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EL LENGUAJE INTERIOR Y EL COLOR DE LAS PALABRAS, por Andrés Calero

«Un estudiante al que se le enseña a definir el adjetivo “afrutado”, en lugar de a disfrutarlo, está construyendo una palabra gris. Una palabra gris, monocolor, carente de cromatismo, de matices sensoriales, perceptivos, afectivos, y emocionales, que mutila parcialmente su capacidad de conocimiento.  Sin esos matices, es un sonido vacío. Esas “tonalidades”, son las que deberían conformar el criterio de  aprendizaje de las palabras que usamos ¿Por qué?…» ANDRÉS CALERO (Maestro, filólogo y psicólogo). 

Extracto del artículo «El lenguaje interior y el color de las palabras» que el profesor Andrés Calero ha elaborado especialmente para ser publicado en su blog y mecerlo simultáneamente en el trapecio de tinta.

Autor de artículos sobre enseñanza de la lectoescritura, Andrés Calero ha formulado aportaciones teórico-prácticas sobre la enseñanza-aprendizaje de estrategias de comprensión lectora desde la perspectiva metacognitiva, con alumnado de Educación Primaria y Secundaria Obligatoria.

Fue un lujo subir a la barra del trapecio su «aventura de leer y de desvelar enigmas» y hoy nos sentimos felices de volverle a tener de nuevo entre nosotros con una nueva pirueta sobre lenguaje y pensamiento.

No dejéis de leer esta reflexión sobre el color del lenguaje que hoy nos propone. Nos gustaría colorear juntos una reflexión, ¿nos ayudáis?¡Esperamos vuestros comentarios en ambos blogs!

EL LENGUAJE INTERIOR Y EL COLOR DE LAS PALABRAS, por Andrés Calero

palabras

Esta entrada que ahora comienzas a leer, se publica en dos blogs simultáneamente: En éste, y en el valiente blog del profesor Andrés Calero.

En ocasiones el profesor Calero decide subir al trapecio de tinta para mecer algunas de sus reflexiones, en un ejercicio de equilibrio con pirueta incluida que desde aquí aplaudimos. Sabemos que no es fácil saltar a la red para hacer malabares con el pensamiento y el lenguaje, por eso disfrutamos con su valentía de enfoque y con su invitación constante a la reflexión.

Os dejamos con sus palabras:

En consecuencia, y de acuerdo con el título de la entrada, te invito a un balanceo reflexivo que busque, desde una perspectiva en movimiento, la relación de causalidad entre el lenguaje interior del niño, una herramienta  básica para su desarrollo cognitivo, y  el efecto arco iris que, en particular, el uso de dicha herramienta genera en su capacidad lingüística.

Una primera sensación de sacudida, vacilación e inestabilidad  producida por el primer balanceo, es lo que se puede sentir al comprobar que un alto porcentaje de las palabras que el niño re-produce como consecuencia del aprendizaje escolar y familiar son palabras grises. ¿Qué son palabras grises? Aquellas que re-petimos, o re-producimos, sin haberlas re-construido, re-creado, o cultivado interiormente a través de la activación de las conexiones neuronales propias de los surcos de nuestro hemisferio izquierdo. Así, cuando un estudiante re-pite, memoriza o ladra las palabras que otros han sembrado y labrado, produce palabra grises. Un estudiante al que se le enseña a definir el adjetivo “afrutado”, en lugar de a disfrutarlo, está construyendo una palabra gris. Una palabra gris, monocolor, carente de cromatismo, de matices sensoriales, perceptivos, afectivos, y emocionales, que mutila parcialmente su capacidad de conocimiento.  Sin esos matices, es un sonido vacío. Esas “tonalidades”, son las que deberían conformar el criterio de  aprendizaje de las palabras que usamos ¿Por qué?

