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Cuentos con palabras reversibles?… Quizás no! Ah?

Hoy el trapecio reparte signos de exclamación!

¿Qué sucede cuando a una palabra se le da la vuelta?…

¿Qué sucede cuando en un cuento brota una canción?…

Mmm… (es la alegría que nos hace soñar).

Aahhh!!!! (esto es lo que ocurre cuando menos te lo esperas).

Ooohh!!! (Es el sonido de la sorpresa cuando nos asalta).

Estas respuestas solo las encontrarás en un Festival de Narración Oral: el FESTIVAL MUNT DE MOTS, el festival de narración oral de Barcelona, que se celebra del 20 a 27 de octubre.

Pero damas, caballeros!!! Aun hay más!!!!!

Rrrredoble de tambores!!!!!

OOOOHHhhhhh! WOooowwwww!!!!

El próximo día 23 de octubre Isabela Méndez narrará sus propios cuentos en el marco de este festival que acoge la Casa Amèrica Catalunya.

Cuentos en prosa y verso, breves y no tanto, que hablan o cantan sobre amor, la rabia, la creación, alguna princesa y las vueltas que una palabra puede dar.

Cuentos en los que brota el humor y quizás también alguna que otra lágrima.

Son cuentos de la pluma de Isabela Méndez y que traen el eco de la tradición oral de su país natal: Venezuela.

Continuará…


Malabares de poesía y reflexión (3): La materia de las palabras

Las preguntas, y más si son la llave que abre la puerta de un relato, siempre resultan intrigantes y seductoras. Por eso, si la pregunta que da inicio a la historia lanza un interrogante tan profundo como el que se plantea en la primea línea del cuento de hoy,  la intriga ya está servida nada más comenzar.

Este cuento de Isabela Méndez es como los perfumes: pura esencia. Y como pasa con las mejores fragancias, que dejan un halo de aroma en el tiempo y en el aire, este breve relato también deja en lector algo intangible, lo más parecido a la reflexión hecha poesía.

Que lo disfrutéis tanto como yo, cuando lo leí por vez primera.

Y atención al comentario del filósofo Amador Martos, esta vez viene cargado de sutileza!

EL CUENTO, por Isabela Méndez

«Curiosidad verbal»

Título del cuento: Curiosidad verbal © ®
Cuento y dibujo de Isabela Méndez

-¿Qué son las palabras? -preguntó la niña al mago.
-Son los puntos donde el silencio y la urgencia tienen hijos -respondió el mago, y continuó diciendo-, por eso has de tener cuidado al usarlas. Sucede que al igual que los hijos, crecen, se hacen independientes y crean historias que ya no están bajo tu dominio.

LA REFLEXIÓN, por Amador Martos

«LOGOS»

Las palabras son el medio de expresión, por excelencia, de lo más profundo de nuestro ser. Mediante las palabras nos comunicamos, nos amamos, pero también nos odiamos. Todos los sentimientos tienen cabida en las palabras, desde la más excelsa poesía hasta el balbuceante primer “mamá” de un bebé.

Muchos creen que las palabras se pueden utilizar indiscriminadamente sin reflexión, sin argumentación, sin un coherente discurso interior. Pero no. ¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de haber expresado mal nuestros pensamientos, dando lugar a malinterpretaciones o equívocos? ¿Quién no ha sido esclavo de sus palabras al dejarse llevar por las bajas pasiones como la ira, por ejemplo? Las palabras pueden ser la llave de nuestra felicidad pero también abrir la puerta al más profundo infierno. Por eso conviene cuidarlas, mimarlas, amarlas, expresarlas con ternura, utilizar las más convenientes y hacerlas vibrar con la entonación más adecuada. En definitiva, las palabras son el retablo de nuestra personalidad.

Fue el filósofo griego Heráclito uno de los primeros en considerar la importancia de la palabra meditada, reflexionada y razonada. Esta pauta cognitiva se conoce como LOGOS. Entorno al Logos fundó toda su filosofía. Para Heráclito, el LOGOS, o palabra meditada, es la gran unidad de la realidad. Heráclito nos pide que la escuchemos, es decir, que esperemos a que ella se manifieste sola, en lugar de presionar, pues considera que cuando nos apartamos del LOGOS se pierde el sentido de la existencia. Siguiendo el consejo de su proverbial filosofía, yo también he dejado expresar el LOGOS en este comentario.


Historias a ras del cielo

Històries a cel ras

Por las noches, al lado de una hoguera, bajo un árbol, junto a una chimenea, en la cama antes de dormir. En todos esos sitios se cuentan cuentos. Y hay personas a quienes no les gusta leerlos, sin embargo a todo el mundo le gusta escucharlos.

