Hoy nos adentramos en el territorio del olvido, de lo que vamos dejando en el camino.
Proponemos un intenso vuelo que no dejará indiferentes a quienes decidan embarcarse en él. La propuesta parte de un profundo y lacerante poema de Isabela Méndez: OLVIDO.
En mitad de la calle
fuera del contenedor
el objeto que fue almohada
caricia, juego,
se curva
mendigando un rescate,
la piedad de algún niño,
o de alguien desolado,
tan lejos de la piel de otros
que opte por llevarlo consigo.
Se rasga el mundo,
la herida derrama gente olvidada
se preñan las esquinas de lágrimas, de óxido,
de ojos que pretenden ser mirados.
Son sierpes las vías,
con veneno para quienes no tienen asilo,
pican sus cuerpos,
se encona el hambre,
el hombre muere
la mujer desmaya
el niño se vuelve libélula sin alas.
Se evita el nombre para olvidar a quien lo porta,
su tristeza, su galope hacia el abismo.
La andadura del silencio quiebra vidas,
disemina grietas,
como esas manos ancianas que reparten pan a las palomas.
Pan a las palomas, no a la gente
es más fácil dar de comer a lo que pronto vuela
que al que puede además pedir una sonrisa.
La náusea encuentra morada
entre yermas murallas,
en estas urbes
que nos reúnen como alfileres…
nos vamos clavando sobre los días,
sin respirar verdor
sin recordar la tribu,
la hoguera para contar cuentos,
los cuentos para estar más vivos,
el rezo para dar las gracias.
Pero sí tiene lugar una letanía de abandonos,
un poner puntos sobre contratos,
un dejar sin sombrero a quien tirita de frío.
Un día recibí un correo. Me lo enviaba alguien de mi red de contactos de LinkedIn, me informaba de un congreso que iba a tener lugar este verano: el I Congreso Internacional sobre educación y sOcialización del pAtrimonio en el medio rural (sOpA’13), un foro de encuentro que enseguida llamó mi atención. Rastreé por la red y vi que en ese congreso se iba a presentar el resultado final de un interesante y necesario proyecto, un «cine itinerante» por la recuperación social del patrimonio en el medio rural que este verano de 2013 va a recorrer algunas localidades del país: CINETÍNERE. Un proyecto que apuesta en firme por una nueva visión sobre la gestión del patrimonio: la gestión desde lo social, no sólo desde las administraciones.
La conversación que sigue va a desmontar algunos tópicos y despertar conciencias, ¡aviso para navegantes!
Conversación con Juanjo Pulido, arqueólogo y fundador de UNDERGROUND ARQUEOLOGÍA, sobre el PROYECTO CINETÍNERE: cine itinerante por la recuperación social del patrimonio en el medio rural.
«Viendo como el panorama actual de la Arqueología se está reajustando a pasos agigantados, y no sólo el de la Arqueología como disciplina científica, sino también el de los restos arqueológicos, que en muchas ocasiones sufren la dejadez por parte de sus gestores directos, mi definición como arqueólogo podría ser, a riesgo de generar un nuevo «palabro», a los que por otra parte estamos cada vez más acostumbrados en el mundo de la creatividad y la innovación, la de arqueólogo social. «Social» por lo de implicación en darle una nueva oportunidad a ese patrimonio olvidado ante la sociedad y «social», también, por intentar crear un nexo entre esa sociedad y un patrimonio que es suyo pero a la que cuesta hacer entender que tiene un papel esencial en su protección y puesta en valor.«
Es una muestra viajera de cine documental que va a recorrer este verano las localidades de Oia (Pontevedra), Somiedo (Asturias), Valdelugueros (León), Robleda (Salamanca), y Romangordo y Malpartida de Cáceres (Cáceres), con la que queremos mostrar otra forma de gestionar el patrimonio cultural basada en la participación cuidadana conjuntamente con los referentes culturales del territorio cercano.
¿Cómo nace la idea del proyecto? ¿Cuál es la visión del proyecto?
La idea nace de ver cómo hay una parte del patrimonio que siempre está abandonado a su suerte por parte de las administraciones a la hora de poner en marcha grandes proyectos de promoción turística o de intervención sobre elementos patrimoniales con ese fin, dejando de lado aquellos que están en zonas alejadas de los grandes conjuntos históricos. Aunque hay casos aislados, el patrimonio localizado en el medio rural sufre esa marginación y pensamos que era una buena idea apostar por él. Tras una acción que desarrollamos en la localidad de Malpartida de Cáceres dentro de un proyecto llamado MAILA y en la que conseguimos realizar el plano completo del yacimiento romano del monumento natural de Los Barruecos a través de unas jornadas participativas de trabajo entre ciudadanos y arqueólogos, el ayuntamiento pensó que era una buena idea implicarse en esa nueva visión de la gestión patrimonial.
Proyecto MAILA. Jornadas participativas de medición del yacimiento romano de Los Barruecos, en Malpartida de Cáceres.
En gestión cultural, difusión y puesta en valor son conceptos clave para lograr la recuperación y la conservación del patrimonio. Pero vosotros vais un paso más allá, os habéis propuesto crear los cimientos de un tipo de gestión del patrimonio alternativa, con el acento en la conciencia de las personas. Queréis que sean los propios pueblos, los propios vecinos, quienes generen sus propios recursos para conseguir esos objetivos. ¿Con qué estrategias contáis? ¿Con qué metodología y herramientas lo haréis?
El hacer a los ciudadanos partícipes de esa gestión, que de otro modo nadie haría, nos parece una buena idea como forma de concienciación y como generación de riqueza para esos pueblos o territorios. No pretendemos liderar ninguna acción ni mantener nuestro trabajo en todos los sitios que visitemos, porque no hay tiempo en los cuatro días que estemos en cada municipio y porque no tenemos los medios suficientes. Pero sí queremos despertar ese interés por que los ciudadanos del medio rural apuesten por explotar sus recursos y les explicaremos cómo hacerlo. Para ello, dedicaremos uno de los cuatro días para realizar una mesa de trabajo con todas aquellas personas, instituciones, empresas, colectivos o asociaciones que nos quieran acompañar para exponerles todas estas cuestiones e intentar que ellos mismos empiecen a generar dinámicas. Al margen de las películas y de las mesas de trabajo, también visitaremos algunos de esos elementos patrimoniales y realizaremos talleres pedagógicos relacionados con la arqueología.
Talleres pedagógicos sobre arte rupestre y cerámica prehistórica.
¿Cuál es vuestra propuesta y en qué se sustenta, más allá de lo loable y necesario del proyecto?
La idea es multiplicar el proyecto y que se empape de otros proyectos. En Galicia, por ejemplo, trabajaremos conjuntamente con un colectivo hiperactivo que se llama Niquelarte, y que tiene una propuesta muy dinámica llamada BIComun; en León tendremos un encuentro con la gente de PROMONUMENTA, una asociación en defensa del patrimonio leonés que nos contará su forma de actuar a favor de la protección del patrimonio en su provincia; en Romangordo estaremos con los amigos de la Asociación Madinat Albalat, que están excavando en un yacimiento de época islámica espectacular… Son distintas propuestas que van a beneficiarse unas de otras y que van a crear un caldo de cultivo especial e innovador y que va a servir de base para poder adaptarse y crear nuevas estrategias a la hora de acercar al público su labor e implicarlo en su recorrido.
Mesas de trabajo y dinámicas participativas para la difusión de la metodología con la participación de ciudadanos y referentes culturales de los municipios y su territorio más cercano.
¿Cómo se visibiliza y se recupera el patrimonio en las zonas más “olvidadas” como las rurales, faltas de más recursos y conocimientos que los entornos urbanos?
Con mucho trabajo previo. La ciudadanía ha estado acostumbrada a una gestión del patrimonio “impuesta” por las administraciones, en la que en pocos o en ningún caso se ha contado con ellos a la hora de diseñar un plan director y sobre todo al pretender que la puesta en valor de un bien patrimonial no fuera, no solo rentable económicamente, sino sobretodo viable y sostenible. Hacer que la sociedad sea consciente de que el patrimonio cultural es un bien común y que no en todos los casos, y menos en el medio rural, habrá una partida presupuestaria para que ese patrimonio se conozca, se recupere y se difunda es labor de aquellos que estamos implicados en esa voluntad de que los recursos patrimoniales sean precisamente eso, un recurso y no una carga para nadie y un problema que ya solucionarán otros porque “es su deber”. Conseguir reunir a los estamentos sociales y culturales de los pueblos facilitará esa base para la ejecución no solo de este, sino de cualquier otro proyecto que esté enfocado en propiciar riqueza y no abandono a las áreas rurales.
Mujeres de Malpartida de Cáceres realizando las populares patateras en una visita de promotores turísticos a la localidad.
Y si hablamos de financiación, ¿cómo se transita por ese duro camino de lograr ayudas y apoyos? ¿Con qué colaboradores y patrocinadores cuenta CINETÍNERE?
El proyecto está financiado en un 70 % por las Ayudas a Corporaciones Locales para actividades culturales que fomenten la comunicación cultural correspondientes al año 2012, convocadas por la Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España, pero suponen un 50% del coste total del proyecto, ya que la parte de la itinerancia no aparece recogida por las bases de la convocatoria aunque sí que se obliga a ella. Ante esta disyuntiva tuvimos que buscar la manera de financiar la itinerancia, en la que también estaban incluidos los derechos de proyección de los documentales. En este sentido hemos tenido suerte ya que la Filmoteca de Extremadura se ha hecho cargo de los gastos de una de ellas y el resto de productoras se han convertido en patrocinadoras al cedernos los derechos de sus películas durante la ruta. No obstante, no hemos podido conseguir financiación para sufragar los gastos del desplazamiento, por lo que hemos tenido que recurrir a la red de financiación colectiva, o crowdfunding,Goteo mediante la cual solicitamos a personas individuales concienciadas con el proyecto, una colaboración a la medida de sus posibilidades. Nosotros no vemos a esas personas que han estado realizando aportaciones como meros patrocinadores, sino como agentes activos del propio proyecto ya que el retorno social del mismo es tan importante como la acción en sí misma. El enlace para colaborar con el proyecto es el siguiente:
Luego también están los colaboradores, como los ayuntamientos de las localidades que vamos a visitar, que nos han cedido los espacios y nos han dado todas las facilidades para poder ejecutar el proyecto, así como otros colectivos y empresas que nos han brindado la oportunidad de colaborar con nosotros y que ya forman parte del proyecto. Y por último, los medios, ya sean off line u on line, sin los cuales este ideario de ilusiones y nuevas ideas no tendría la oportunidad de realizar esa itinerancia paralela que es la comunicación.