Veamos. Un segundo balanceo viene a estabilizar el recorrido del trapecio y a abrir canales sensoriales y de conocimiento, al avistar el proceso sobre cómo se construyen palabras plenas de coloración y matices.  Fue Vygotsky, un psicólogo ruso del siglo pasado preocupado por la génesis del pensamiento verbal, quien dijo que el pensamiento no se manifiesta simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Para él, pensamiento y habla son dos líneas del desarrollo intelectual que inicialmente suelen caminar separadas en el niño, hasta que aproximadamente hacia los dos años de edad se entrecruzan,  para dar comienzo a una nueva forma de comportamiento y conocimiento humano, por los que el pensamiento  se hace verbal, y la palabra pensamiento.

artículo CALERO

¡Ésa es la barrera,  el rubicón del desarrollo humano e intelectual que los niños suelen atravesar, para comenzar a construir “sentido y sensibilidad” hacia las palabras!  ¡Es en ese momento cuando ellos son capaces de edificar cromatismo y  matices de conocimiento en las palabras que utilizan! Esencialmente, porque unidas a su significado y a medida que las van dominando,  acostumbran a percibir que las palabras pululan por su mente con tonalidades fonéticas, semánticas, sensoriales, o afectivas distintas en el intercambio con los demás. Surgen, se recrean y se cultivan  en el contexto personal de su lenguaje interior (ese lenguaje que Machado ejercitaba). De ese modo, el pensamiento nace a través de las palabras, y las palabras generan pensamiento. Pero la palabra sin pensamiento es una cosa muerta, gris. Del mismo modo, un pensamiento desprovisto de palabras “coloreadas” dilata la sombra oscura de la historia intelectual gris del ser humano. Es a partir de ahí, cuando lenguaje y pensamiento van de la mano, y el primero se convierte en una de las herramientas más importantes y trascendentales de su desarrollo cognitivo, intelectual y creativo.

Como producto de la relación pensamiento/habla, cada niño siembra y labra en dicha relación su modo personal de pintar, de delimitar y de comprender la realidad externa e interna que atesora. En condiciones normales,  esa cosecha se desarrolla a lo largo de una curva que se eleva, y no a lo largo de una que declina, estando sujeta a evolución, no a involución; y disociándose solamente por mor de la naturaleza absurda de algunos procedimientos de enseñanza/aprendizaje.

En definitiva, el lenguaje interior supone una tarea cognitiva para uno mismo que se nutre igualmente del intercambio social, que a la vez es una importante fuente del desarrollo intelectual, que  sirve para que el niño aprenda a regular y canalizar su orientación mental y la comprensión de la realidad que le rodea; contribuyendo además, en gran medida, a la superación de barreras emocionales e intelectuales, aportando  y creando para ello  la tonalidad y el significado de las palabras que recrea.

Una parada en el trapecio, para plantear una cuestión y concluir en esta entrada con un decálogo en negativo de 10 conductas a evitar en el hogar y la escuela, para que los niños profundicen en el desarrollo de esa relación  lenguaje interior/pensamiento:

¿Cuándo no cultivamos ese lenguaje interior que llena de cromatismo y colorido semántico y personal las palabras orales y escritas?

  • Cuando hacemos callar al niño por sus frecuentes preguntas sobre la realidad que le rodea.
  • Cuando el aprendizaje de la lectura se convierte en una actividad rutinaria de decodificación de sonidos.
  • Cuando se transmite al niño la idea de que leer es leer deprisa y sin errores.
  • Cuando le enseñamos  a definir un adjetivo de un texto, y no a  vivirlo,  a sentirlo, o a deleitarse con el cromatismo de las sensaciones que genera.
  • Cuando el único instrumento para representarse el significado de palabras desconocidas es el diccionario.
  • Cuando no transmitimos al lector que el propio texto contiene pistas semánticas que aportan significado a muchas de las palabras desconocidas que contiene.
  • Cuando no enseñamos al niño estrategias de lectura para aprender a comprender el texto escrito.
  • Cuando anestesiamos la capacidad del lector para autocuestionarse sobre lo que lee, y las preguntas que se le plantean son las de las editoriales que escriben los textos,  o las del profesor.
  • Cuando no enseñamos al lector a “visualizar”, con todo su cromatismo, el contenido de muchas de las palabras o frases  que los textos contienen.
  • En resumen, cuando no le transferimos la capacidad de autorregular los procesos de pensamiento asociados a la comprensión de textos.