Yo este verano los he escuchado por las noches, junto al Mediterráneo, bajo la luz de la luna y de alguna estrella tímida que se dejaba ver.

Asistí a un par de sesiones del ciclo de relatos para adultos que bajo el título “Històries a cel ras” el Museo de Historia de Cataluña ha tenido este verano el acierto de programar.

Allí, a lo largo del verano, cada miércoles, un amplio repertorio de cuentos se fueron dando cita junto al Mediterráneo, en la fabulosa terraza del Museo. Sin duda alguna ¡un enclave de cuento! A todos los relatos que allí se escucharon les unía el mismo objetivo: acercar la magia de la narración oral al público.

Para quienes no los hayan descubierto aun, desde aquí les digo que los cuentos narrados en voz alta son un formato exquisito. Los relatos narrados en voz alta se convierten en un género muy cercano al teatro, en el que el narrador convertido en algo así como un ejecutante virtuoso del lenguaje da vida a las palabras, infunde ritmo, sonidos y música a las imágenes que va creando conforme avanza la historia, sin dejar por un momento de interactuar con el público. Como un gimnasta que ejecuta su ejercicio ante un jurado, el narrador sabe que con las piruetas de sus gestos y de su voz tiene un público al que sorprender y, en el mejor de los casos, cautivar y enamorar. Un ejercicio de alto riesgo!

El narrador ALBERT ESTENGRE durante su actuación programada el 18 de julio de 2012, titulada: «El sexe no beneït», en la que narró historias del «sexo no bendecido» y que eran cuentos sobre sacerdotes y otras anécdotas, rescatados de la tradición oral catalana, que explicaban como se las apañaban algunos para practicar «aquello» que habían jurado que nunca iban a probar.

La narradora MÒNICA TORRA en un momento de su actuación el 29 de agosto, que llevó el título: «D’aquells boleros, aquells contes». Un espectáculo en el que estuvo acompañada de la música en directo de un piano y en el que narró cuentos que hablaban de las historias que se esconden detrás de algunos de los boleros más famosos:  historias de amores extraños, de amores imposibles, de pasiones desenfrenadas… todas aliñadas con un particular toque de humor y de ternura.

El narrador, a través de sus historias, nos hacer sentir y construir el mundo. ¡Cómo si no empezamos a responder las grandes preguntas! ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos?… Desde el origen de los mitos a nuestros días, las historias y los cuentos nos ubican en el territorio y construyen nuestra identidad. También hoy lo hacen, en plena revolución tecnológica y digital.

El ciclo de cuentos para adultos bajo la luz de la luna llegó a su fin el 5 de septiembre y lo hizo con éxito de convocatoria y de organización. Trivium Gestió Cultural estaba detrás coordinando el evento: de la dirección de su batuta (o quizás esta vez era una barita mágica…) se logró una calidad excelente además de conseguir algo poco usual para los tiempos que corren para la cultura: colgar el “no hay entradas” en todas las sesiones, ¡lleno total! Una buenísima noticia para todos: para los organizadores y sobre todo para la sociedad.

¿Para cuándo un ciclo de cuentos en invierno?… ¡Nos hemos quedado con ganas de escuchar más!

NOTA: Las fotografías han sido cedidas por Trivium Gestió Cultural.


Una Cenicienta funk

Hay relatos que son concebidos para romper paradigmas, para pellizcar al lector y sacar a la luz tramas ocultas. Relatos en los que palpita un ritmo interno en sintonía con el universo.

Así es el cuento que aquí se presenta: sustentado en la música, la cadencia y el sentimiento, y en el que danza una princesa con todo su atrevimiento.

Una versión que apela a lo auténtico, a lo terrenal, a ser honesto, a bailar y vivir, protagonizada por una princesa que lleva puro groove en el cuerpo: conectada con el presente, genuina y que hipnotiza con su naturalidad y sensualidad al príncipe y a todos cuando la ven.

Una princesa que siente la música con todo su ser.

LA HISTORIA de LA CENICIENTA,  según el hada nos cuenta

Por Isabela Méndez


Título del dibujo: Mirando al príncipe
Pincelada de Isabela Méndez (Técnica mixta) ©

Acudió en su calabaza
al baile La Cenicienta,
y al rato estaba danzando,
con salero y con pimienta.

Su gracia era deslumbrante,
su ritmo, salvaje, ardiente,
y así se hizo codiciada
por todos los asistentes.

Casi cayó fulminado,
al ver aquello, su alteza,
y le propuso a la chica
bailar la siguiente pieza.

Meneaba ella las caderas,
con garbo y fogoso afán,
mientras contemplaba absorto
el nobiliario galán.

En medio de las miradas,
casi todas muy perplejas,
el príncipe se acercó
a susurrarle en la oreja.