El resultado de este proyecto se presentará en el “sOpA’13: I Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural que tendrá lugar en Malpartida de Cáceres el próximo septiembre. ¿De dónde surgió la idea de organizar un congreso de este tipo? ¿Cuáles son sus objetivos y qué esperáis conseguir?
La idea surgió de la cosa más simple. Cuando estábamos redactando el proyecto, como última acción pensamos en organizar unas pequeñas jornadas de uno o dos días, para mostrar el trabajo que habíamos realizado con CINETÍNERE, con alguna charla más sobre algún otro proyecto. Sin embargo, viendo que si nuestra idea es que esta nueva visión sobre la gestión del patrimonio desde lo social se fuera extendiendo a otros muchos lugares, organizando actividades muy localistas sería un proceso muy lento y tedioso. Así que decidimos montar un congreso para que aquellos colectivos que tuvieran una visión similar a la nuestra nos mostraran también su trabajo, y que aquellos proyectos que quizá de otra forma no tuvieran la visibilidad suficiente pudieran ser mostrados ante gentes venidas de otros puntos de España y de este modo ir tejiendo una red de sinergias y contactos para futuras colaboraciones entre unos proyectos y otros. Y ya, nos tiramos al río y pensamos en por qué no incluíamos también otras formas de gestión que se estuvieran desarrollando en otras partes del mundo… ¡y lo hicimos! Más de 100 propuestas de proyectos de toda España y de países como Italia, Brasil, Portugal, Argentina, México, Colombia, Chile o Azerbaiyán van a mostrarnos distintas soluciones y distintos modos de ver la gestión del patrimonio cultural en el medio rural, y eso hay que aprovecharlo, porque actualmente no existe un foro que aglutine todas esas visiones y haga que se den a conocer.
UNDERGROUND ARQUEOLOGÍA es quién está detrás de todo ello. ¿Qué os define como equipo? ¿Qué os hace diferentes?
Underground Arqueología se creó con una idea fija y no era otra que la de hacer las cosas distintas. Nacimos en plena crisis, coincidiendo con la hecatombe del sector inmobiliario y de los grandes proyectos de infraestructuras, de los cuales se estaban nutriendo también las empresas de arqueología, y por qué negarlo, nosotros también nos beneficiamos aunque como asalariados con sueldos reguleros, y todo esto al final ha tenido sus consecuencias también para el patrimonio. Viendo el panorama decidimos que ese tipo de gestión estaba abocada al fracaso y pensamos en idear otras estrategias para que ese patrimonio no quedara en el olvido. Como el patrimonio “gestionado” por los entes públicos es, por llamarlo de algún modo, “intocable”, decidimos volcarnos en el medio rural, con menos oportunidades y alejado de las garras de la “especulación” cultural, al no ser rentable según sus criterios. Si digo trabajar duro por conseguir nuestros objetivos, no creo que ello nos diferencie de otras empresas o colectivos que en estos momentos no tienen otra opción que hacerlo, pero posiblemente la pasión que le ponemos, las ganas de conectar con otros mundos, otras dinámicas y otras gentes, nos permita de algún modo tener un rinconcito especial en un sector como el de la gestión cultural que no está ahora para muchos bailes pero que está lleno de buenas ideas y de gente con ganas de llevarlas a cabo.
El equipo de UNDERGROUND ARQUEOLOGÍA De izquierda a derecha: Juanjo Pulido, Trinidad Castellanos, Sabah Walid, Aníbal González-Arintero, Rubén Benítez
Desde este trapecio impulsamos el talento y las ganas de sacar adelante proyectos culturales como CINETÍNERE, y será un placer estar presentes en el Congreso sOpA’13, el I Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural.
Hoy sube al trapecio el pensamiento creativo de Andrés Calero, un maestro y psicólogo que apuesta firmemente por mejorar la comprensión lectora en la escuela.
Autor de varios libros sobre este ámbito del aprendizaje, Andrés Calero ha formulado aportaciones teórico-prácticas sobre la enseñanza-aprendizaje de estrategias de comprensión lectora desde la perspectiva metacognitiva, con alumnado de Educación Primaria y Secundaria Obligatoria.
Os invitamos a leer este artículo sobre la aventura de leer que ha desarrollado como si de una doble pirueta se tratase. ¡Esperamos vuestros comentarios!
“Si la vida es un sueño,
como dijo algún navegante atribulado,
prefiero el trapecio
para verlas venir en movimiento”
Manolo García
(Compositor y cantante)
Cuando Tana me invitó a subirme a la barra de su “trapecio de tinta”, para hacer un recorrido reflexivo sobre el significado del hecho de leer y de acercarse al lenguaje escrito, construí una inmediata asociación de ideas entre tres personajes: dos ficticios, personificados uno en el de la letra de una de las canciones de Manolo García, y en el de la narración de KafkaUn artista del trapecio , y otro real, que se encarna en algunos de los alumnos de Educación Primaria y Secundaria de nuestras escuelas. En los tres casos, existe un nexo de unión representado por la distancia y la falta de acomodación intelectual al vacío y la realidad vital que se les ofrece a los dos primeros, y a la experiencia cognitiva y de aprendizaje de los últimos. En consecuencia, estos personajes deciden vivir sobre “su” trapecio, para “mover” su imaginación y su natural capacidad de inquirir sobre el mundo que les rodea, y así poder comprenderlo.
Leer tiene que ver con la capacidad para autocuestionarse sobre lo que se lee, con indagar, con seguir pistas, con descubrir. Y en ese camino, como en la mayoría de viajes, importa más el camino mismo y lo que vamos encontrando, que el hecho mismo de llegar al destino. Consideradas como habilidades de pensamiento de alto nivel, cuando estas destrezas se desarrollan tempranamente en la escuela o en el hogar, se asientan las bases intelectuales de la creación de lectores con pensamiento divergente, que aprenderán a plantearse a sí mismos preguntas durante el proceso que siguen para construir significado del texto que leen, utilizando para ello herramientas intelectuales (estrategias cognitivas y metacognitivas), que les ayuden a planificar y controlar diversas hipótesis previas y variadas sobre la lectura, ideas originales u opciones distintas de inferencias, o alternativas de supervisión y control sobre la comprensión del significado que el texto les va ofreciendo.
¿QUÉ HAS APRENDIDO HOY? ¿HICISTE HOY UNA BUENA PREGUNTA?
La idea de que la cultura de aprendizaje que se establece en las aulas influye en el desarrollo cognitivo es crucial para entender dónde estamos, porque los sistemas educativos moldean no sólo el conocimiento, sino la forma de pensar de nuestros hijos. En el caso de la capacidad para inquirir sobre lo que leen, aunque muchos de ellos han llegado a ser auténticos expertos en memorizar y saber responder a las preguntas que los profesores les hacen, han llegado a olvidar las más importantes de todas: las suyas propias, aquellas cuyas respuestas les adentran en un tipo de conocimiento más profundo y más activo en la relación con el texto.
Las dos preguntas que dan título a este epígrafe, representan dos concepciones del aprendizaje radicalmente distintas, sobre las que la escuela actual sigue debatiendo.
Aplicadas a una tarea lectora, cuando tienen que responder a esas dos preguntas, se espera de los niños que pongan en juego distintos procesos de conocimiento. La primera de ellas «¿Qué has aprendido hoy?”, es una pregunta recurrente que sufren muchos alumnos cuando por la tarde llegan del colegio. Quien hace esta pregunta espera del niño un tipo de pensamiento convergente, y haber contestado correctamente a todas las preguntas que el profesor les ha hecho oportunamente. La segunda pregunta «¿Hiciste hoy una buena pregunta?» no es usual, básicamente porque a los niños no se les enseña a preguntar, mutilándoles así su tendencia natural que desarrollan desde la infancia para inquirir sobre las cosas y los actos de conocimiento, llegando a descubrir que las preguntas sólo las hacen los profesores, que las suyas no son importantes. Sin embargo, el adulto que plantea esa pregunta, supone en el estudiante un estilo de pensamiento estratégico y divergente, con una implicación deliberada y activa en la comprensión del texto que ha leído, y en la construcción de conocimiento.
En la creación de lectores que sean capaces de hacer todos los días una buena pregunta está el futuro de muchos alumnos, porque leer es un proceso de construcción personal de significado y diálogo con el texto, en el que esa capacidad de inquirir juega un papel muy importante, como herramienta de conocimiento y de supervivencia en una sociedad de la información como la nuestra.
EL LENGUAJE ESCRITO Y LA CAPACIDAD PARA AUTOCUESTIONARSE SOBRE LO QUE SE LEE
El lenguaje escrito es/debe ser un instrumento cultural al servicio del desarrollo humano, que habilite al lector a deambular por el texto haciendo más explícito su pensamiento, imaginando, planteándose preguntas, aprendiendo, y regulando el conocimiento que obtiene a través del uso de las herramientas de la mente. Cuando esto no ocurre, nos encontramos con generaciones de estudiantes desinteresados por lo que leen, cansados de responder a las famosas “fichas” -cuya funcionalidad es más ocupacional que de aprendizaje- con baterías de preguntas que los profesores, o los propios textos les plantean.
Una herramienta de la mente, en términos del enfoque vygotskiano del aprendizaje, es algo que nos ayuda a resolver problemas, un instrumento que facilita el problema de la comprensión de un texto, y que voluntariamente sitúa al lector en un contexto activo de aprendizaje. En el caso de la lectura, esas herramientas son las estrategias cognitivas y metacognitivas que los lectores competentes suelen utilizar para, por ejemplo, predecir lo que van a leer, visualizar o imaginar lo que están leyendo, o autocuestionarse sobre lo que leen. Se trata de destrezas que no se tienen si no se enseñan en las escuelas desde los primeros cursos, y que no hacen sino ampliar nuestras habilidades naturales para penetrar en el texto, y para percibir y sentir la información y el conocimiento que en el mismo se nos describe. Ello exige maestros formados en la idea de que el lenguaje escrito es un instrumento cultural de comunicación que posibilita la toma de conciencia de uno mismo en la tarea lectora.