Andrés Calero

Twitter: @acalero1

http://comprension-lectora.org/


Conversación con Sandra Rossi: La importancia de la preposición «CON» a la hora de contar un cuento

«Un espectáculo de narración oral para mí, no es un trabajo PARA el público, es un trabajo CON el público. Para mí es muy importante destacar esta preposición, “CON”, porque yo no estoy detrás de una cuarta pared. Yo estoy allí para compartir y me doy cuenta de que ellos aceptan mi invitación. Para mí existe este vínculo, no hay distancia, yo trabajo CON el público. Cuando lo das todo el otro te recibe y vuelve a tus brazos. Es un oficio de compartir. Y es de las cosas que más amo de mi trabajo».

«Un cuento está hecho de palabras, saboreadas y paladeadas. Ñam, ñam, ñam… está hecho del gusto de la palabra. Está hecho de emociones, de imágenes, de sonidos, de olores, del cuerpo del narrador, de su presencia y de su mirada. Y también está hecho de quien lo escucha, por eso vuelvo a la preposición “CON”, porque el cuento también está hecho de eso, de quien te está escuchando».

SANDRA ROSSI


La narradora Sandra Rossi en uno de sus espectáculos.
Fotografía cedida por Sandra Rossi

Hoy comparto la conversación que, gracias a la oportunidad que me brinda TRIVIUM Gestió Cultural, pude tener con la narradora oral Sandra Rossi.

Entre otras muchas cosas, Sandra me dijo: «Recuerdo a mi padre, él era un narrador de historias no oficial, él sabía contar. Empezaba a explicar y se hacía el silencio, la suspensión del tiempo y todos a su alrededor le escuchaban. Conseguía crear el hechizo. Para mí las palabras siempre han tenido una magia, un hechizo en sí mismas, cadenciosas, que te envuelven…»

Os invito a»degustar» las reflexiones que sobre palabras, cuentos y el hechizo de suspender el tiempo compartimos juntas, una charla en la que a ambas se nos paró el reloj. Ojalá un día podamos retomarla, se nos quedaron muchas cosas en el tintero…

Fue un placer, Sandra.

Aquí están los enlaces a la entrevista:

En castellano: http://triviumgc.com/es/content/entrevistas-narradores-orales-sandra-rossi

En catalán: http://triviumgc.com/ca/content/entrevistes-narradors-orals-sandra-rossi

¡Que la disfrutéis!


Desarrollar la creatividad y trabajar con la escucha

Hoy nos alegra compartir un valiente artículo de IMA BLUMM en el que este blog se ve reflejado. El artículo lleva por título: Como John Cage descubrió que el silencio no existe o Sobre creatividad, cerebro, sonidos y redes sociales.

Y dice entre otras cosas:

«El desarrollo de la escucha, de la percepción directa del sonido como tal fue uno de los ejes centrales de las premisas en que se basaba el trabajo de John Cage. Él aclamaba que la música harmónica, a lo que la gran parte de nosotros estamos acostumbrados como música, ha hecho vago nuestro sentido de escucha. Dado que la música harmónica siempre sigue ciertas reglas comunes que nuestra cultura ya tiene integrada en nuestro subconcsciente, nos es suficiente con oír las primeras notas para poder imaginar como va a seguir la melodía. Por lo tanto en realidad no escuchamos de verdad la música, nos la imaginamos. John Cage pretendía con su trabajo devolvernos a la escucha de los sonidos tal como son, para que aprendiésemos de nuevo a oír la música de lo mundano que nos rodea.

