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Un INMENSO MÍNIMO ESPECTÁCULO de títeres y objetos, dedicado a los detalles que dan sentido a nuestra vida

ROS. MELÓGAMO MÍNIMO DE UN VIAJE

Teatro de títeres y objetos.

Dedicado a los detalles que forman nuestra vida.

Una gran historia que desde este blog, dedicado a ideas y proyectos en movimiento en los que creo, recupero hoy para que no se quede en un recuerdo, y para impulsarla y hacer que brille desde muy lejos.

 
 

Siempre me ha cautivado todo lo que tiene que ver con imantar vida a lo inanimado.

De pequeñita solía entretenerme con cualquier cosa, dialogaba con los objetos que convivían con mis juguetes y me fascinaban las historias de muñecos de plastilina. Pero, sobre todo, si algo había que consiguiese que estuviese quieta, inmóvil, eran  ¡las marionetas! Me transmitían algo que no logro definir y que sé que solo las manos de un titiritero logra. Hoy en día, sigo siendo esa niña boquiabierta y que apenas pestañea cuando asisto a un teatro de títeres o a una función de cuentacuentos.

No hace mucho, este invierno, fui a ver un teatro de títeres y objetos y lo que descubrí fue una función mágica y a dos grandes artistas de lo intangible: Ramon Pascual y Lindes Farré.

Descubrí un inmenso mínimo espectáculo que lleva por título: Ros. Melógamo Mínimo de un viaje. Una historia de objetos, melodías y silencios, creada por el titiritero Ramón Pascual y dirigida por Lindes Farré y que ha cosechado innumerables éxitos. El espectáculo logró, entre otros reconocimientos, la Mención especial del Jurado en el BEFestival de Birmingham (UK-2010) por ser el espectáculo más mágico de todos los presentados a concurso.

Ramón Pascual, desde su compañía ANGELICO MUSGO impulsa el teatro de títeres y objetos. Y aquella tarde en que decidí ir a verlo, tuve el placer de conocer a Ros, la pequeña marioneta con cuerpo de mano (la de Ramon) y cabeza de madera.

Aquella tarde salí del teatro con la sensación de que volar en estos tiempos todavía es posible.  Por eso hoy he querido recuperar ese recuerdo y subirlo a mi trapecio. Para impulsar a Ros y a Ramón, para que su historia sobre la grandeza que habita en lo mínimo llegue muy lejos.

Ros es un ser tremendamente tierno y cercano al espectador. Todo lo que tiene esa pequeña personita de diminuto lo tiene de grande. Es emocionante ver como sus miedos, sus dudas, sus pasos vacilantes quedan atrás cuando se atreve a coger su maleta y seguir adelante. Lo recuerdo en el andén de la estación, temeroso y sorprendido por el ir y venir de otros viajeros, con esa expresión de «¿Y ahora qué?»; lo estoy viendo suspendido en la cuerda floja (¡sí! ¡también en Ros está presente el circo!) con esa mezcla de miedo y determinación y creo que ese número, el de la cuerda floja, es todo un símbolo para los tiempos que corren. ¡Bravo Ros!
 

Ros y Ramon
Fotografía: ANGÉLICO MUSGO

 
 
Os invito a que descubráis a ANGÉLICO MUSGO, el universo que ese proyecto crea a partir de pequeñas cositas y restos de otras.
 
Aquél día, cuando acabó la función, los espectadores tuvimos la oportunidad de acercarnos al escenario y ver de cerca todos los bártulos de Ros. En ese momento fui consciente de que en realidad todo aquello eran simples objetos (que me recordaron a mis viejos juguetes) y que si habían tenido vida había sido gracias a la magia de las manos de un sorprendente titiritero.

¡Gracias Ramón por crear ese universo!

Desde hoy, tu Ros y tu, ya voláis también subidos a mi trapecio.

 
 
 
 

Teclas y música

Últimamente no hago otra cosa más que teclear y teclear en mi portátil.

Mis oídos se han acostumbrado al sonido y cuando me equivoco al pulsar alguna letra, o es la palabra o la frase entera la que decido borrar, entonces, en ese momento, al pulsar el delete es como si de repente sonase el estribillo de una canción: tic, toc, tac, tac, tic, tic. tiquitiquitiquitiquitquití.

Qué curioso! No me había parado a pensar en ello hasta esta tarde cuando hablando con un amigo, sobre el tiempo musical y el hueco que hay entre nota y nota, el teclear de la barra espaciadora y el del delete de pronto me vino a la memoria.  «Vaya! -pensé- esto de teclear palabras y frases es como bailar con la yema de los dedos!»

¿Al fin y al cabo no será el teclado un pentagrama y los dedos del escritor los de un pianista?

GUAU!

Creo que acabo de tener una idea más para subir a este trapecio!

Continuará…

Teclas y música


Sinfonía gozosa

SINFONÍA GOZOSA
Técnica: Mixta
Pincelada de Isabela Méndez

Isabela Méndez, como tantos artistas y escritores, bebe y se nutre de la realidad.