Cuando, por ejemplo, a los lectores iniciales se les plantea la lectura de una narración, y el profesor no les descubre explícitamente la existencia de estos procesos de pensamiento de alto nivel, no saben qué hacer para comprender lo que leen, no dirigen su mente hacia un propósito de lectura, y se limitan a comenzar a leer sin demora, perdiéndose en las palabras del texto sin aporte alguno de capacidad para descubrir el conocimiento, y abocándose en el futuro a “subirse a un trapecio” que les posibilite poner en movimiento su imaginación, el deambular, el balanceo y la interacción creativa con el texto, en una aventura plena de comunicación consigo mismos y con la construcción personal de significado.
«La palabra tiene su terrible limite. Más allá de ese límite está el caos orgánico. Después del final de la palabra empieza el gran alarido eterno.» Clarice Lispector
«“Darle la mano a alguien fue lo que siempre esperé de la alegría” –está escrito sobre su lápida– […] una alegría que fue fundamental para ella a lo largo de toda su vida […] Una tarea que vivió y cumplió Clarice Lispector desde su escritura, desde su percepción de la realidad y de su creación de mundos propios para poder sobrepasar su existencia, una existencia que fue tocada por la náusea, que pudo superar a través de su literatura creando una náusea literaria.» Carolina Hernández Terrazas
Carolina, tienes apenas 35 años y este es tu primer libro, un ensayo. Es justamente esta combinación de hechos lo que más me ha sorprendido y me ha alegrado, saber que hoy día hay editoriales que asumen la iniciativa de publicar ensayos rigurosos y además de autores jóvenes y noveles, como es tu caso.
Seguro que no hay muchas personas a las que el nombre de Clarice Lispector les diga algo. Yo misma la he descubierto gracias a ti. ¿Quién fue Clarice Lispector? ¿Por qué este ensayo sobre Clarice Lispector? ¿O sería mejor decir biografía literaria?
Clarice Lispector era Clarice-mujer, Clarice-madre, Clarice-periodista, Clarice-escritora, observadora del mundo; su mente no estaba quieta ni un segundo, cada momento aprehendiendo el mundo, viviendo el instante y luego escribiéndolo buscando la palabra exacta para describirlo.
Originaria de Ucrania, pero que nace en el viaje rumbo a Brasil, cuando su familia huía de los progromos. En 1943 se casa con el diplomático Maury Gurgel Valente y ese año publica su primera obra Cerca del corazón salvaje (Perto do coraçao selvagem). A partir de su casamiento comienza su vida de mudanzas por el mundo, al mismo tiempo de su producción literaria. De la misma manera comienza a colaborar en varias revistas firmando con pseudónimos. Después de su divorcio fija su residencia en Río de Janeiro junto con sus dos hijos: Pedro y Paulo y continúa con colaboraciones periodísticas en varios medios: Diário da Noite, revista Machete, etc. Y sigue escribiendo hasta que muere víctima de un cáncer el 9 de diciembre de 1977.
Clarice Lispector seduce. Como dice Elena Losada, cuando lees las primeras dos páginas, o bien, lo dejas porque no te gusta nada; o te atrapa, y no puedes parar de leer aunque tengas que leer dos o tres veces una misma página. A mí me ocurrió lo segundo, y por ello decidí emprender la aventura de intentar entenderla y “aprehenderla” a través de un ensayo, que es el género por el que mejor se expresan tus ideas, les das causas y consecuencias.
Dice la Doctora Elena Losada Soler en Mujeres y Literatura [Àngels Carabí y Marta Segarra Eds.], PPU, Barcelona, 1994, pp. 123-136., que Clarice Lispector sostuvo una dura lucha con las palabras, que volvía una y otra vez sobre el lenguaje. Que su obra es una constante reflexión sobre los límites de la palabra. En palabras de Elena Losada: “Clarice Lispector no crea palabras nuevas, retuerce las ya existentes hasta el límite de sus posibilidades: «Hay muchas cosas por decir que no sé cómo decir. Faltan las palabras. Pero me niego a inventar otras nuevas: las que existen deben decir lo que se consigue decir y lo que está prohibido.»”
Háblame del lenguaje, Carolina, de las palabras, de la batalla de esta escritora con los límites del lenguaje, de su proceso creativo. Según ella: «No, no es fácil escribir. Es duro como partir rocas. Pero saltan chispas y astillas como aceros pulidos». ¿Qué había en esa necesidad de expresión y en la tentación del silencio que sostiene Elena Losada que encierra su obra?
Se mueve en ambas dualidades, pero es al mismo tiempo su no querer comunicarse con el mundo real. A los personajes de Lispector les cuesta comunicarse con sus realidades y su mundo, ellos intentan explorar otra forma de conocerlo a través de su silencio, que es una forma de crear un mundo propio con sus códigos de comunicación. Ella misma define al silencio como un espacio de acontecimiento y agrego que es un elemento detonante de la náusea literaria, que desemboca en la necesidad de expresión, del proceso creativo.
Muchos críticos han hablado de Lispector como una “autora de silencios”: autora de “libros como gritos que gritan por lo que callamos y en nuestro silencio somos cómplices”, como menciono en mi libro. Es un silencio que tiene dos consecuencias, a nivel corpóreo y a nivel existencial. El primero tiene una relación con el personaje y el otro con el mundo, el momento en que entra en contacto con la otredad y su imposibilidad de comunicación.
La primera parte de La manzana en la oscuridad es la que mejor ejemplifica este estado. Trata del silencio como herramienta para la construcción de lo humano. Un hombre, Martín, huye de la ciudad tras cometer un crimen. Se refugia en un hotel que parece la línea de separación de los mundos, cruza esa línea y se encuentra huyendo en plena noche. Apenas sin conciencia de sí, desciende a un valle, descubre una hacienda y se queda en ella de manera pasiva. Se queda y se calla, parece ajeno a todo, mira: “Su gran silencio no era apatía. Era una profunda somnolencia en guardia, y una meditación casi metafísica sobre el propio cuerpo […]”.
Decía Clarice Lispector: «Escribo muy simple y muy desnudo. Por eso hiere”. Tal vez de ahí el título: La naúsea literaria, un título que sacude al lector y que le provoca, al menos esa ha sido mi sensación. De repente el título me ha hecho pensar en la novela filosófica de SartreLa naúsea. Quizá no sea casualidad esa asociación. ¿Qué podemos encontrar en La naúsea literaria?
El título viene motivado justo por la novela de Sartre y de hecho es un estudio comparado entre el existencialismo sartriano y el mundo clariceano. En la náusea literaria se puede encontrar el éxtasis melancólico necesario para poder salir de eso que se llama aburrimiento al que los seres humanos se enfrentan una y otra vez.
El éxtasis melancólico está relacionado con la epifanía en los personajes de Clarice Lispector. Como un proceso purificador. Sus personajes viven en plenitud la enfermedad melancólica: juegan a diseñar escenografías, dan rienda suelta a las paranoias de su imaginación literaria. En ese instante llega del exterior algo, un detonante que los desequilibra. Estalla un deseo poético de volver al orden y cuando lo consiguen (si lo logran) viene un placer tal que logran integrar su experiencia y se exaltan, se euforizan y esta es la epifanía, el éxtasis melancólico.
¿Qué ha supuesto para ti como investigadora y escritora bucear en su figura y obra?
Desde hace quince años tengo contacto con el proceso creativo, era periodista en México y, además de cubrir eventos sociales, culturales y deportivos, lo combinaba con la escritura de cuentos y de monólogos de teatro. Me sorprendí mucho al encontrar una literatura como la de Lispector y me dio mucha curiosidad el cómo de su escritura, además de compartir el aburrimiento que tenían sus personajes con mi experiencia personal. Durante la investigación aparté mi escritura creativa, pues el lenguaje académico te lleva a un mundo en el que no se permite la creatividad literaria. Sin embargo, la acogida de este trabajo, el poder quitarle el tono académico, el permitirme introducir un epílogo como el que tiene el libro; fue un impulso para quitar como una especie de costra que tenía en mi cabeza y corazón, para poder volver así al proceso creativo. Ahora mi libro, mi obra seguirá su camino; y yo, me concentro de nuevo en mi poiesis. Es decir, durante todos estos años he tenido obstáculos, retos y satisfacciones en dos ámbitos: tanto vivencial, como de conocimiento.
¿Has empezado a coquetear con alguna idea para tu próximo libro?
Sí, tengo varias ideas rondando por la cabeza. Al mismo tiempo que tengo dos ensayos sobre la mesa, en torno a la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz y sobre literatura juvenil y de adultas mujeres, también tengo la cosquilla de seguir creando teatro, en especial monólogos. Tengo uno que representé hace tiempo: Poiesis, que es de una chica que está embarazada psicológicamente y a partir de este detonante se cuestiona toda su existencia. Y otros más que están en vías de publicación.
¿Algo más que desees añadir?
Invitar a los que no conocen a Clarice Lispector a probarla un poco. Intentar leer dos páginas en un cuento, o de una de sus novelas; y si les gusta, que continúen la aventura, porque como digo en mi libro, leer a Lispector te invita a leer y vivir de otra manera. El mundo es el mismo que se presenta ante los ojos de cualquiera. Lispector nos induce a tomar esos instantes, y que se revelen ante nosotros. Su lectura nos incita a ser cómplices de la búsqueda de otro mundo, que todos podemos crear.
La náusea literaria, el ensayo de la Dra. Carolina Hernández Terrazas ha sido editado por Fórcola y cuenta con un prólogo de la Dra. Elena Losada Soler. Desde el trapecio de tinta celebramos e impulsamos esta publicación sobre Clarice Lispector y a su autora, que os animamos a descubrir.
La aventura de descubrir lo que nos rodea, de ir en busca del otro, pero también la aventura de descubrir el lenguaje y la comunicación, así es la escritura de Isabela Méndez: siempre buceando en las imágenes que evocan las palabras, el sentido que encierran, para llegar al otro.
