Cuando leí por vez primera este pequeño cuento de Isabela Méndez, supe que era un polvorín.
¿Es posible apresar lo que sentimos por el ser amado? ¿O esa emoción siempre acaba por estallar y tatuarse en la piel igual que se lleva tatuada y late en el corazón?
Cuando simbolizamos el amor lo hacemos dibujando un corazón, porque es lo que nos hace latir, digo yo. Sin embargo, pienso que el verdadero lugar del amor está en la piel, el manto que nos envuelve y nos contiene. La piel no late, pero grita en silencio.
Os invito a degustar este delicioso cuento de Isabela Méndez incluido en el libro Aperitivos de tinta, cuya edición digital estará disponible en breve para poder ser descargada, y a reflexionar sobre lo que significa vivir, pensar y amar con el filósofo Amador Martos.
¡Que os salpique la tinta!
EL CUENTO, por Isabela Méndez
“LETRA MORENA”
LA REFLEXIÓN, por Amador Martos
“VIVIR, PENSAR, AMAR”
Hay tres mundos de los cuales participamos cada uno de nosotros: el mundo de los sentidos, el mundo intelectual y el mundo de las emociones. Como bien dijo el filósofo francés Descartes: “La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales”; un mundo intelectual que nos permite también expresar nuestros afectos. Somos la única especie sobre el planeta con capacidad para crear productos culturales. Somos los únicos en poder expresar nuestros sentimientos con palabras, habladas y escritas. Pero somos los únicos también con capacidad para reprimir sentimientos desde una postura racional. En suma, somos seres con libre albedrío para vivir, pensar y amar.
En el mundo de los sentidos, se puede vivir con más o menos dinero, con más o menos comodidades, pero no se puede vivir sin amor. Como maravillosamente lo expresara el editor americano del The Saturday Evening Post, Lorimer: “Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar”.
Así mismo, en el mundo intelectual, se puede vivir con más o menos razón, pero desde el más ignorante al más sabio, ambos necesitan vivir con afectos y sentimientos. El mundo de los sentidos y el mundo intelectual adquieren su máxima significación cuando entregamos todo nuestro ser, en acto y en pensamiento, a las personas amadas. El filósofo estadounidense Emerson lo expresó certeramente: “Los hombres grandes son aquellos que sienten que lo espiritual es más poderoso que cualquier fuerza material y que son las ideas las que rigen el mundo”.
Se puede vivir y pensar sin amar, pero sería una vida sin razón alguna por la cual vivir. Sí, somos libres para vivir, pensar y amar. Pero no olvidemos vivir por alguien, pensar en ese alguien y, más importante, declararle nuestro amor.
NOTA de AGRADECIMIENTO:
Un saludo muy especial para el ilustrador Juan Luis López Anaya (Juanlu), que se enamoró del dibujo de Isabela Méndez que acompaña este cuento y quiso versionarlo para rendirle un homenaje. Os invito a que visitéis su blog: Ilustraciones para un loco.
Esta fue su versión, ¡su reina!

Dibujo de Juan Luis López Anaya (Juanlu)
Versión del dibujo «Letra Morena» de Isabela Méndez
31/01/13 at 5:06 pm
Agradecimiento a mi? a vosotras!!!!! por la opotunidad que nos brindáis, por vuestras letras, por vuestros dibujos, por la lección y reflexión de Amador, en fin, por vivir, pensar y amar.
Un abrazo enorme!!!!!! y muchos besos!