Todo el mundo habla de la necesidad de hablar. Pero muy pocos hablan de la necesidad urgente de escuchar.
Hablar, dialogar, conversar, pactar… son verbos de acción vacíos de contenido si no se acompañan del verbo escuchar.
Soy de la opinión de que sin actitud de escucha nunca el diálogo será posible.
Escuchar implica practicar el sentido crítico y valorar lo que nos dicen. Escuchar exige liberarnos de prejuicios. Escuchar requiere hacer un esfuerzo de comprensión. Escuchar tiene mucho que ver con empatizar y con sentir. Escuchar, al final, es entender lo que el otro nos ha comunicado.
Y, por lo visto, practicar todo eso nos cuesta mucho a todos, especialmente a los seres llamados «políticos».
Lo que me atormenta es ¿hasta cuándo seguiremos así? ¿Tan mal programados estamos?
Tal vez solamente sea eso: no nos instalaron adecuadamente el «modo escucha». Tal vez por eso funciona siempre defectuosamente cuando lo intentamos activar. Tal vez por eso dialogar y pactar en los humanos y, especialmente, en los seres «políticos» es tan díficil.

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