[…]

Si queremos salir de este círculo desarrollando nuestra creatividad, es imprescindible que empecemos a entrenar nuestra atención. Trabajar con la escucha en este sentido puede ser un ejercicio de gran valor. Vivimos en un mundo plagado de imágenes. Y el hecho de que nos hemos vuelto más visuales  contribuye a que cada vez prestemos menos atención, solamente escaneando el mundo que nos rodea. Esa inmediatez nos lleva cada vez a correr más deprisa, y deja aún menos tiempo para prestar atención».

Os invitamos a leer el artículo entero, encontraréis en él los twitts sonoros de Isabela Méndez y una musa arrugada y arriesgada por su planteamiento y diseño sonoro. ¡Que disfrutéis de la lectura y de la escucha!


Pueblos de agua

La poesía, la escucha y la participación vienen de la mano de Amparo Matilda.

¡Escúchenla!

Poema Pueblos de Agua


Amparo Matilda en sOpA’13 Congress

Amparo Matilda ya se encuentra en Malpartida de Cáceres, allí participará los próximos días 18, 19, 20 y 21 de septiembre como ponente en el I Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural.

Desde su canal de SoundCloud Amparo nos explica como será su ponencia y comparte la alegría que siente por haber sido invitada a crear su particular lienzo de la comunicación en la primera edición de un congreso tan inusual y necesario como es este.


El lienzo de la comunicación

Amparo Matilda Escribano Cienfuegos se encuentra de viaje. Ha sido invitada a participar en el I Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, que tendrá los próximos días 18, 19, 20 y 21 de septiembre en Malpartida de Cáceres. Allí presentará un proyecto sobre el patrimonio intangible de las palabras y la materia sonora de los textos.

Para ella, que es pintora y poeta, las pinceladas y las palabras siempre han guardado una estrecha relación. Unos días antes de emprender el viaje, y acompañada por su colaboradora Cruz, Amparo estuvo de peregrinación por diferentes galerías y salas de exposición de Barcelona. Y justamente en uno de esos lugares fue donde decidió grabar esta reflexión sobre la palabra hablada.

Amparo Matilda os espera para compartir en su perfil de Twitter y en su canal en SoundCloud. Desde esos rincones sonoros y en vuestra compañía es como crea su particular lienzo de la comunicación.

En Twitter: @RasgandoColores

En SoundCloud: https://soundcloud.com/amparo_comparte_contigo


Darle cuerda al mundo y escuchar como suena

A lo largo de esta semana presentaremos nuestro proyecto de lectura en voz alta Textos para comer por el oído en el marco del I Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural (18, 19, 20 y 21 de septiembre de 2013, Malpartida de Cáceres).

La nuestra es una iniciativa que invita a explorar los textos por el oído, un proyecto alrededor de la escucha, sobre el patrimonio intangible de las palabras y la materia sonora de la que están hechas.

Con motivo de nuestra participación en dicho congreso, pedí a Isabela Méndez, la actriz y escritora junto a quien hemos desarrollado las diferentes propuestas que configuran el proyecto, que escribiese una breve reflexión acerca de la escucha, de lo que para una actriz y escritora es el sonido de las palabras y del lenguaje. Ella ha ido un poquito más allá y nos confiesa en este texto como escucha el tiempo y el mundo, como siente su latido y lo descifra y recibe a través del oído. Isabela nos regala un billete, una invitación a darle cuerda al mundo.


Las texturas del tiempo
Ilustración de Juan Luis López Anaya
Técnica: Acuarela con tinta china 

TICTAC, TICTAC, TICTAC… por Isabela Méndez

Tictac, tictac, tictac, solíamos escuchar el paso del tiempo, el reloj parecía exprimir su propia esfera, sacar de ella segundos, agruparlos en minutos, almacenarlos en horas… El transcurrir de los días sonaba. Para mantener el reloj funcionando, debíamos darle cuerda. Era un momento mágico, en el que tras girar las minúsculas llaves, insuflábamos vida a aquel planeta de muñeca, o de pared.