Los textos de Isabela Méndez son una invitación a la aventura, especialmente sus twitts ilustrados. Textos hiperbreves, nacidos en Twitter, y que por su brevedad y minúsculo tamaño actúan como reclamo para iniciar la aventura de descubrir el relato que encierran. Aventura urbana, el poema de Isabela que presentamos hoy, nació justamente así, de un twitt ilustrado: Flores humanas.
El comentario que el filósofo Amador Martos dedica hoy para la reflexión es también una invitación a emprender una aventura paralela: la aventura más aventura de todas, la de descubrir al otro y constatar que no estamos solos.
Vivimos en sociedades industriales y tecnológicas que nos ofrecen muchas comodidades, tantas que se puede trabajar, comprar y contratar cualquier servicio gracias a Internet. El sistema de producción está pensado para llevar una vida rápida, de inmediatez, de avidez por saciar los sentidos. Esa vorágine de consumismo y de un estilo de vida individualista y solitario ha erosionado paulatinamente las relaciones sociales y familiares. Un modus vivendi que ha sido descrito por el sociólogo Zigmunt Bauman como “sociedad líquida”.
La tesis de Bauman es que vivimos en una “sociedad liquida” sin compromiso duradero entre sus miembros y, por tanto, con un modelo de amor “confluente”, que dura hasta que se acaba el interés de una de las dos partes. A la pregunta de “¿Por qué los hombres de hoy parecen incapaces de amar para siempre?”, Bauman responde: “Porque vivimos en una sociedad que se ha modelado en torno al usar y tirar, al deseo de consumir, a la ausencia de responsabilidades. El consumo como medida de nuestras acciones no favorece la lealtad y la dedicación hacia el otro. Al contrario, apoya una visión de la vida en la que se pasa de un deseo a otro, en la que se abandona lo viejo por la novedad. La cláusula “si no queda satisfecho le devolvemos su dinero”, se ha convertido en el paradigma de toda relación. Esto acaba, también, con el amor”. Entonces el otro deja de ser un fin en sí mismo, como quería Kant, y se convierte en un medio para sí mismo.
La vertiginosa rapidez de los cambios sociales ha debilitado los vínculos humanos. Los potentes lazos que antaño mantenían nuestros antepasados ahora se han convertido en provisionales y frágiles. Así, la felicidad se ha buscado en la inmediatez, en lo individual, en la competitividad, y ha desplazado la solidaridad social, los afectos y las relaciones comunitarias. Sin embargo, paradójicamente, el ser humano no está preparado para vivir en soledad, pues necesita el afecto y la compañía de sus semejantes. Ello se ha notado especialmente en la crisis económica que padecemos: la solidaridad ha aflorado mediante los movimientos sociales y el apoyo de las familias en momentos de grandes dificultades como los desahucios y el desempleo. La actual crisis económica evidencia un anacronismo: hay gentes sin casa y casas sin gentes. Algo no funciona bien en el ámbito económico y político cuando las ciudades expulsan a sus habitantes por medio de desahucios. Los ciudadanos tenemos el deber de recuperar nuestros pueblos y ciudades por y para las personas.
Más que nunca nos necesitamos los unos a los otros. Como certeramente dijera el erudito alemán Karl Wilhelm Von Humboldt: “En el fondo, son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida”.
Lo que sigue es apenas el extracto de una larga e intensa conversación acerca de la música y la vida, del sonido y el latido. Hablamos de tiempo, beat y groove con Daniel Navarrera (Daro), el baterista de la banda SANTO MACHANGO.
Para quien se quede con ganas de leer mucho más, aquí está disponible la publicación de la entrevista íntegra.
El TIEMPO, BEAT & GROOVE de Daniel Navarrera Por Tana Sanz
Para empezar esta conversación acerca de la vida y de tu pasión, la música, quiero hacerlo con un pensamiento de la brillante y tenaz Hellen Keller. Ella dijo una vez que «Las mejores y más bellas cosas en el mundo no pueden ser vistas ni tocadas. Deben ser sentidas con el corazón».
No sé, no estoy tan seguro, no me atrevería a decir tanto, porque hay cosas que ves y que son preciosas, con las que vibras y se te ponen los pelos de punta… pero sí, tengo muy claro que la música es algo que tiene ciertas características que la hacen muy especial, como ese tipo de cosas de las que hablas, que no se tocan ni se ven, que son intangibles y solo pueden ser sentidas. La música tiene la dimensión del tiempo, cuando la pieza se acaba se acabó, no puedes repetir el instante, un segundo es un segundo y ya pasó. Es lo que la hace única, intangible, a diferencia de otro tipo de arte.
Es un poco esa capacidad que tiene la música de evocar, de trasladarte en el tiempo y en el espacio, a veces escuchas una melodía, un acorde y de repente te viene un recuerdo, incluso con escenografía incorporada y puedes hasta percibir el aroma.
Sí, totalmente. Es lo que me pasa ahora cuando escucho las canciones de cuando tenía 13 años, que siento como si tuviera 13 años. Seguro que si las escuchase ahora por primera vez no me dirían nada pero las escucho y me acuerdo de lo que sentía cuando era niño y me encanta. Esa música te acompaña siempre y por el resto de tu vida. A mucha gente le gusta la música vieja por eso, y probablemente ninguna otra música será capaz de quitarle el puesto a esa música, porque está relacionada con un momento muy importante de sus vidas. Por ejemplo cuando eres adolescente te estás encontrando a ti mismo, estás buscando un camino, y la música que escuchas entonces ya define mucho quien eres tú.
Una vez leí una entrevista a un baterista muy famoso, Marvin Smith, en la que decía: “mi padre solo consideraba que había dos tipos de música en el mundo: la buena y la mala”. Y tiene razón, porque dentro de la música buena el género da lo mismo, porque tiene fondo, y sobre todo porque es música que es auténtica. La autenticidad define la calidad.
Parte del compositor, del autor. Bueno, normalmente la música que yo escucho quien la toca es quien la compone. La riqueza y la calidad parten de cuánto te involucras a la hora de escribir la canción, de cuánto pones de ti mismo, cuántas emociones propias tuyas y de nadie más están ahí, y también que no estás buscando ni intentando complacer a nadie, ni que tu sonido sea mejor que el de otro, ni salir en las revistas, ni ser famoso, ni vender discos, simplemente quieres expresarte lo más amplia y libremente posible. De ahí nace la riqueza de la música, de la honestidad que le pones a todas las cosas que haces.
¿Cómo te defines como artista? Dime una palabra con la que te identifiques como artista.
Apasionado, desprendido es lo que más se me ajusta. No me gusta etiquetar las cosas que hago, ni ligarme a ninguna escuela, a ninguna intención. Me gusta sorprenderme a mí mismo. En general lo que intento es no apegarme demasiado a mí mismo, a lo que he hecho anteriormente, sino estar pensando exactamente en cada momento. No soy de los que se aprenden una canción nota por nota para tocarla igual todas las noches, no puedo. Practico las canciones, eso sí, pero practico otras cosas, darles un buen feel, las transiciones entre parte y parte, trabajarlas, para que estén muy claras. Pero no tengo las notas súper calculadas, siempre dejo un espacio para lo que me surja en el momento.
Háblame de tu batería ¿Para ti es un único instrumento o son muchos?
La batería es un instrumento impresionante. Es una sola voz. Solo hay una mente que está manejando y al mando de todos los instrumentos, y eso es lo que me encanta.
¿De dónde viene tu pasión por la batería?
Cuando era niño me gustaba jugar a las naves espaciales. Me encantaba estar en un sitio encerrado y lleno de controles. Tenía una caja de cartón donde yo cabía perfectamente, cogí un marcador y le pinté botones, controles, botón de láser, velocidad de la luz, destructores, medidores de esto y de aquello. Como una misión de Star Wars. Me encantaba estar allí, súper apretado y rodeado de controles, y manejándolo todo yo solito. En la batería es la misma sensación. Pero de eso me di cuenta después. Ya no estaba en la caja de cartón con botones y rayos láser, ahora eran platillos y tambores, ahora estaba al mando de toda una consola de instrumentos y todos los tocaba yo solo. Y con eso además estaba haciendo que otra gente tocara encima.
Porque la batería es la locomotora, el motor de una banda.
Es justo eso, la locomotora, esa palabra se ajusta como un guante. La base de toda la banda es la batería. Cuando vas a grabar a un estudio lo primero que grabas es la batería, es la base de todo, sobre la batería se ponen todos los demás instrumentos. Normalmente, en un contexto de música pop, rock, más contemporánea, lo primero que se graba es la batería. Y cuánto más potente sea la locomotora más carga podrá llevar. Si eres una locomotora potente de 200.000 caballos de carbón y gasolina y rayos gamma, pues serás capaz de cargar encima de ti músicos brutales.
Y a eso aspiras.
¡Claro! Aspiro a ser un buen baterista, a tocar con músicos muy potentes y muy buenos y que se sientan a gusto tocando conmigo, que estando conmigo ellos también puedan sacar lo mejor de sí.
Sentirse parte de un verdadero equipo.
Exacto. Cada uno cumple su función y lo importante es lo que escucha el público y lo que sientes tu al tocar. En una banda dependemos mucho los unos de los otros, necesitamos trabajar en equipo.
¿Con qué materia trabajas tu? ¿Cuál es la materia de tu música?
La materia de mi música es mi emoción. Y mi emoción cuando toco la batería pasa por una especie de comunión con el universo, y con mis compañeros del grupo también, pero sobre todo con el universo, porque la batería es ritmo, es tambores, es frecuencia, es tribal, es tierra, pero también es aire, porque están los platillos… Para mí los platillos son el aire pero también son el juego. Los tambores son la parte seria, digamos.
Hay un componente de juego en tu trabajo.
Absolutamente. Es lo que te decía al principio, que no puedo tocar las canciones nunca iguales. Me aburriría si las tocara siempre iguales, nota por nota. Yo creo que si lo consiguiese alcanzaría un nivel más alto, porque de tanto ensayar una cosa mil veces llegaría a tocarlo perfecto y nunca me equivocaría, pero no me interesa eso. Prefiero jugar con el error y correr el riesgo de equivocarme y de fallar que caer en la monotonía de tocar siempre igual, por más que suene más pulido y más perfecto. No me interesa la perfección, lo que me interesa es la emoción.
Daro, en pocas palabras, dime qué es lo que tú haces cuando tocas.
