha, de la percepción directa del sonido como tal fue uno de los ejes centrales de las premisas en que se basaba el trabajo de John Cage. Él aclamaba que la música harmónica, a lo que la gran parte de nosotros estamos acostumbrados como música, ha hecho vago nuestro sentido de escucha. Dado que la música harmónica siempre sigue ciertas reglas comunes que nuestra cultura ya tiene integrada en nuestro subconcsciente, nos es suficiente con oír las primeras notas para poder imaginar como va a seguir la melodía. Por lo tanto en realidad no escuchamos de verdad la música, nos la imaginamos. John Cage pretendía con su trabajo devolvernos a la escucha de los sonidos tal como son, para que aprendiésemos de nuevo a oír la música de lo mundano que nos rodea.

[…]

Si queremos salir de este círculo desarrollando nuestra creatividad, es imprescindible que empecemos a entrenar nuestra atención. Trabajar con la escucha en este sentido puede ser un ejercicio de gran valor. Vivimos en un mundo plagado de imágenes. Y el hecho de que nos hemos vuelto más visuales  contribuye a que cada vez prestemos menos atención, solamente escaneando el mundo que nos rodea. Esa inmediatez nos lleva cada vez a correr más deprisa, y deja aún menos tiempo para prestar atención».

Os invitamos a leer el artículo entero, encontraréis en él los twitts sonoros de Isabela Méndez y una musa arrugada y arriesgada por su planteamiento y diseño sonoro. ¡Que disfrutéis de la lectura y de la escucha!