Hoy ya casi no se ven relojes de ese tipo, ahora el tiempo parpadea en pantallas, sin percusión, sin campanas, sin cucos. Un tiempo mudo.

Yo me confieso enamorada del sonido y, por ende, del silencio, del entramado que generan para darnos pistas sobre el mundo. Quizás ese amor lo siento en parte porque soy actriz y sé la responsabilidad que recoge una palabra, el peso de un silencio, de las intenciones que cabalgan sobre las entonaciones a la hora de hablar, o de callar. Pero estoy segura de que hay otro aspecto que me ha convertido en devota del lenguaje hablado, y es el hecho de que nací con problemas severos de visión, razón por la cual, buena parte de la información que descifro a diario, la recibo por el oído.

La escucha es una herramienta básica de observación para una actriz, pues es del mundo real del que absorbo modismos, matices, acentos, atmósferas, que luego nutren a mis personajes y brindan un amplio abanico de opciones a mis narraciones de cuentos.

Disfruto como una niña de las conversaciones de la gente, del que canturrea por la calle, de las vendedoras, de los carniceros a la hora de hablar de sus productos, todo sirve para aprender y aprehender. Pero mientras yo me dedico a escuchar, la inmensa mayoría de la gente se dedica a ver. No solo la vida cotidiana sino también el recreo parecen entrar casi exclusivamente por los ojos. Hoy en día la multiplicidad de efectos visuales que ofrecen la televisión, el cine, los videojuegos y los videoclips de los cantantes,  dejan muy poco margen a la escucha. Hay tal saturación de estímulos para la vista que se está desaprendiendo a sentir y entender, a imaginar a partir del oído. Antes había espacio para los cuentos alrededor del fuego, para la radio, ahora es casi una obligación que te distraigan visualmente.

Sigo nadando contra corriente y tengo la alegría de ir acompañada, vamos en cardúmenes, y es que algunos continuamos apostando por la escucha. Por eso os animo a probar, a leer en voz alta, a sentir los sonidos de la calle, del bosque, de la plaza, del parque. Os invito a imaginar usando el oído, a crear vuestros propios lienzos y escenas,  partiendo de la variedad de sonidos que os arroja el mundo.

Volved al tictac, asomaos con el cuco para celebrar cantando que ha pasado una hora, trepad con las orejas a un campanario y haced una fiesta cuando repique.

¡Que suene el mundo! ¡Dadle cuerda!

NOTA:

El dibujo que acompaña esta reflexión pertenece al cuento-twitt de Isabela Méndez Las texturas del tiempo y es obra del ilustrador Juan Luis López Anaya, colaborador de este blog.


Rasgar colores

La historia de la curiosidad de una niña que un día metió sus deditos en un lienzo porque quería saber qué había detrás de los colores. Lo que descubrió fueron nuevas posibilidades.

Esa niña sigue siendo hoy inquieta y vital, se convirtió en pintora y poeta. Estos días ha abierto un canal en una red social para compartir sus poemas y experiencias, y donde os espera para conversar.

Ella es Amparo Matilda Escribano Cienfuegos y, no es casualidad, habita en un lienzo sonoro, un lugar que os invitamos a visitar.

En este audio nos explica un sueño, el de rasgar colores.


Malabares de poesía y reflexión (11): Soltarse el pelo y despertar

Hoy volamos subidos a un globo, ¿nos acompañas? Eso sí, te avisamos que esta es una travesía de alto riesgo.

En el globo te espera un cuento de Isabela Méndez y una reflexión de Amador Martos.

¿Subes? ¡Que nos vamos!

EL CUENTO, por Isabela Méndez

“TRAVESÍA DE ALTO RIESGO”

Cuento y dibujo: Isabela Méndez ©
Título del dibujo: Malena en su globo
Técnica: Acuarela, lápiz y tinta sobre papel.