Yo creo que lo que hago es sincronizar el universo con las personas, incluyéndome a mí. Es lo que intento hacer. Cuando digo “universo” me refiero al universo en el plano temporal. El ritmo es tiempo, es eso, es pulso, entre nota y nota hay cierta respiración, y eso es lo que hago: armonizar tiempo, mi pulso, con el pulso del universo, con el pulso de los otros chicos con los que toco.
Hablas del tiempo siempre ¿te das cuenta?
Sí, porque la esencia de la vida es esa, como sientes el tiempo y cuánto lo disfrutas. Ahí es donde está la felicidad yo creo, en el tiempo. Por eso la batería me gusta tanto, porque es un instrumento relacionado directamente con el tiempo. Entre nota y nota hay un tiempo, y esa nota vuelve a repetirse con periodicidad. Hay instrumentos a los que no les pasa tanto eso, una flauta travesera, por ejemplo, no puedes percibir tan fácilmente el tiempo entre nota y nota porque es más elástico, más curvilíneo, pero la batería tiene el péndulo, el tiempo que viaja de un lado a otro es igual, la batería tiene eso, tiene el pulso, el golpe es más marcado. Por eso me gusta tanto, porque hay una relación directa con el entorno, una sincronía con el universo. Somos tiempo, estamos hechos de tiempo, somos células no son iguales ahora a cuando nacimos, nuestras vivencias es lo que somos, lo que construyes de ti mismo a través del tiempo es lo que eres tú. Y lo bueno del tiempo es que es infinito.
Entonces debes de reírte de la típica frase “no tengo tiempo”
Sí, pero yo la digo todo el rato también. A veces tienes tiempo para todo y veces no tienes tiempo para nada. A veces haces mil cosas y te sobra el tiempo y otra veces solo haces una y ni siquiera la acabas. Todo depende de cómo lo gestiones. Todo depende de la atención, de la relajación que le des al tiempo. Y esa relatividad a mi me encanta, y una vez más está relacionado con el BEAT.
¿Y con el groove?
Eso lo tienes o no lo tienes, no lo puedes planear. Es otra de esas áreas que es mágica. El Groove es vida, es autenticidad. Te puedes poner a tocar perfecto y preciso y descubres que suena plano, simple, sin vida. Si lo intentas forzar o provocar es un fraude. Cuando yo pienso en tocar mejor pienso en la técnica, pero cuando estoy en un concierto no pienso en la técnica, pienso en ser lo más honesto posible y libre, sincero y con confianza. El groove es vida y libertad. Es como aquella mariposa que ves y que nunca puedes atrapar pero que la quieres tener, y que viene sola cuando ella quiere. El valor de un artista, de un músico, por encima de la calidad que tiene es la unicidad que tiene, la emoción que transmite por ser sincero. La emoción sale si la dejas salir, es irracional. A veces parece que pensar y sentir fueran opuestos. Luego está la forma, que eso también es más racional y la parte mecánica.
Vamos a hablar ahora de tu banda actual. ¿En qué grupo estás ahora?
Se llama SANTO MACHANGO. Este verano cumpliré 5 años con ellos. Es una banda con un sonido muy funk, hip-hop, pop, rock de los 90, un grupo con mucha fusión, nos sale todo, lo canario, lo chileno, lo colombiano, lo catalán… porque está en la manera de tocar de cada uno. He estado en grupos en donde todos tocaban muy bien, pero no había tanto carisma. En SANTO MACHANGO hay mucho carisma y es una de las cosas que me gusta más de este grupo, el espíritu de juego y de compañerismo que tenemos. Subimos a tocar y subimos a jugar, a divertirnos.
Carisma y ausencia de egos.
¡Eso exactamente! Y por eso es tan especial tocar juntos. Todos somos colegas.
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¿Cuánto material editado tenéis?
Un disco, “DOPAMINA”, y una maqueta de 2007. Grabamos Dopamina en un buenísimo estudio y con un productor muy bueno. Invertimos mucho dinero en el disco y estamos muy contentos con el resultado. Tomi Pérez fue quien lo produjo. Es un profesional con mucha experiencia y muy buen gusto. Ha producido a La Mala Rodríguez, Maldita Nerea y a muchos otros. Lo mejor de todo es que siempre nos dejó ser nosotros mismos, es más, siempre nos hizo sentir en casa y súper cómodos.
Marc Parrot se encargó del mastering del disco e hizo un gran trabajo. El estudio donde grabamos era el suyo, Producciones Silvestres, y estuvo pendiente en todo momento de que el trabajo fuera lo más cómodo y fluido para todos.
Hace justo unas semanas habéis editado un videoclip, “Narco” ¿Cómo surgió y cómo fue hacerlo? No sé si sois conscientes, pero sacar un videoclip en estos momentos tan complicados es casi un milagro. Además de músicos, emprendedores. Chicos, ¡hay que felicitaros!
Hacía tiempo queríamos hacer un videoclip. Ya habíamos tanteado algunos realizadores pero sólo cuando apareció Lonan García de BCN Freestyle Films supimos que era el momento de dar luz verde. Contamos con el apoyo de Rainer Klassen, quien es nuestro socio en Motherfunky Events, para la financiación y nos pusimos en la tarea. Fueron 3 semanas de grabación y otras tres para la edición. El resultado fue increíble. Estamos súper felices y a la gente le ha encantado.
«Al final, los cuentacuentos, en nuestro trabajo en las bibliotecas, que es una parte muy importante de nuestra labor, somos un poco como “El flautista de Hamelín” que se lleva a los niños no hacia la montaña para robarlos a sus padres sino hacia las bibliotecas, para llevarlos a un lugar rico en imaginación.» Joan Boher
Joan Boher Fotografía cedida por Joan Boher
El Blog de TRIVIUM Gestió Cultural publica hoy la larga conversación que mantuve con Joan Boher, uno de los narradores y especialistas en actividades de dinamización lectora más solicitados del panorama de la narración oral en Cataluña.
En esta extensa entrevista Joan Boher comparte su manera de entender la profesión y la narración oral, «un no parar nunca» en sus propias palabras.
Amador Martos, filósofo colaborador de este blog, recibió hace escasamente unos meses la noticia de que un ensayo suyo había sido publicado en la revista científica Journal of Transpersonal Research.
Dice Amador Martos que es la insaciable necesidad de saber la que convierte al que se hace preguntas en un filósofo. Y yo creo que esa tesis se le ajusta como un guante a medida. Él es ante todo un ser ansioso de conocimiento.
A raíz de la publicación de su artículo intercambiamos correos y algunos de ellos empezaron a amenazar con convertirse en algo «ligeramente» parecido a los diálogos socráticos, pues las preguntas no cesaban y se hacían persistentes. Desembocamos en una incesante charla a través del correo electrónico en la que yo le planteaba mis inquietudes sobre la situación y el lugar que ocupan las humanidades en la educación y la sociedad actual. Y poco a poco hubo una pregunta que empezó a transformarse en casi un reproche “Amador, dime: ¿dónde están los filósofos hoy?”.
Llegados a ese punto de diálogo tenaz, se me ocurrió proponerle este cuestionario sobre todos esos asuntos, así, no solo yo, más personas podrían también escuchar su reflexión y su pensamiento.
¡Hoy la filosofía se sube a la barra del trapecio! Lo que sigue es la presentación del particular “Discurso del Método” de Amador Martos en versión siglo XXI.
5 REFLEXIONES del filósofo AMADOR MARTOS acerca de su particular “DISCURSO DEL MÉTODO EN VERSIÓN SIGLO XXI”
1. REFLEXIÓN a la pregunta: ¿Qué lugar ocupa la filosofía hoy en la sociedad?
Lamentablemente, no ocupa el lugar que se merece. De las grandes preguntas de la filosofía han surgido las grandes respuestas de la cultura humana, hasta llegar al advenimiento tecnológico en la actualidad. Sin embargo, el acervo científico ha quedado secuestrado por el economicismo neoliberal: el saber se ha puesto al servicio de los intereses privados y no del bien común. La filosofía es, ante todo, hacerse preguntas sobre la existencia, la moralidad y el devenir de la humanidad, todo lo cual no interesa al aparato ideológico que gobierna al mundo bajo el control del dinero. Las élites dominantes (grandes bancos internacionales, multinacionales y partidos políticos de orientación neoliberal) no tienen el más mínimo interés en que las masas piensen por sí mismas hasta adquirir un pensamiento crítico. Así es como podemos contemplar que el ministro Wert acentúe los recortes en filosofía y las humanidades en general, y potencie las formaciones profesionales que sólo sirven para los intereses de la producción capitalista dirigida desde la élite. En base a esa distorsión ideológica, Wert pretende suprimir la Historia de la Filosofía como asignatura en segundo de Bachillerato, así como la Ética en cuarto de la ESO, prima hermana de la Filosofía.
En suma, estamos ante una guerra ideológica, y no es casualidad que asistamos a los recortes en educación, y a los del Estado del Bienestar en general, que afectan sobre todo a las clases populares pero nunca a los intereses privados de los ricos. Se está desmantelando el Estado, un bien común que es de todos, para beneficio de los intereses privados de una minoría. En esa guerra ideológica, las humanidades, y la filosofía en particular, están siendo diluidas, se las está haciendo desaparecer del horizonte para el planteamiento de las cuestiones trascendentales que actualmente necesita repensar la humanidad. La esfera mundial está dominada por el mal llamado “pensamiento único neoliberal”, cuya intencionalidad es impregnar del valor dinerario a todo en la vida. Cuando la vida es pensada sólo en términos de un valor económico, asistimos a la actual decadencia de la civilización con una crisis ecológica y humana sin precedentes en la historia y, con ello, nos dirigimos hacia un generalizado nihilismo.
Ante estas sombrías expectativas de futuro, sobre todo con el elevado índice de paro en los jóvenes, las humanidades y la filosofía son hoy más necesarias que nunca para repensarnos como personas, como sociedad y como civilización. En este sentido, están surgiendo movimientos y asociaciones (Asociación de Filosofía Práctica de Cataluña, a la cual pertenezco) que, casi imperceptiblemente, están retomando el reto de darle a la filosofía el lugar que le corresponde. Uno de estos movimientos es el del asesoramiento filosófico, cuyo iniciador a nivel mundial ha sido Lou Marinoff, quien ha cosechado un gran éxito de ventas con las obras Más Platón y menos Prozac, Pregúntale a Platón, El ABC de la felicidad y El poder del Tao. La filosofía es en nuestros tiempos más necesaria que nunca como una disciplina para ayudar a adquirir una conciencia social activa que ayude a disolver los conflictos del día a día.
