Dedicado a los correctores de textos que el próximo 27 de octubre celebrarán su día de fiesta.
Por eso, hoy además de escribir esta entrada subida a un trapecio lo haré también encaramada a un diccionario, en un guiño a los que me acompañan a diario desde hace muuuuucho tiempo. Y digo que escribo esto subida a uno, porque en ellos se encierran tantísimas palabras, que una acaba por sentirse diminuta, casi liliputiense.
Esta semana desde un blog de México me han invitado a conversar sobre este oficio que pasa tan desapercibido y que, sin embargo, cuando no existe es cuando más se le echa de menos: la corrección lingüística. Y es que las palabras son como pequeños universos por descubrir siempre a nuestro alcance. Pocos tesoros hay como este: el lenguaje y la comunicación.
Sobre palabras, cacerías, lentejuelas y experiencias, va esta entrevista.
La comparto con un deseo: generar debate entorno a la figura del corrector y para festejar desde lo alto: en un trapecio y subida a un diccionario que el 27 de octubre también es mi día!
¡Saludos a todos los correctores del mundo! ¡Va por ellos!
Entrevista publicada en el blog «PASIÓN POR LEER«, dentro del ciclo La pluma invisible.
Gracias a Jonathan Muñoz, director de «Pasión por leer», por la invitación para compartir ideas y experiencias desde el otro lado del charco.
¡Saludos a México lindo!
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