Malena se había hecho  un moño prolijo, del que no escapaba ni un solo crespo. Sobre el sillón estaba su valija, llena de ropa combinada, todo estaba previsto: sombreros, viseras, pareos, faldas, camisetas, algún abrigo, sandalias, ropa interior, bañadores y cremas para el cuerpo y la cara.

—¡Me voy! —dijo Malena.

Y ante la mirada estupefacta de todos se quitó la ropa y soltó su cabello.

—No quiero móviles, ni ropa de marca, ni sujetadores con varilla, ni tintes para el cabello, ni televisión, ni conversaciones vanas. Me voy con la luna dormida en su blanca alegría, entre nubes.

Desnuda, con el cabello dibujando mil redes que se abrían en el espacio, Malena se metió entre las sábanas, dejó caer los párpados y durante un par de días no emitió palabras, apenas alguna tímida carcajada o gemido.

Sus ojos llenaron de curiosidad a la familia pues aunque herméticos, parecían avizorar un mundo de cosas.

Cuando Malena abrió los ojos, estaba radiante, su mirada era como un amanecer y al posarla sobre la gente, producía  la imperiosa necesidad de despertar.

Despertar de la apatía, del automatismo, de los ritmos vertiginosos y obscenos de la vida moderna, despertar hacia dentro.

Los miembros de aquella familia desde entonces fueron calificados de: raros, extravagantes, ridículos y anticuados, pues al ver lo que había ocurrido a Malena, cambiaron los paseos a exóticos lugares los fines de semana, por la aventura de viajar hacia dentro.

Cada cual se va a su pieza, cierra los ojos y en silencio dedica unas horas a la travesía interior. Se hacen preguntas a sí mismos, lloran y ríen, mientras realizan el deporte de más alto riesgo, el de enfrentar sus miedos y apropiarse de sus más elevados sueños.

Por esas horas no hay tecnología que distraiga, ni música estridente, ni artificios para estar bellos, ni normas para expresarse, ni límites para imaginar.

El resto de la semana, leales a su nueva manera de ver la realidad, visten a su antojo, usan poco el móvil, no ven casi la televisión, y los que ya son mayores llevan el pelo canoso.

Existe mucha gente como Malena y su familia.

Si ves a una mujer que no se tiñe el pelo, no pienses que la pobre está descuidada. Sugiero que por el contrario, adviertas que es más libre. No gasta tantas horas y dinero en productos tóxicos y ha hecho las paces con las leyes naturales del tiempo.

“El globo más potente, está en tu mente”.

“Solo en el silencio interior podemos escuchar lo que somos. Y de allí brota el más valiente de los cánticos”.

LA REFLEXIÓN, por Amador Martos

“EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA”

Vivimos en un mundo mediáticamente acelerado que impide la reflexión pausada e interiorizada acerca del verdadero sentido de la vida. La competitividad laboral, el excesivo consumismo y el sometimiento a un estresante ritmo de vida son unas pautas de comportamiento que alienan a los individuos, impiden un razonable equilibrio entre el mundo exterior —nuestro actual sistema capitalista de producción— y nuestro mundo interior, el de los sueños, el de la paz interior, el del reencuentro con uno mismo. Según el filósofo Vattimo, a través de su obra El pensamiento débil, la comunicación y los medios adquieren un carácter central en la postmodernidad. La abundancia de emisores continuos no aporta una visión unitaria que permita formar el “yo” con una sola visión del mundo exterior, ni siquiera una visión contextualizada e independiente. Por el contrario, desde la psique postmoderna el mundo de los medios solo trae como consecuencia una mayor fragmentación yoica, convirtiendo a nuestro “yo” en un puro subjetivismo de la realidad.