Deseaba confesar
desde su gran corazón,
un secreto, a la muchacha
que utilizaba tacón.

Esto dijo musitando:
me gustas dama exquisita
tienes ojos como cielos
y una rosa en tu boquita,

en caso de yo agradarte,
dame una buena señal,
como dejar en palacio,
un zapato de cristal.

Si yo te encuentro después
de mi amor serás la dueña
y podrás usar chancletas,
bailarinas o espardeñas,

porque soy de los que creen
que hemos de cuidar los pies,
y veo que muchas damas
les hacen pasar estrés.

Según fuentes de fiar,
pues nos lo ha contado un hada,
La Cenicienta escuchó y
se dejó de pendejadas.

Esa noche, hecha la loca,
abandonó su zapato,
y marchó hacia su morada,
confiando en el dulce trato.

Dicen que el príncipe fue
con zapato y sin lacayo,
probando de casa en casa,
descubriendo más de un callo,

hasta que al fin encontró
a la ansiada señorita,
que estaba usando alpargatas
con las que lucía bonita.

Y colorín colorada
se puso la damisela,
cuando el príncipe galante
le dio un beso de novela.

Y tras el beso, su alteza,
se puso color carmín
pues ella le saltó encima
para iniciar el festín.

Nota informativa:

Dicen que el carruaje de La Cenicienta era una lindísima calabaza: rápida, ecológica y descapotable, todo un super coche, tipo monoplaza.

CONTINUARÁ…

 


Malabares de poesía y reflexión (2): Viajar ligero de equipaje

Estos días muchos hacen sus maletas. Las llenan de todo tipo de objetos “necesarios” con un objetivo principal: que no falte de nada en el viaje. Sin embargo, en casi todos los viajes solemos olvidar coger algo, y en ocasiones resulta que lo olvidado era sencillamente «lo esencial».

Te invito a reflexionar sobre ello con el filósofo Amador Martos y la escritora Isabela Méndez, y a descubrir lo que lleva en su maleta el protagonista del cuento de este mes. Pues resulta que ir ligero de equipaje, sólo con lo básico, puede llegar a ser para algunos muy muy sospechoso.

Tengo curiosidad: en tu caminar por la vida, en tus vacaciones, en tu día a día… ¿qué llevas de equipaje?

EL CUENTO, por Isabela Méndez 

«El viajero»

Título del cuento: El viajero © ®
Título del dibujo: En otro viaje (Técnica mixta) © ®
Cuento y pincelada de Isabela Méndez

Después de pasar por los escáneres, le llamaron aparte.

¿Por qué me retienen? dijo el hombre.

¿Qué hay en su maleta? chilló el segurata.

Una pausa reveló el viajero.

¿Cree que somos tontos? ¡Ábrala ya! –ordenó el segurata, el viajero obedeció.

Todos se paralizaron unos  instantes, al ver la maleta vacía.

Al fin alguien rasgó el  silencio diciendo:

–Esto es muy sospechoso, usted  no podrá embarcar.

El hombre sonrió sereno, tomó su maleta y marchándose dijo:

–Mi viaje era para llevar la pausa donde la necesitaran.

 

LA REFLEXIÓN, por Amador Martos

«El viaje interior»

Las vacaciones son un excelente momento para hacer aquello que, supuestamente, durante el resto del año no es posible realizar. Se programan multitud de actividades hasta la extenuación. Hay avidez de sensaciones para aprovechar el tiempo. Tanto estrés incluso desborda el objetivo inicial de solaz. En el polo opuesto están los que transmutan el descanso en un verdadero placer de inanición física y mental, una “cura de reposo” como dirían algunos. Sin embargo, los expertos hablan del “síndrome post-vacacional”. Incluso hay estadísticas que indican una elevación de los divorcios después del periodo estival.

Lo anterior parece indicar que la gestión del tiempo libre en periodo vacacional requiere de una concienzuda planificación que pocos son capaces de lograr. No más que el tiempo libre durante el resto del año. En el viaje por la vida, al igual que en tiempos de asueto, una óptima gestión del tiempo libre es primordial. La esperanza de muchos seres humanos, que viven para sobrevivir, está afincada en el tiempo libre. Huyendo del trabajo que se hace para sobrevivir, piensan, como Kafka —que escribía en el tiempo libre que le dejaba un trabajo que odiaba—, que en su ratos libres podrán hacer lo que siempre han querido hacer o convertirse en lo que siempre quisieron ser. Pensar certeramente, he aquí la cuestión. Y compartir el pensamiento con los seres queridos, un loable acierto. Conviene hacer una pausa para pensar y amar. El pensamiento y el amor son ligeros equipajes. Un buen libro y un ser querido son los mejores compañeros de viaje. Como dijo el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno: “Siente el pensamiento, piensa el sentimiento”.


Burbujas de pasión

Contra el calor, nada mejor que una chispeante historia y una burbujeante canción.

Cuando creé este trapecio lo hice para poner en movimiento ideas y proyectos unidos por un vínculo común: transmitir emoción.

Por ello, hoy este trapecio os invita a dar un SALTO CON PIRUETA: no dejéis de visitar el blog de Isabela Méndez, allí en un cuento y una canción han estallado burbujas de pasión!

Enlace al cuento y al audio de la canción: «La pecera»

Título del cuento: La pecera ©
Título de la canción: Cancioncilla burbujeante ©
El dibujo es un extracto de la ilustración de Isabela Méndez para el cuento inédito: “El pez que tenía frío”, de Irina Mishina.
@mendezisabela


Malabares de poesía y reflexión (1)

Movida por el deseo de compartir un regalo y de invitaros a descubrir juntos el enigma que encierra, hoy este trapecio pone en movimiento una nueva propuesta, un juego de malabares de poesía y reflexión: la publicación mensual de un microrrelato.

El objetivo es doble: estimular el placer por uno de los géneros literarios más fascinantes de todos los tiempos, el cuento; y provocar la reflexión y el pensamiento que tan necesarios son como espacio de diálogo interno y con el otro.

Los cuentos llevarán la firma y el dibujo de la escritora Isabela Méndez y la reflexión será una invitación al pensamiento del filósofo Amador Martos.

Lanzaos sin miedo a degustar este primer minúsculo relato, a desenredar las imágenes que transmite y a dejar vuestro comentario si así lo sentís.

Feliz lectura y descubrimiento!

El CUENTO, por Isabela Méndez

“El hombre que le temía a sus huellas”

Una vez existió un hombre que le temía a sus huellas. Pensaba que la suerte no le acompañaba y que en cualquier momento podía cometer algún error, por el cual, más tarde, siguiendo sus pasos, le atraparan. El hombre decidió quedarse estático, para así librarse del peligro de LA ACCIÓN y, en especial, de la posibilidad de dejar vestigio.

Contrario a lo que él tramó, por causa de su inmovilidad echó raíces en aquel punto, para después enterarse de que las raíces son las huellas más poderosas. Huellas que primero se prolongan verticalmente y después hacia los lados.

Mirado y admirado por todos, el Hombre-Árbol recibe cada año miles de ojos curiosos que, al marcharse, dejan a su alrededor un campo de huellas interminables.

Título del dibujo: «El hombre que le temía a sus huellas» © ®
Pincelada de Isabela Méndez (Técnica mixta)

LA REFLEXIÓN, por Amador Martos

 “Soy lo que pienso, y lo que no pienso”

El filósofo español Ortega y Gasset nos dejó dicho que “la vida es lo que hacemos y nos pasa”. Y yo añadiría: por acción u omisión. El don de la vida humana, a diferencia de los animales, implica libertad para actuar con o sin responsabilidad, con o sin miedos, con pensamientos acertados o con pensamientos erróneos. Hagamos lo que hagamos y pensemos lo que pensemos, cada acto y pensamiento, inherentemente, predeterminan el sentido dado a nuestra vida. Y sea cual sea el sentido de la vida de toda persona, hay una evidencia común para todos los mortales: cada cual dejará una huella en su familia, en su trabajo, en su sociedad, en su país y, posiblemente, en el mundo. En definitiva, el sentido de nuestra vida y todo lo que consigamos en ella, quedará como obra por la cual nos recordarán y nos meritarán, o no.

Cada cual es dueño de su libertad para dotar de sentido a su vida. Pero el problema subyacente es ¿cómo acertar en dar el mejor de los sentidos a nuestra vida? “La duda es el principio de la filosofía” aseveró el filósofo Aristóteles. Solamente bebiendo de los frutos del saber, podremos comprender el mundo que nos ha tocado vivir así como dar un sentido pleno a nuestra vida. Sólo el conocimiento evitará que seamos esclavos de los errores propios de nuestra libertad. Somos simples mortales en el ejercicio de su libertad, pero el conocimiento es nuestro aliado más fiel para auxiliarnos en tan noble tarea. Por fin me comprendo a mí mismo: soy lo que pienso en el ejercicio de  mi libertad.

Nota para el lector:

Isabela Méndez leerá este cuento el jueves 19 de julio de 2012 en el Pati Llimona de Barcelona en el marco de un encuentro de microliteratura organizado por “La Palabra Mecánica”.

El hombre que le temía a sus huellas” fue publicado en la página 19 del Nº 60-61 de “La Gaceta del Jueves” de París (septiembre-octubre de 2008). También ha sido publicado en el blog de microliteratura “Sea breve, por favor” el día 18 de marzo de 2012.