2. REFLEXIÓN a: En estos momentos, ¿qué lugar ocupan las humanidades en la educación?
La Educación debería ser un bien público y un derecho universal, lo cual no es considerado así por los partidos políticos de clara orientación neoliberal (como el Partido Popular). Así, mediante el proyecto de ley LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), que modifica la LOE (Ley Orgánica de Educación), se sustituye la obligación que tiene el Estado de garantizar una educación a todos los ciudadanos por una actividad educativa orientada principalmente al servicio del tejido productivo empresarial. Así es como quieren fomentar el “espíritu emprendedor” y la formación para el empleo. Es decir, se obvia una formación integral de las personas donde las humanidades ocupan un lugar central para desarrollar al máximo las capacidades de cada estudiante, su espíritu crítico y su capacidad de análisis. Al retirar del currículo materias como la Filosofía o la Música, por ejemplo, se discrimina la oportunidad de los niños de acceder al saber universal así como a desarrollar sus verdaderas potencialidades internas al no considerar dichas actividades como útiles para el sistema productivo.
La política educativa que defiende el Partido Popular (de claro corte neoliberal) es crear buenos empresarios y productores de bienes y servicios, pero no buenas y mejores personas para lo cual las humanidades juegan un papel trascendental. Las humanidades son imprescindibles para que una persona sepa de dónde viene, hacia dónde va y qué hacer con su vida desde una comprensión global humanista.
La prueba más evidente de la orientación ideológica en la política educativa, es que se ha suprimido la asignatura “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos”, y en su lugar se potencia la religión en las escuelas, a pesar de ser España un país constitucionalmente laico. Las humanidades, dentro del marco educativo, están siendo zarandeadas según el vaivén político de turno.En España es necesario un gran pacto educativo donde las humanidades ocupen un lugar central para desarrollarnos como personas y como sociedad. En este sentido, tenemos mucho que aprender de los sistemas educativos del norte de Europa y de Finlandia, en particular. La sociedad española es un reflejo de nuestro deficiente sistema educativo.Por tanto, urge recuperar un pensamiento humanista en el sistema educativo para repensarnos como una sociedad que debería prepararse para los grandes retos que nos depara el futuro.
VIDEO ILUSTRATIVO del Doctor en educación por la Universidad de Londres, Sir Ken Robinson, considerado un experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos.
3. REFLEXIÓN a la pregunta: ¿Donde están los filósofos y los pensadores hoy?
Para responder a esta pregunta, creo pertinente tomar prestadas algunas palabras del filósofo Javier Gomá Lanzón, quien se pregunta en un artículo publicado en El País-Cultura: ¿Dónde está la gran filosofía?
Desde sus orígenes, la misión de la filosofía ha sido la proposición de un ideal. Y la gran filosofía es la ciencia del ideal de conocimiento exacto de la realidad y de una sociedad justa. Un genuino ideal aspira a ofrecer un sentido unitario, intemporal, universal y normativo. El gran ideal filosófico debe proponer una síntesis feliz tanto para los individuos como para la colectividad, integrando elementos heterogéneos y hasta contrapuestos y proyectándolos más allá de su contexto histórico y concreto por su carácter de intemporalidad y universalidad. Además, dicho ideal debería señalar un objetivo moral que despierte en los ciudadanos un interés para reconocerse en la hermosa y noble perfección de quien participa de la naturaleza.
La filosofía contemporánea ha incumplido con su misión de proponer dicho ideal a la sociedad de su tiempo y al ciudadano que participa de la democracia de la cultura. Las universidades se han quedado sin iniciativas en el aporte de un gran ideal filosófico regenerador y explicativo para una civilización en crisis de identidad. En ausencia de ese gran ideal, la filosofía ha sido permutada por la historia de la filosofía que se imparte en las universidades. Así, la filosofía se ha quedado huérfana de un marco comprensivo general que sólo un gran ideal puede proporcionar.
La modernidad ha desembocado en diversas propuestas hermeneutas (en diferentes interpretaciones de la realidad, propuestas ideológicas de esa misma realidad, siempre heterogéneas, alejadas de una concepción unitiva de la vida) y en denuncias del sistema capitalista pero sin aportar una visión que dé sentido a la experiencia individual en su interrelación social. No hay ningún aporte consistente en la proposición de un ideal en el sentido de hacer una gran filosofía. El progreso moral colectivo sólo puede edificarse sobre un gran ideal pues, sin éste, nuestra civilización está condenada a conformarse con el orden plutocrático establecido. La filosofía necesita recuperar la gran filosofía, la que debe proponer un ideal cívico que despeje el oscuro horizonte de la actual civilización y el futuro de las generaciones venideras. En este sentido, hay muy pocos filósofos con esa capacidad de retornar al pensamiento humanista, a la idealización de la vida humana, en definitiva: pretender ser una expresión de la gran filosofía cuya ciencia debería ser el conocimiento exacto de nuestra realidad para ofrecer un sentido unitario y universal de la existencia humana.
No obstante la anterior reflexión, a mi parecer, en la actualidad, una gran figura de la filosofía contemporánea es Ken Wilber, un pensador poco conocido en España pero con un enorme prestigio internacional, con muchas de sus obras traducidas a más de veinte idiomas. La esencia de su pensamiento es haber aunado la sabiduría de la filosofía oriental con la pragmática racionalidad occidental, todo un reto para el devenir de nuestra civilización: integrar la racionalidad con la espiritualidad. Mi pensamiento filosófico se inspira en este inconmensurable pensador comparable a Kant o Platón.
4. REFLEXION a dos preguntas: ¿Qué es ser consciente? ¿Qué lugar ocupa la conciencia en nuestras vidas?
Comenzaré respondiendo a la segunda pregunta, desde una perspectiva del proceso evolutivo de la conciencia a través de la historia. El estudio de la conciencia está adquiriendo cada vez mayor importancia desde el ámbito de la filosofía así como de la ciencia. El citado Ken Wilber es el filósofo, por antonomasia, que ha estudiado, investigado y publicado importantes trabajos acerca de la conciencia. En el plano científico también existe ese interés, pues al decir del emérito profesor Roger Penrose: “En la era de la física cuántica, el reto más inmediato de la ciencia es descubrir en qué consiste la conciencia y cuál es su papel en el universo”. La conciencia se hace cada vez más cognoscible a sí misma a través de la historia.
El estudio de la conciencia humana ha sido objeto de investigación muy reciente en la historia del pensamiento y de la ciencia, siendo, como he citado anteriormente, el filósofo Ken Wilber un destacado estudioso de ella. Los desarrollos de las ciencias psicológicas también han ayudado en este sentido: el Psicoanálisis, el Conductismo, la Psicología Humanista y la Psicología Transpersonal. Esta última trata del estudio de los potenciales más elevados de la humanidad y del reconocimiento, comprensión y actualización de los estados de concienciaunitivos, espirituales y trascendentes. El término transpersonal significa “más allá” o “a través” de lo personal y se refiere a las experiencias, procesos y eventos que trascienden nuestra limitada sensación habitual de identidad y nos permiten experimentar una realidad mayor y más significativa.Con la psicología transpersonal, se ha iniciado un camino esperanzador de trascendencia de la conciencia egóica hacia la espiritualidad o “transpersonalidad”. En la conciencia transpersonal es donde se experimenta una vinculación fraternal con todo lo existente que va más allá de las establecidas reglas morales. Y es dentro de dicho marco histórico que tiene razón de ser mi artículo publicado en el Journal of Transpersonal Research, una revista internacional que promueve el estudio de la investigación en Psicología y Psicoterapia Transpersonal y cuyo interés principal es la publicación de investigaciones experimentales y empíricas, para contribuir a la integración de lo “transpersonal” en la psicología académica. Mi artículo en cuestión se titula “La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal” (version descargable en PDF)
Volvamos ahora a la primera pregunta: ¿qué es ser consciente? Nos adentramos aquí en el psicologismo de las personas. Ser consciente es un proceso evolutivo de la conciencia a través de la existencia. En una primera instancia, es un proceso biológico que ha dado lugar a la organización de los seres vivos en la continua producción de sí mismo (autopoiesis). En esa evolución biológica de la conciencia se ha producido la diferenciación de las diversas formas de conciencia observables en la naturaleza, desde las plantas, pasando por las innumerables especies animales, hasta llegar al hombre: el animal racional en la cumbre de la naturaleza. Pero, a la vista de la imperante decadencia civilizadora con una profunda crisis ecológica y humanitaria, hay fundados motivos para pensar que el actual estadio de la conciencia humana se halla lejos de la profundidad holística que propugna toda evolución natural. La racionalidad humana es un estado de conciencia exenta de moralidad a la vista de cómo estamos destrozando el planeta: es un contrasentido holístico, pues formamos parte de la naturaleza, y si la destruimos nos aniquilamos a nosotros mismos. Esa conciencia racional está lidiando con la conciencia moral a nivel global, imperceptiblemente naciente en multitud de personas y organizaciones que apuestan porque otro mundo sea posible.
En ese contexto descrito, es imperativa una de las máximas de Kant: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca solo como un medio”. Si toda persona se aplicara dicha máxima, se podría reorientar el rumbo de la humanidad. En este sentido, el trabajo de cada cual es de extrema importancia para evolucionar conscientemente hasta lograr la felicidad, no sólo para sí mismo de un modo egoísta sino, eminentemente, para la humanidad entera. Dicha perspectiva implica la visión “transpersonal” antes aludida. Por tanto, la tarea más urgente que tiene por delante la humanidad es promover la educación, la economía y la política hacia la consolidación del bien común y no, como en el actual estadio histórico, en la individualidad y el egoísmo de cada persona, estado o continente. Por ende, sobre todo lo expuesto hasta aquí, el actual paradigma en el que se halla la humanidad consiste en la integración de las conciencias personales en una mayor y nueva conciencia colectiva que priorice el bien común, una tesis conceptuada como un segundo renacimiento humanístico en mi artículoantes mencionado del Journal of Transpersonal Research.