Ese trepidante ritmo de vida de las sociedades occidentales carece de la mirada que proporcionan las filosofías orientales, que prestan más atención al viaje interior. Es por ello que hoy estamos asistiendo a una especie de fusión entre occidente y oriente, y no es casualidad que prestemos cada vez más atención a nuestro interior en busca de paz y solaz. Así es como el yoga, la meditación, la introspección psicológica y toda una retahíla de literatura de autoayuda, remiten todos ellos hacia esa aventura interna para ser dueños de nuestros pensamientos y de nuestras emociones; un viaje que fue descrito por Platón mediante una excelente alegoría conocida como el Mito de la Caverna.

También podemos encontrar esa experiencia en el Mito del Viaje del Héroe, un arquetipo universal descrito por el importante mitólogo Joseph Campbell en su libro El héroe de las mil caras (1949). En ambos casos (el que plantea Platón y el retratado por Campbell) se trata de un camino de autoconocimiento y transformación interior que sigue unos procesos comunes a todos los viajes que inician esa aventura. Es una travesía que nos lleva a buscar el sentido profundo de la vida, la razón por la cual vivimos, así como a desarrollar nuestros talentos para tal fin. Se trata, en definitiva, de arriesgarse a encontrarse y a ser uno mismo, alejado de los roles impuestos social o familiarmente.

Este periplo lo han experimentado muchas personas, sea en el campo de la ciencia, la espiritualidad, así como en cualquier otra disciplina. Recorrer ese camino implica un “despertar” para poder desarrollar ese héroe interior que todos llevamos dentro. En términos platónicos, sería como salir del mundo de las sombras para ingresar en el mundo inteligible donde se encuentra la idea del Bien.

Ambos mitos tienen su correlación en la Psicología Transpersonal, que distingue entre la “conciencia personal”, supeditada a la priorización de las vivencias en el mundo de los sentidos, y la “conciencia transpersonal” donde se experimenta una vinculación fraternal con todo lo existente que va más allá de las establecidas reglas morales.

En definitiva, se trata de una experiencia inefable que solamente pueden compartir aquellas personas que han experimentado el despertar de la conciencia, un proceso mental para dejar atrás la ignorancia y buscar la sabiduría, pues sólo el saber puede hacer a una persona libre. Y es que la máxima expresión de la libertad es revertir lo sabido en la propia humanidad, un sentido solidario y universal del conocimiento que se transmite desde la lucidez mental para mayor magnanimidad de la humanidad.


El territorio del olvido

Hoy nos adentramos en el territorio del olvido, de lo que vamos dejando en el camino.

Proponemos un intenso vuelo que no dejará indiferentes a quienes decidan embarcarse en él. La propuesta parte de un profundo y lacerante poema de Isabela Méndez: OLVIDO.

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Fotografía de Isabela Méndez ©

OLVIDO

En mitad de la calle
fuera del contenedor
el objeto que fue almohada
caricia, juego,
se curva
mendigando un rescate,
la piedad de algún niño,
o de alguien desolado,
tan lejos de la piel de otros
que opte por llevarlo consigo.

Se rasga el mundo,
la herida derrama gente olvidada
se preñan las esquinas de lágrimas, de óxido,
de ojos que pretenden ser mirados.
Son sierpes las vías,
con veneno para quienes no tienen asilo,
pican sus cuerpos,
se encona el hambre,
el hombre muere
la mujer desmaya
el niño se vuelve libélula sin alas.

Se evita el nombre para olvidar a quien lo porta,
su tristeza, su galope hacia el abismo.

La andadura del silencio quiebra vidas,
disemina grietas,
como esas manos ancianas que reparten pan a las palomas.
Pan a las palomas, no a la gente
es más fácil dar de comer a lo que pronto vuela
que al que puede además pedir una sonrisa.

La náusea encuentra morada
entre yermas murallas,
en estas urbes
que nos reúnen como alfileres…
nos vamos clavando sobre los días,
sin respirar verdor
sin recordar la tribu,
la hoguera para contar cuentos,
los cuentos para estar más vivos,
el rezo para dar las gracias.

Pero sí tiene lugar una letanía de abandonos,
un poner puntos sobre contratos,
un dejar sin sombrero a quien tirita de frío.