Esta historia publicada en su blog, Del vientre de un tintero, y que lleva por título SINFONÍA GOZOSA cosechó muchos éxitos y está basada en sueños de la vida real.

No olvides hacer clic en las MUESTRAS SONORAS!

Que suene la música!


SINFONÍA GOZOSA

Todo comenzó con los gemidos escandalosos de dos que hacían el amor. A esos gemidos se sumaron otros. Unas semanas después, eran muchos. Como por arte de magia se reproducían de vecindario en vecindario los sonidos del placer, amalgamados con expresiones amorosas y risas de todos los calibres.

Poca gente lograba quedarse impasible tras escuchar los jadeos. Pronto la lubricación de corazones, mentes y cuerpos, reinó en la ciudad.

Se podían percibir distintos idiomas entre la maraña sonora, pero todas las nacionalidades y clases sociales tenían en común ciertos juegos. Había quienes hacían alusiones a animales, a objetos, a profesiones, a fenómenos naturales. También se escuchaban carreras o bailoteos lúdicos, el estruendo de más de un sofá o catre que colapsaba ante tanta alegría, el chirrear de colchones y patas de cama, el golpeteo de copetes contra las paredes. Se podría decir que durante unas semanas, la población colaboró sin saberlo en la composición de una sinfonía gozosa.

Cuando el frenesí bajó naturalmente y los sonidos se fueron espaciando, se descubrió que aquello formaba parte de un plan impulsado por los políticos del lugar. Ante el descenso de la natalidad y el mal humor de los ciudadanos, de modo secreto, se había puesto en marcha la campaña “Asmos.org”, cuyo lema, posteriormente revelado, decía:
Para que los miembros de una sociedad sean amables y tolerantes, han de generar sustancias lubricantes.

Estratégicamente puestos en pisos desocupados, los primeros gemidores fueron actores profesionales, encargados de generar un imaginario sonoro, seductor y contagioso.
Los pisos desocupados fueron otorgados a los gemidores profesionales, como pago a su invaluable aporte a la sociedad.

Algunas muestras sonoras recogidas durante el evento:

Los de arriba

Amor maduro

Relato, voces y dibujo:

Isabela Méndez


Una metáfora poética sobre la creación

Detrás de Ima Blumm se esconde el alma de una gran artista.

Irina Mishina es una creativa y una mujer emprendedora, un talento en ebullición que te salpica si tienes la suerte de estar cerca. Quienes la conocemos sabemos de su tesón y de su entrega en los proyectos que emprende.

Conocí a Irina en Barcelona Activa,  durante el invierno de 2009, en un taller de networking. En aquél entonces su mirada estaba dedicada a las lentes de su cámara, a enfoques y contraluces.

Pero Irina también escribe, ya os digo que tiene alma de artista, y en aquella época buscaba a alguien que revisase sus textos. El taller de networking surtió efecto! Podría decirse que experimenté por mi misma lo que es estar en el lugar oportuno en el momento preciso. Me propuso trabajar con ella. Y acepté sin dudarlo.

Han pasado 3 años desde aquella fecha y seguimos trabajando juntas. En este tiempo ambas hemos avanzado en nuestros respectivos caminos. Su sueño creativo la ha llevado a estar al frente ahora de un asombroso proyecto: guiarte por el laberinto del pensamiento creativo.

Ella sabe que alguno de sus escritos subirán un día a este trapecio. Aunque lo que de verdad me gustaría sería subir sus ideas y su luz. De momento, os invito a disfrutar de este vídeo que lleva su firma, una metáfora poética acerca del proceso creativo.

Vuela alto, amiga!


Babel de música y palabras

Al iniciar este blog me planteé un reto: reflejar la relación que existe entre las palabras y la música, el sonido que encierran.

Me doy cuenta de que cuando redacto y escribo releo en voz alta. ¿Acaso inconscientemente lo que busco al hacerlo es una melodía, una armonía quizás? El caso es que si las palabras escritas no me resuenan, no me provocan, sé que debo empezar de nuevo.

A fuerza de trabajar a golpe de diccionario he ido descubriendo el lenguaje, por eso sé que hay palabras vacías y otras que rebosan de significado, que algunas son pura melodía y ritmo, que nos salpican y sacuden, que nos estremecen y aquietan, y que otras, en cambio, apenas evocan y reviven en nosotros nada… aunque, ¿puede existir algo peor que la indiferencia?

Dicen que la música amansa a las fieras. A mi me gustaría demostrar aquí que las palabras ejercen el mismo efecto. Creo firmemente que cuando son dichas en voz alta, recitadas, susurradas o cantadas actúan como si fuesen algo muy parecido a un influjo.

Poetas, escritores, actores, músicos y cantantes, seguro, saben mucho de ello.

Daro, Isabela, desde aquí en este momento os lanzo un guante, ¿os atrevéis?:

¡Explicadme de qué está hecho vuestro arte!

Seguidme el hilo, ¿queréis?

Continuará…

Ojo de aguja
Técnica: tinta sobre papel
Twitt ilustrado
Palabra y pincelada de Isabela Méndez