Concluyendo, la racionalidad individual que eclosionó tras el primer renacimiento humanístico, allá por los siglos XV y XVI, está dando paso a un segundo renacimiento humanístico consistente en la integración de las conciencias personales hacia una conciencia colectiva “consciente” de su poderío racional y de su potencial espiritualidad (entiéndase el término “espiritualidad” en el más amplio sentido de “intersubjetividad kantiana”, es decir en el más puro sentido de las relaciones humanas que tan bien expresó Kant de un modo racional, nada que ver ni con la religión ni con el movimiento “new age”). Y en esa labor, cobra especial interés la evolución consciente de cada uno de nosotros ante los desafíos ecológicos, económicos, políticos y sociales que nos depara este siglo XXI. Todo un reto para reivindicar, más que nunca, el papel de filosofía, no en los estantes de las bibliotecas, sino en la propia conciencia de las personas, un trabajo evolutivo nada fácil pero imprescindible. Para tal fin, es imperativo adquirir un pensamiento crítico que permita salir de la moderna esclavitud en que el sistema capitalista de producción tiene subyugada a la humanidad, un trabajo de introspección que debemos realizar individualmente en el plano psicológico para que sea repercutido posteriormente en la sociedad.
5. REFLEXIÓN a las preguntas: ¿Qué es el pensamiento crítico? ¿Y cómo se puede fomentar desde la adolescencia?
Respecto a lo que es el pensamiento crítico daré, en primer lugar, una opinión personal desde mi propia experiencia. Luego, en segundo lugar, haré una referencia al cultivo del pensamiento crítico mediante una metodología didáctica.
En primer lugar, la opinión personal. En el más estricto sentido de la mayéutica socrática, el pensamiento crítico se va adquiriendo con la técnica persistente de la pregunta. La mayéutica se basa en la capacidad intrínseca de cada individuo de llegar a descubrir la verdad oculta en el interior de uno mismo. Esta técnica es la utilizada por Sócrates: mediante las preguntas al interlocutor, va desmontando las falacias, las equivocaciones y la falta de saber del contrincante en determinadas cuestiones. A través de las preguntas y la reflexión, reconduce a la otra persona al saber que posee dentro de sí, pero que desconocía. En este sentido, es una interactuación reflexiva entre dos personas cuyo método cognitivo es dirigido por la técnica mayéutica del filósofo. Pero ese proceso también es válido, a mi entender, para el dialogo subjetivo consigo mismo. Es esa insaciable necesidad de saber la que convierte al que se hace preguntas en un filósofo.
En mi caso personal, y tras muchos años sin comprender nuestro difícil mundo contemporáneo, a pesar de hacerme incontables preguntas desde muy joven, llegué a la conclusión de que era necesario hallar un “mapa sociológico” que diera razón del actual estado de civilización de la humanidad, con sus virtudes y sus defectos, para poder ubicarme existencial, racional y humanamente ante el caos cognitivo de nuestra sociedad. Dicho “mapa sociológico” forma parte de mi artículo “La evolución de la conciencia desde un análisis político, social y filosófico-transpersonal”. Una vez aclarado ese panorama social, económico y político, era imperativo hallar también un “mapa psicológico” para progresar adecuadamente dentro de un equilibrio racional a la vez de emocional. Dicho “mapa psicológico” también forma parte del trabajo antes citado. Ambos “mapas” tienen la virtud de emular la metodología de la duda racional empleada por Descartes en su obra el El discurso del método.
El discurso del método es una de las primeras obras de la filosofía moderna. En ella se defendía la ruptura y la destrucción del viejo mundo medieval y la configuración de otro nuevo, el mundo de la Edad Moderna. En especial, planteaba la necesidad de fomentar una actitud de investigación libre, alejada de los argumentos de la decadente tradición escolástica que se enseñaba todavía en las universidades y que Descartes había aprendido y de la que había comprendido su inutilidad. Siguiendo el mismo paralelismo que Descartes, opino que nuestro actual mundo globalizado está obsoleto y agotado por un nefasto neoliberalismo, expoliador de los recursos planetarios y causante de las miserias humanas. Con Descartes se inició una era conocida como Racionalismo, que siglos después ha desembocado en un racionalismo al servicio de la plutocracia, perpetuando una esclavitud que confina a las mentes carentes de pensamiento crítico al ostracismo intelectual o caverna platónica. Ante tal coyuntura, se presentaba como apremiante establecer mi propio Discurso del Método, pero en versión siglo XXI, más que nada para no caer en la locura. Y el resultado ha sido la publicación de dicho artículo por la revista internacional Journal of Transpersonal Research.
Evidentemente, la anterior exposición es una explicación muy sui génesis a partir de mis propias inquietudes para lograr mi personal cuestionamiento crítico. Sin embargo, el pensamiento crítico, hoy en día, es objeto de una metodología didáctica. En este sentido, recomiendo una guía disponible en este enlace:
En esencia, en ella, se nos provee de los elementos para hacer evolucionar el pensamiento crítico por progresivas etapas cognitivas:
1- Pensador irreflexivo (No somos conscientes de problemas en nuestro pensamiento)
2- Pensador retado (Nos enfrentamos con problemas en nuestro pensamiento)
3- Pensador principiante (Tratamos de mejorar pero sin práctica regular)
4- Pensador practicante (Reconocemos la necesidad de práctica regular)
5- Pensador avanzado (Avanzamos según seguimos practicando)
6- Pensador maestro (Los buenos hábitos de pensamiento se vuelven parte de nuestra naturaleza)
Vayamos ahora a la segunda pregunta inicial: ¿Y cómo se puede fomentar desde la adolescencia?
Aquí, como hemos explicado anteriormente, nos encontramos con un problema social endémico, pues la educación española no está concebida como un bien común como puede serlo en Finlandia. No me refiero al derecho de una educación pública, actualmente en vía de ser desmantelada, sino a los contenidos curriculares. En España, la educación está ideologizada políticamente y no se postula como el eje transversal de la sociedad. Por tanto, promover el pensamiento crítico desde la adolescencia va a depender en gran medida de la capacidad de los propios padres en fomentar dicho espíritu crítico, ya sea a nivel personal, o eligiendo los conductos educativos a tal efecto. En ese sentido, hay una corriente de las llamadas “escuelas activas”, cuya educación está orientada a potenciar todas las virtudes y valores de los niños y adolescentes durante todo el proceso educativo a lo largo de los años. Una de estas escuelas activas son las denominadas “Escuelas Waldorf”. Más que explayarme o repetir argumentos, prefiero remitir a los siguientes enlaces que dejan bien claro cuál es la metodología empleada por el sistema educativo Waldorf para potenciar el pensamiento crítico:
También, desde el ámbito de la filosofía, hay iniciativas sumamente interesantes para iniciar a los estudiantes en el pensamiento crítico, como El Centro de Filosofía para Niños.
Para concluir, pienso que el desarrollo del pensamiento crítico recae en última instancia en los mayores, quienes con su ejemplo deben fomentar la actitud inquisitiva y nunca conformista de los adolescentes. Vivimos en una sociedad donde los medios de comunicación impiden precisamente el desarrollo del pensamiento crítico, y por ahí habría que comenzar la labor, por retrotraerse del ensimismamiento mediático para recuperar la capacidad autónoma del propio pensamiento. De dicha actitud, en última instancia, dependerá que seamos personas libres o esclavas de un sistema capitalista que fragmenta a los individuos y los confina a vivir en el individualismo, persiguiendo su propio egoísmo en vez de la solidaridad y el bien colectivo.
La humanidad se halla ante tres importantes cambios de paradigma:
– A nivel psicológico: trascender la conciencia personal hacia la conciencia transpersonal.
– A nivel sociológico: pasar del neoliberalismo al altermundismo.
– A nivel filosófico: dejar atrás la filosofía tradicional y abrazar la filosofía transpersonal.
Tantos cambios que nos esperan a nivel social, económico y político, van a depender en última instancia de la capacidad crítica de todos nosotros en repensarnos como especie racional con la mirada puesta en una nueva espiritualidad que priorice el bien común, y para ello, la educación jugará un papel trascendental para que la noosfera resplandezca por sí misma más allá de la importancia dada por nuestra civilización al dinero.
Mañana 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro. Una fiesta especialmente significativa para los amantes de la lectura y los autores. Un día, una cita especial para ambos
Siempre he sentido curiosidad por saber cómo descubren los escritores el lenguaje, qué significa para ellos la lectura, cuáles son sus libros de cabecera… Por eso, una jornada como la que se celebra mañana era la ocasión perfecta para hacerle llegar estas preguntas a un poeta, en este caso al chileno Leo Lobos (colaborador de este blog).
Leo, ¿qué fue lo que descubriste en las palabras, en la lectura?
LECTURAS Y EL ENCANTAMIENTO DEL UNIVERSO POÉTICO por Leo Lobos
“Creo que al leer uno se descubre como alguien que pretende descubrir la vida que ilumina la palabra”
Leo Lobos
Arte: COLOR SANTO Autor: Leo Lobos (2010) Técnica: Dibujo, tinta china y pastel sobre papel
He sido un lector incansable desde mi infancia. El libro, los libros de ciencia ficción, aventura, biografías, historia, arte, ciencia, novelas y poesía son fundamentales en la formación del escritor cachorro. En el Liceo leí tres libros claves para entender el mundo de ayer y hoy, que recomiendo leer a todos sin duda alguna: Un Mundo Feliz de Aldous Huxley,Fahrenheit 451 de Ray Brandbury y1984de George Orwell.
Mi encuentro con “escritores vivos” se produjo en la Universidad, a la que ingresé cuando tenía 17 años a comienzos de 1980. He tenido entre mis compañeros de carrera y entrañables amigos, hasta el día de hoy, a los poetas Mario García y Sergio Ojeda. Con ellos fuimos activos participes de los encuentros culturales realizados en la Universidad de La Serena en aquellos años, con los poetas Aristóteles España y Raúl Zurita; y encuentros académicos e informales con poetas como Braulio Arenas, Eduardo Llanos y Arturo Volantines. Desde muy niño he sido un lector perseverante, y desde la lectura a la escritura todo ha ido de manera natural, como del dibujo a la pintura, como de la palabra hablada a la escrita, desde el castellano a un idioma extranjero y desde ahí nuevamente a mi propia lengua.
Creo que al leer uno se descubre como alguien que pretende descubrir la vida que ilumina la palabra. El poeta Vinicius de Moraes decía que no debemos hacer “ninguna concesión a la poesía no vivida”. Pues “la poesía es subversión del cuerpo”, nos dice el mexicano Octavio Paz. Goethe decía: “los poemas que nacen de la nada no me interesan”. “Entonces un buen poema para mí es aquel que logra iluminar la vida vía verbo”, dice el poeta brasileño Roberto Piva.
UN RECUERDO PARA DOS POETAS, DE OTRO POETA
JORGE TEILLIER
Leo Lobos con el poeta chileno Jorge Teillier (a la izquierda de la foto) (La última fotografía tomada al poeta antes de morir, en el año 1996). Fotografía cedida por Leo Lobos
La poesía de Jorge Teillier (Lautaro, Chile 1935 – Viña del Mar, Chile 1996) descansa en principio en la tradición de la representación lárica (poesía del lar, del origen, de la frontera), aunque su obra trasciende el rótulo del arraigo lárico cuyos antecedentes se encuentran en Chile en Efraín Barquero y Rolando Cárdenas. Sus poemas arrancan del recuerdo ingenuo y la nostalgia con una cierta esperanza de asir el paraíso perdido, el cual paulatinamente se desintegra y se convierte en pura imagen soñada. El poeta se inició a los 12 años en la escritura, bebiendo las aguas de los libros de aventuras, Panait Istrati, Knut Hamsun, Julio Veme y los cuentos de hadas. Posteriormente se alimenta de los poetas del modernismo hispanoamericano, de Vicente Huidobro y de la tradición universal de Jorge Manrique, Rainer María Rilke y Francois Villon. Se le vincula también con Höderlin y Trakl. Para él, lo importante en la poesía no es lo estético, sino la creación del mito y de un espacio o tiempo que trasciendan lo cotidiano, utilizando lo cotidiano. El poeta no debe significar sino ser. Postula un tiempo de arraigo frente a la generación de los años 50, que postulaba el éxodo hacia las ciudades.
NICANOR PARRA SANDOVAL
De izquierda a derecha: Leo Lobos, el antipoeta Nicanor Parra y el actor Jaime Celedón. Fotografía cedida por Leo Lobos
Algunos aspectos de la poesía del chileno Nicanor Parra Sandoval (n. 1914 en San Fabián de Alico, cerca de Chillán, Chile) no son ajenos al medio cultural de su infancia y adolescencia. Fuera de cortos períodos vividos en Santiago, Lautaro y Ancud, los años fundamentales tienen como escenario los suburbios de la ciudad de Chillán y lugares próximos, zona, en el centro del país, de donde eran sus padres. El padre fue profesor primario y músico; la madre, de origen campesino, tenía también aficiones musicales y solía cantar canciones del folclore. Junto a numerosos hermanos, Violeta Parra entre ellos, constituían una familia de clase media provinciana, sometida a la incertidumbre de una crónica precariedad económica y de continuos cambios de residencia, causados por los traslados, cesantías (en la época de la dictadura del general Carlos Ibáñez) y la personalidad desaprensiva y errática del padre, un bohemio incurable. Para los hijos, la certeza era la madre: poder de convergencia, cohesión y estabilidad desde el punto de vista del orden de las relaciones humanas. Si bien eran receptivos a los mensajes de la cultura popular urbana, transmitidos por la radio, la victrola, los circos ambulantes, estaban regidos por patrones formativos de los que era portadora directa la madre, es decir, los de la cultura tradicional, solidaria de una conciencia no agredida todavía por los agentes de la alienación moderna, y abiertos a la vitalidad del lenguaje campesino, a su sabiduría, a sus variadas formas poéticas (letras de canciones, refranes, juegos infantiles).
Parra explotará, dentro del contexto de su poesía posterior, la vitalidad y las posibilidades expresivas del lenguaje de la infancia. Y a esa conciencia determinada por los valores y concepciones de la cultura tradicional, esencialmente integradora, habría que verla como un presupuesto biográfico de la intensidad angustiosa con que percibirá, cuando viaje por primera vez a Estados Unidos e Inglaterra, la condición fragmentaria, disolvente de todo sentimiento de unidad, de la vida y la cultura cotidianas en los espacios urbanos del mundo contemporáneo.
Un círculo agreste, un espacio vacío en el que yace tumbada una mujer, y la naturaleza alrededor. Solamente eso.
Título de la obra: Ozone Autora: Emily McCullagh
Esta imagen me pareció sencillamente sublime, poética. En el descanso, en ese espacio vacío, en el silencio se gesta todo, así es como nace el arte, del vacío.
Arte y naturaleza, vacío y creación. Estos conceptos vinieron a mi mente con insistencia cuando una amiga me envió esta foto de “Ozone”como se llama esta obra de la artista irlandesa Emily McCullagh.
No es mi intención hablar ahora y aquí sobre la significación del “vacío” en las obras de arte, hacerlo resultaría poco menos que pretencioso. Pero no puedo evitar que me atraiga el concepto, que me provoque mil preguntas. El vacío está presente también en las manifestaciones artísticas inmateriales, como la música. ¿Qué es sino el espacio entre dos notas?…
Pensé cuánto me gustaría que la propia Emily me explicase qué es para ella el vacío y la creación.
Gracias a la colaboración de mi amiga Ángeles Martínez esta conversación con la artista Emily McCullagh ha sido posible, ella consiguió contactar con Emily y obtuvo las respuestas a mis preguntas.
¡Gracias, Ángeles, por aceptar ejercer de intermediaria y de periodista en la distancia!
COMO COLOFÓN A LA SEMANA DE LA CREATIVIDAD 2013:
CONVERSACIÓN CON EMILY McCULLAGH, UNA ARTISTA PLÁSTICA Y ESCULTÓRICA QUE DESARROLLA PARTE DE SU TRABAJO ARTÍSTICO EN EL CAMPO DEL ARTE COMUNITARIO, LA ARTETERAPIA Y LA INCLUSIÓN SOCIAL
Unimos treinta radios y lo llamamos rueda;
pero es en el espacio vacío donde reside la
utilidad de la rueda.
Moldeamos arcilla para hacer un jarro;
pero es en el espacio vacío
donde reside la utilidad del jarro.
Abrimos puertas y ventanas cuando construimos una casa;
A nivel personal la creación para mí es dejar que la vida se geste y se respire por mi cuerpo, la respuesta a todo lo que uno es y sueña con ser, la forma de conectar con todos los niveles de existencia que se perciben a través de nuestra antena por lo intangible.
Ser y no ser, realidad e ilusión. Pintar el espacio es pintar el vacío. ¿De dónde surge esta obra de arte, Ozone, este círculo en mitad de la naturaleza? Se me antoja una experiencia estética en toda regla.
La realidad no tiene consenso y no hay una opinión única sobre lo que es real y lo que no lo es. Ya lo dijo Albert Einstein: “ Quien quiera erigirse como juez en el campo de la verdad y el conocimiento naufragará ante la risa de los dioses.”
Encuentro inspiración en el poeta y místico del siglo XIII Rumi, quién escribió líricamente sobre su amor por el vacío. Sus palabras todavía resuenan como verdades para mí en este momento, en el tercer milenio.
La obra Ozone salió del sitio donde nos encontrábamos, en un bosque cerca de Plymouth, al sur de Inglaterra. Siempre conecto con lo ajeno cuando estoy en medio de la naturaleza. Parte de la visión del mundo celta es que uno puede caer en manos de las hadas (fairies) durante un paseo, a veces sin ni siquiera darse cuenta. Capas de realidades coexisten simultáneamente y todo está impregnado de lo etéreo. Quise construir un umbral en el camino que a modo de portal permitiese el paso a otras realidades.
¿Con qué materiales trabajas?
Soy un trotamundos incurable y a través de los años he experimentado con madera, vidrio, cerámicas, pinturas al oleo, acuarelas. Mi última fascinación es por la textura de los pasteles al oleo y del fieltro.
Dicen que para los músicos el mundo es esencialmente sonido y a través de sus obras nosotros no lo palpamos ni lo vemos, pero lo sentimos. Me pregunto ¿qué es el mundo para tí? ¿Cómo lo ves? ¿De qué se compone?
El mundo está lleno de las texturas de nuestros sueños y de la magnificencia de un espacio lleno de la mayor sinfonía que uno pueda concebir, repleta de sonido, espacio, color, tacto, energía y movimiento. Dentro de cada átomo hay un 99% de vacío, por lo que de alguna manera lo que está por debajo de todo es silencio.
Al ver tus obras se me ocurre que la materia, lo orgánico, el tacto está muy presente. Percibo que tu arte no es un arte visual. ¿Tal vez por eso trabajas con discapacitados visuales? Háblame de tus talleres artísticos con estos grupos de reducida visión.
Trabajar con discapacitados visuales fue todo un honor y una inspiración. Poder participar en su sentido táctil fue maravilloso, una educación para ver el mundo desde su perspectiva y entender los desafíos a los que tienen que enfrentarse día a día. El grupo no presentaba ceguera total por lo que su percepción de la realidad era más empañada y menos enfocada que la nuestra. Los colores eran importantes como puntos de referencia y de simplicidad. Trabajar con madera conlleva una meditación y una calma y el grupo me ayudó a desarrollar el sentido de lo que significa guiarte por el tacto para saber en qué momento una pieza está terminada, en vez de usar la vista.
EPÍLOGO:
En la línea de sus trabajos artísticos comunitarios, que implican la mejora social y la participación del público en la obra, y motivada por la posibilidad de usar el arte como terapia, Emily McCullagh trabaja actualmente en instituciones mentales en Dublín (a través de la disciplina de la arteterapia) con personas que tienen una enfermedad mental diagnosticada como la depresión o esquizofrenia. Su trabajo se desarrolla como un proceso y permite una introspección positiva para el paciente en un estado de calma y de tranquilidad gracias a la exploración artística que no tiene más finalidad que el reconfortar e involucrar a la persona, sin buscar cualidades estéticas ni emitir juicios de valor sobre el aspecto final de la obra.
Al mismo tiempo, Emily sigue estudiando sobre Arte y Psicoterapia en la Universidad.
Puedes encontrar a Emily McCullagh en su página web: